Marbella Luna caminaba 30 minutos de la preparatoria a la casa, cuando un día comenzó a mirarse la cara roja y descarapelada, como si el sol la hubiera quemado mucho tiempo. Las marcas en la piel eran intensas. Parecía como si le hubieran puesto unas brasas en las mejillas.
Marbella comenzó a dejar de salir a la calle porque le daba vergüenza. Toda la gente le preguntaba qué le había pasado, si se había ido a la playa.
“Me encerré en mi mundo”, recuerda.
Marbella acudió con una dermatóloga que le diagnosticó lupus cutáneo y le advirtió que si llegaba a tener algún síntoma de dolor en las articulaciones o inflamaciones en las manos o piernas, o inclusive si comenzaba a ver manchas en otras partes del cuerpo, acudiera con un reumatólogo.
Cuatro meses después esos síntomas llegaron, particularmente la inflamación en sus manos. “Yo ya no podía escribir”, dice Marbella.
Acudió con el reumatólogo y le mandó hacer estudios. Marbella tuvo que cambiar su forma de ir a la escuela porque era imposible para ella tomar apuntes.
Después de los estudios vino la noticia: “esta enfermedad ya no se te va a quitar. Va a cambiar tu vida por completo, porque todo lo que te gusta hacer, ya no lo podrás hacer”, le dijo el reumatólogo.
“A mí me cambió la vida por completo porque yo prácticamente era un adolescente que quería salir con los amigos. Quería andar de fiesta y todo eso y ya no pude hacerlo”.
Nunca tendrás hijos
El viaje de Marbella no fue solo una lucha contra la enfermedad, sino también contra la desinformación y el estigma. Los prejuicios médicos y sociales complicaron su camino hacia la maternidad
A Marbella siempre le dijeron que no podría tener hijos, incluso algún médico le sugirió quitarle la matriz.
Sin embargo, ella no se rendiría de encontrar el sueño de ser madre.
La reumatóloga Esmeralda Castañeda García dice que una mujer con lupus se puede embarazar, aunque sí conlleva un riesgo, pues explica que el sistema inmunológico hace que se genere una tolerancia, pero en las pacientes con lupus se rompe esa tolerancia.
“El cuerpo de una paciente con lupus, va a atacar al producto, al bebé, y al momento de que sucede esto, la paciente puede recaer grave, al igual que el bebé”, menciona.
Dice que una paciente que se embaraza debe ir de la mano con el reumatólogo, el ginecólogo y el neonatólogo.
“Si está bien controlado y el médico le dio permiso, se puede embarazar. Si se es bien llevado el proceso, se puede llegar a buen término sin problema, pero se tiene que escoger bien el momento”, dice la reumatóloga.
Hace dos años le dieron luz verde a Marbella para embarazarse.
Hoy su hijo tiene dos años y para ella se trata de un bebé milagro.
Afortunadamente Marbella nunca ha tenido una crisis fuerte. La enfermedad se ha mantenido en sus huesos, en los dolores de las articulaciones. Nunca ha alcanzado algún órgano.