La Secretaría de Salud de Coahuila estima que solo en Saltillo hay cerca de 250 mil perros que andan en las calles, lo que representa un problema de salud y ambiental para la población. Especialistas advierten que esta situación ya está fuera de control y exhortan a una tenencia responsable de los animales.
- 05 febrero 2024
Fue una vecina quien la encontró tirada y maltrecha afuera de un domicilio por el rumbo de la colonia Misión Cerritos, al oriente de Saltillo.
Estaba en los puros huesos y caminaba arrastrándose lastimosamente con las patas delanteras, como una foca.
No era una criolla, como esas que suelen deambular por las calles y callejones de las grandes metrópolis. Parecía, más bien, perra de buena cría.
La vecina fue entonces donde la dueña del animal y le pidió que lo entregara, para ella, a su vez, reportarla en redes sociales y que alguna asociación o rescatista independiente la recogiese.
La dueña se negó, que ‘no, no, no’, que era su perra, la metió en su casa por unos días y luego la volvió a echar a la calle.
Hasta que un mes después de andar cazando a la perra, Miriam Prieto Nieto, la propietaria de un hogar temporal para chuchos callejeros amigo de la Alianza por los Derechos de los Animales en Coahuila, (ADAC), la rescató.
“El día que la andábamos recogiendo los dueños se hicieron los que no la conocían, ‘no’, dijeron, ‘llegó sola’”, narra Miriam.
Una vez que estuvo en resguardo, Miriam y Alma Salinas Barrón, la presidenta de ADAC, llevaron a la perra con el veterinario, quien después de revisar dictaminó, para empezar, desnutrición y luego cadera fracturada, consecuencia de un posible atropellamiento o un golpe muy fuerte.
Se trataba de una weimaraner, color chocolate, joven, y cuyo precio en el mercado, tantea Alma, puede fluctuar entre los 15 mil y 20 mil pesos.
“Cuando se enfermó la han de haber echado a la calle”, piensa Miriam.
Luego de ser bañada, esterilizada, vacunada y desparasitada, la perra entró en el hogar temporal de Miriam y ahí se quedó bajo el nombre de Olivia.
En cuanto a su problema de cadera dijo el veterinario que ya no tenía remedio, que no había nada que hacer, que así iba a quedar, caminando como una foca.
Con todo y eso Olivia sobrevivió y hoy parece una perra feliz, conviviendo en su nueva casa con otros 25 perros que estaban en situación de maltrato o abandono como ella y que Miriam rescató de las calles.
Son miles de perros vagando
Los perros que rescató Miriam son solo una mínima parte, nada, de los cerca de 250 mil canes que, de acuerdo con cálculos de la Secretaría de Salud (SS) de Coahuila, andan vagando por las calles de Saltillo.
Una población que, de acuerdo con la postura de especialistas entrevistados por SEMANARIO, está a punto de salirse de control, pues hay en la ciudad más perros callejeros de los que se les puede dar hogar.
Tal situación ha agravado el problema de salud pública que desde hace años representan los llamados perros sin dueño, o perros de dueño irresponsable, que caminan sin tutor ni correa a lo largo y ancho de las distintas vialidades de Saltillo.
El documento Ciencia Ciudadana Perro Callejero, publicado por la Secretaría del Medio Ambiente (SMA) de Coahuila, consigna que entre algunos de los problemas que desencadena el fenómeno de los perros de la calle están los ataques a personas y a otros animales, vectores de enfermedades transmisibles a humanos, otros perros y otras especies; fecalismo al aire libre, reproducción no deseada, daños a materiales o a la infraestructura y chuchos sujetos a maltrato, como Olivia.
Al respecto información proporcionada por de la SMA, revela que cada año se presentan en la entidad entre mil 600 y dos mil reportes de mordeduras de perros callejeros a personas.
Asimismo, datos de la Dirección de Salud Pública Municipal de Saltillo, indican que el año pasado 68 personas en esta ciudad fueron picadas por una garrapata, y hasta 2023 se habían registrado nueve decesos aquí.
Además, la SS de Coahuila había reportado 25 defunciones en el estado, debido a la rickettsia o fiebre manchada, la enfermedad transmitida al humano por este parásito.
Y la SMA calcula que diariamente se acumulan, tan solo en los domicilios de Saltillo, más de 170 toneladas de excremento de perro, teniendo la mayoría como destino el relleno sanitario.
Esto sin contar la cantidad de heces que en aceras y calles dejan los perros callejeros y que vuelven insalubre el ambiente.
“Estamos ante una situación apocalíptica, de miedo, hay perros pa aventar pa’rriba y entre más perros haya, más posibilidades tienes de enfermedades. Hay un problema de salud pública ya muy serio”, dice un especialista en fauna doméstica, adscrito a la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila, que evita dar su nombre por no contar con la autorización del área de comunicación social del gobierno estatal para dar esta entrevista.
Canes maltratados
Informes de la Fiscalía General del Estado arrojan que hasta 2023 iban 29 carpetas iniciadas por maltrato animal, sólo nueve judicializadas, cinco concluidas y una sentencia condenatoria por el caso de una pareja que asesinó a un canino.
Del mismo modo la Procuraduría de Protección al Ambiente de Coahuila (PROPAEC), recibió el año pasado 49 denuncias por maltrato animal.
La dependencia no ahonda sobre la naturaleza ni estatus de las querellas.
Alma Salinas Barrón, la presidenta de ADAC, asociación civil dedicada al rescate, rehabilitación y adopción de perros y gatos, opina que el fenómeno de los perros vagos, también denominados perros de pueblo o de cría libre, tiene su raíz en la falta de educación y cultura del cuidado de los animales, por parte de sus dueños.
“Hace falta concientizar sobre la esterilización, la tenencia responsable de cada uno de estos animales, vacunarlos, mantenerlos dentro de sus casas”.
Cifras de la SMA señalan que en Coahuila hay por lo menos dos millones 91 mil 850 perros domiciliados, es decir que se encuentran bajo techo, dentro de sus hogares, y unos 571 mil en Saltillo que generalmente viven en los patios y cocheras de sus casas.
Sin cultura de esterilización
Según el documento Resultado de Encuestas Sobre Bienestar Animal en Coahuila 2018-2022 Comparativo con 2012, publicado por la SMA, mientras que en 2012 el 10 por ciento de los entrevistados dijo sí tener a sus mascotas esterilizadas, para 2022, el 46 por ciento afirmó que sus perros ya estaban operados.
La misma fuente revela que en Saltillo se esterilizan al año entre 10 mil y 15 mil perros de todas las razas, tamaños, colores y tallas.
Sin embargo, a decir de especialistas en recursos naturales consultados por SEMANARIO, la práctica de la esterilización es insuficiente.
“Aquí lo más importante para evitar la sobrepoblación es hacer campañas masivas de esterilización”, exhorta Blanca Nelly Hernández Torres, presidenta de Rescatando Cachorros Fundación Sofi, con sede en Monterrey, que tiene por vocación rescatar y conseguir casa a perros callejeros de todo el noreste del país.
Pero para Juany Parga, miembro del Patronato Ambiental Coahuilense que aglutina a diferentes asociaciones defensoras de animales y rescatistas independientes del estado, en México no existe la cultura de la esterilización.
“Si así fuera... nos evitaríamos todo esto, si hubiera dueños responsables, pero esta es la razón de que haya tanto abandono, tanta sobrepoblación de perros. Nosotros ponemos nuestro granito de arena como Patronato y hacemos campañas de esterilización. Vamos a las colonias marginadas, donde hay más problemática. Es nuestra contribución a la sociedad porque la esterilización yo creo que es el único método con el cual vamos a poder controlar”.
Y aunque, según la respuesta de la Dirección de Salud Pública Municipal a la solicitud de información folio 050103300005923, sobre la cantidad de sacrificios que realiza, la matanza de perros callejeros pasó de cuatro mil 504 en 2018, a tres mil 531 en 2023, Eduardo Adolfo Limón Balcázar, fundador de la asociación Rescatando Amigos de Hunter, asegura que la problemática de los perros vagos no ha disminuido en estos años, y al contrario, ha aumentado.
La prueba, dice, es que las asociaciones con mayor tiempo en el rescate de perros sin dueño y que tenían sus refugios ya establecidos, han debido recurrir a los hogares temporales, por la falta de espacio.
Alma Salinas Barrón, la presidenta de Alianza por los Derechos de los Animales en Coahuila, (ADAC), quien cuenta con el apoyo de tres hogares temporales para mascotas maltratadas y en abandono y que hoy brinda resguardo a cerca de 70 perros, dice que la misma sociedad los ha obligado a buscar ayuda en los llamados hogares de peso.
“Nosotros no creemos en los albergues porque eso nomás es para que la gente abuse y vaya y te dejen a sus perros o te estén pidiendo, ‘recíbeme a mi perro, porque ya no lo quiero’. Viene la gente y deja los perros. ‘ah, aquí rescatan perros’, te los dejan amarrados. De eso no se trata, los dueños deben de responsabilizarse de sus animales”.
Los hogares temporales o de paso son aquellas casas de ciudadanos, amantes de los animales, adaptadas para albergar a perros y felinos de la calle, en tanto se les consigue adoptante.
“Ya no hay espacio en ningún lado. Algunas asociaciones con más experiencia tienen su albergue, pero están saturados. A mi consideración, nosotros, las asociaciones de rescate, no deberíamos de existir, por el simple hecho de que los gatos y perros callejeros no deberían de existir”, dice Eduardo Limón, también estudiante del octavo semestre de la carrera de biología en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
No obstante, la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila, estima que en Saltillo entre 500 y 800 perros sin dueño viven actualmente en refugios y hogares temporales.
Un hogar para la Negrita
En uno de esos hogares temporales estuvo Negrita, una criolla oscura, de lacio pelambre pegado a la piel y que anda con tres patas, porque sólo tiene tres patas, la mascota de Eduardo Limón.
Una chica la había reportado atropellada de una pata en la carretera que va para Zacatecas, a la altura de Derramadero.
Que si la podía llevar, le preguntó la chica a Eduardo. Eduardo dijo que sí.
Cuando Eduardo la bajó del carro donde la transportaban la encontró con una de las patas delanteras, la derecha, hecha picadillo y en shock.
La metió a su casa y llamó a un veterinario para que la viera.
Que podía sobrevivir, le dijo el doctor, solo que había que amputarle la pata para evitar que se gangrenara y afectara a otros órganos. Eduardo aceptó.
Pasada la operación Eduardo la resguardó en su casa.
Durante su convalecencia Negrita estaba como traumada, se hacía bolita y se orinaba del miedo cada vez que alguien de la casa se acercaba para mirarla.
Ante la falta de espacio para ella, Eduardo que ya tenía a Hunter, un mestizo de american pitbull, también rescatado, decidió llevar a Negrita al hogar temporal de una amiga.
Pero al poco tiempo la rescatista llamó para decirle que ya no podía tenerla más.
Durante meses lucharon por conseguirle un adoptante, y nada.
Eduardo consultó entonces con su mamá sobre la posibilidad de acoger a Negrita, de lo contrario tendrían que dormirla, le dijo.
Su madre, que desde el principio había tenido una conexión emocional con Negrita, aceptó y Negrita regresó a la casa de su nuevo dueño Eduardo.
Tres meses de arduo trabajo le costó a Eduardo sacar a Nerita de los traumas psicológicos que le había provocado el maltrato en las calles.
Eduardo dice que a pesar de que Negrita tiene solo tres patas es el torbellino de la casa.
Negrita no estuvo en la lista de los 64 canes maltratados y enfermos que durante 2023 fueron capturados, llevados y, posiblemente, sacrificados en la Unidad de Control Canino de Saltillo, según información obtenida por petición directa a la Dirección de Salud Pública Municipal.
¿Problema ancestral?
Especialistas en fauna doméstica afirman que el fenómeno de los perros en situación de calle responde a una cultura ancestral.
En el México prehispánico, por ejemplo, los perros vivían en la calle, aunque entraban y salían de casa.
Y todavía hasta el siglo pasado era común que los perros entraran y salieran de su hogar de forma muy natural.
La cuestión, afirman expertos, es que cada vez hay ciudades humanas más densas, más grandes, con problemas, como el control de la población de perros, porque hay más perros.
Con las ciudades crecieron los hábitats para perros.
Mientras que en las décadas de 1980 y 1990 había sólo un perro por cada 10 personas, para 2012 ya se contaba un can por cada cuatro habitantes y en la actualidad se estima que hay dos chuchos por cada tres individuos.
Contrario a lo que sucedía hace unos 50 o 60 años, cuando prevalecía un control natural de la población de perros, dada la alta tasa mortalidad en cachorros misma que mermaba la reproducción de chuchos y con ello el aumento de las poblaciones.
En la década de los ochenta existían, sí, los centros de control canino, pero solo como una forma de controlar a los animales rabiosos, antes de que la rabia fuera controlada.
Y entonces en las calles los perros tenían que capturarse y sacrificarse para evitar la proliferación de rabia.
Tras el advenimiento de los programas de salud para animales, vino el incremento de la esperanza de vida de los perros, que anteriormente gozaban de una vida más corta debido a sus enfermedades y su estilo de vida.
Aparece la vacuna del moquillo y la quíntuple, y entonces los cachorros incrementaron su supervivencia y empezaron a tener una vida más larga, de ahí el aumento de la densidad en población de chuchos.
Vino luego la popularización del perro que impactó aún más en el crecimiento de sus poblaciones.
Las películas de la televisión los convirtieron en animales aún más populares.
La gente se volcó sobre los perros, quería más perros y empezó a buscar los de raza, los que estaban de moda.
El pastor alemán, los collie, los dálmatas y el labrador, fueron el estallido de la moda durante el siglo pasado.
A principios de esta centuria el chihuahua y el labrador se habían mantenido entre los favoritos.
A la par, el pitbull, el border collie, el pastor belga malinois y el alaska malamut, empezaban a cobrar fama.
Con el tiempo estas mascotas, además de compañía y protección, proporcionaron estatus a sus dueños.
“Si yo tengo un perro de raza es porque lo puedo pagar. Es como la gente que compra una bolsa de marca, de repente quiere tener un perro de raza que es difícil de tener porque eso le va a dar estatus”, explica un experto en recursos naturales de la SMA que no quiere dar sus generales por no tener autorización del área de comunicación social del gobierno estatal para dar entrevistas.
Hoy esas mismas razas de perros, antaño estrellas de televisión, y que dieron prestigio a sus propietarios, andan sueltas, rodando por las calles de las grandes ciudades abandonadas, perdidas y enfermas.
En Saltillo se les ve por el sur oriente en colonias como Mirasierra, Loma Linda, Morelos, Lomas de Zapalinamé, Teresitas, Niños Héroes; al poniente en Valle Escondido, Margaritas, el sector Guayulera, Diana Laura, Álamo, y aun en arterias y aceras del centro histórico.
No así en las colonias del norte de la ciudad, la zona más favorecida económicamente y donde las familias suelen tener menos perros, en mejores condiciones y mayor espacio.
Tenencia responsable
Con base en el monitoreo Ciencia Ciudadana Perro Callejero, elaborado por la SMA en 2020, el área urbana de Saltillo contaba con 659 colonias con denominación asignada, en 344 se tenía registro de la presencia de perros callejeros y de éstas en ocho se contaban con registros de 150 a 700 perros.
“Al analizar el total de colonias existen 331 con características similares, las cuales no cuentan con registros ya que no hay un observador en el área, pero los datos se pueden extrapolar por las condiciones de uso similar”, se lee el documento.
Lo cierto es que hasta ahora no existe un censo formal que permita saber con toda certeza el número de perros y gatos que habitan las calles de Saltillo y el resto del estado.
“El husky es una de las razas más incomprendidas y más abandonadas. Andamos como locos buscándolos para evitar que se los lleve Control Canino y buscarles hogar en chinga”, declara Brenda Zavala de la Peña, integrante del Grupo Maltus Caminata Saltillo de Huskys y Malinois.
Hoy los refugios para perros en situación de abandono, así como los centros de control animal, se han convertido en una salida rápida y fácil para los dueños irresponsables de mascotas.
“Sin embargo, el control canino tiene que existir todavía, y en todo el mundo, como una forma de darle una salida rápida a toda esa población de perros que no tiene dueño, para evitar que proliferen enfermedades como la rabia, como la rickettsia, enfermedades zoonóticas que pueden causar muerte”, dice un biólogo de la SMA que prefiere mantenerse en el anonimato por razones de seguridad laboral.
Diana Rodríguez, responsable del proyecto Perrunos UAAAN de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, afirma que los canes son los mejores indicadores del comportamiento de una sociedad, de una colonia, de un municipio, de un país.
Cabe mencionar que tan solo en 2023 la Dirección de Salud Pública Municipal recibió un total de mil 925 reportes sobre perros en vía pública, esto es, un promedio de cinco reportes diarios, en ocasiones de un mismo perro.
Dirigentes de asociaciones protectoras de animales, rescatistas independientes y especialistas en fauna doméstica, coinciden en que lo primero que se debe hacer para erradicar el problema de los perros en situación de calle, es empezar a fomentar una cultura de la tenencia responsable de las mascotas al interior del hogar, ello a través de medios educativos y aplicando leyes existentes.
“Que haya multas a aquellos que maltraten a los animales, que abandonen a los animales, para aquellos malos dueños, algo que les duela, incluso que haya prisión”, propone Eduardo Adolfo Limón Balcázar, también entrenador de mascotas.
La otra es incrementar y acelerar las campañas de esterilización, sobre todo en sectores populares donde no hay muchos veterinarios y las personas no tienen el recurso económico para hacerlo.
Y de esta manera controlar la población de perros sin dueño y evitar la saturación del Control Canino y de los albergues para canes abandonados, que en su gran mayoría se sostienen con recursos propios.
“Hacemos rifas, ventas, loterías, se hacen colectas en las empresas que conocen a ADAC y a veces nos traen donaciones. No podemos dejar a los perros sin comer”, dice Miriam Prieto Nieto, quien adaptó su casa familiar como un hogar temporal para perros maltratados, el único espacio con registro oficial de la SMA en todo Coahuila.
Habla Eduardo Adolfo Limón Balcázar, fundador de la asociación Rescatando Amigos de Hunter:
“Nosotros como asociaciones lo que hacemos es sacarlos de las calles, llevarlos a una revisión veterinaria, porque muchas veces ya tienen enfermedades que se están propagando día con día como es el moquillo, los casos de rabia, parvovirus”.
Los expertos lamentan que todavía haya personas que piensan que los perros necesitan reproducirse de forma masiva, un error por demás grave.
Empero, cada vez son más las personas que prefieren rescatar o adoptar una mascota, que comprarla.
El documento Resultado de Encuestas Sobre Bienestar Animal en Coahuila 2018-2022 Comparativo con 2012, publicado por la SMA, revela que la adquisición de mascotas por medio del rescate y la adopción se triplicó en los últimos 10 años.
“Ahorita estamos viendo un cambio, la gente es más empática con los animales y sí, sí están adoptando, ya no están comprando”, detalla Blanca Nelly Hernández Torres, presidenta de Rescatando Cachorros Fundación Sofi.
Sin embargo, Valeria Isabel Torres Banda, integrante de Rescatando Amigos de Hunter, asegura que aún persiste la reproducción masiva de perros con fines comerciales.
“Ahorita no hay un control, ahorita quien quiere dice ‘yo tengo mi perro, mi gato y los quiero cruzar y los voy a vender’ y hacen su negocio, es muchísima la gente que hace negocio con la cría de animales”.
Otro pendiente, dicen los animalistas, que tendrán que resolver las autoridades.