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¿Por qué se abandona un hijo?

Las noticias del abandono de algún bebé sacuden las redes. Este fenómeno ha adquirido mayor visibilidad pública en los años recientes. Semanario intenta explorar las causas y antecedentes que están en el fondo de este problema para superar los prejuicios y estigmas que predominan, principalmente, contra la madre.

  • 07 febrero 2022

Por Francisco Rodríguez

Kevin miró a un hombre abandonar una carriola a las afueras de una secundaria sobre la calle Lerdo, en el municipio de Matamoros. El joven de 23 años se acercó y miró que dentro había un bebé de unos cinco meses. Era el mediodía del 17 de julio de 2021.

La imagen del bebé en la carriola comenzó a circular por redes sociales. “Urge localizar a los familiares de este bebé que fue abandonado por la secundaria #2 Matamoros”, decía la publicación de Código Rojo Matamoros, Coahuila.

La policía local recibió el llamado de auxilio y hasta el lugar acudieron patrulleros de la unidad 17271. El pequeño fue trasladado a la corporación policial para después dar parte a la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia (Pronnif).

“Bebé abandonado” o “Abandonan bebé”, fueron algunos de los titulares en los medios. Encabezados que cada cierto tiempo acaparan las miradas e indignación de la gente, como el 21 de enero que fue encontrado un bebé muerto en el basurero de un penal de Puebla. Pero en Coahuila también hay casos que contar: el 29 de octubre de 2021, en Torreón, una bebé fue abandonada en la colonia Joyas del Desierto. Vecinos la encontraron en una carriola cobijada con diferentes sábanas. Anteriormente, el 13 de septiembre, un bebé de un año, así como un niño de tres, fueron abandonados a las afueras de un kínder en el ejido Virginias del municipio de Francisco I. Madero.

En total, los medios de información visibilizaron 10 víctimas en 8 distintos casos de abandono en los años 2020 y 2021. La información contrasta con los datos de la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia (Pronnif). De acuerdo con la dependencia, desde 2018 hay registro de solo cuatro casos. Ninguno en 2021.

Poco se sabe con precisión, entonces, el nivel de incidencia del abandono de bebés por parte de su madre y padre.

Juan Martín Pérez García, experto en derechos de las infancias y coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, considera que un problema es el subregistro del fenómeno, porque muy pocos casos llegan a los medios, pero principalmente, porque las autoridades responsables no llevan un proceso sistemático de información para prevenir el problema.

“Necesitamos saber si ocurre en alguna región con ciertas condiciones económicas o culturales; si se presenta, por ejemplo, más en invierno, si hay un contexto de precariedad en la zona. Eso ayudaría a tomar decisiones preventivas”, dice.

En los casos de abandono, expone, hay dos tipos de intencionalidad: si son dejados para que mueran, como los casos en los que aparecen dentro de bolsas y en basureros, o si son abandonados para que los rescaten.

Adriana Romo, psicóloga y activista de la Red de Mujeres de La Laguna, dice que en los primeros casos se habla de una completa desconexión del deseo de ser madre y, en los segundos, se abandona con la idea de que alguien los provea de cuidados.

En Coahuila se han abandonado a las afueras de hospitales o viviendas, en las calles, en paradas de autobuses o en parques. Pero además de estos casos, están los bebés que son entregados en adopción.

¿Por qué se abandona a un bebé?

Casa Cuna, la experiencia del acompañamiento

Especialistas consultados por Semanario creen que las razones del abandono de bebés son múltiples: falta de políticas públicas que den opciones a las madres; ausencia de un acompañamiento a madres embarazadas; pobreza; embarazos adolescentes; falta de educación sexual; problemas mentales, como la depresión postparto, o la imposibilidad de tener acceso a la interrupción legal del embarazo.

La Ley de Asistencia Social y Protección de Derechos de Coahuila establece que las mujeres en estado de gestación, carentes de recursos económicos, y sus hijos en edad de infancia temprana, tienen derecho a la asistencia social.

Sin embargo, María Elena Galán Varela, presidenta del consejo de administración de Casa Cuna de La Laguna, considera que faltan estrategias de acompañamiento a la mujer embarazada.

Casa Cuna es una asociación civil fundada desde 1983 en Torreón que apoya a la mujer embarazada en situación vulnerable que no puede o no quiere conservar a su bebé, para que lo dé en adopción, un acto al que María Elena Galán califica de “amor y valentía”.

La presidenta de la asociación dice que los casos que tratan son esencialmente mujeres a las que la pareja las abandonó, suelen tener más hijos, no tienen recursos, no tienen una red de apoyo o enfrentan una problemática familiar.

“Llegan desesperadas porque no encuentran una solución. No pueden con otra responsabilidad. Se platica con ellas, se les da todos los apoyos: médico, psicológico, alimenticio, albergue si necesitan. Para que ellas tengan tranquilidad, no tengan estrés, pasen su embarazo tranquilamente. Se sientan apoyadas”, describe María Elena Galán.

De ocho mujeres que Casa Cuna atendió en 2020, seis dieron en adopción al hijo o hija. En 2021 fueron tres casos y dos de ellas dieron en adopción. Y este año sumaban dos casos, pero al día siguiente de la entrevista con la presidenta, llegó el tercero: una joven embarazada de 27 años que ya tenía un hijo de tres años y acudió a pedir apoyo porque sentía que no podía con la responsabilidad de tener otro hijo. El padre del bebé que esperaba la abandonó.

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Hay leyes, pero no alternativas reales para las mujeres, niños y niñas

Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, recalca que no existe en el país una política de Estado que dé alternativas.

Considera que se necesitan dispositivos públicos que permitan escuchar esas dificultades para conocer las condiciones de cada caso, pues resalta que un derecho humano de niños, niñas y adolescentes es no ser separados del seno familiar.

Pese a ello, según información de la Pronnif entregada a través de una solicitud de información, en enero había 280 menores en alguno de los 17 centros de asistencia social o casas hogares reconocidos por el Estado, de los cuales, 42 se encontraban “liberados jurídicamente” de la patria potestad de sus padres y 95 más la Pronnif está solicitando la pérdida de la patria potestad.

Pérez agrega que lo ideal es no establecer prejuicios y sanciones públicas cuando se desconoce la condición y la historia.

“No es justificar, es entender qué falló, qué podemos cambiar. Si la mujer tuvo este embarazo en condiciones adversas, no reconocido, no deseado, pero además presenta conflictos económicos, culturales o religiosos, que suelen ser las historias, pues optarán por abandonar al niño o niña en un lugar que sea encontrado rápidamente o protegido”, expone Juan Martín Pérez.

Por eso recalca que esas mujeres deberían tener la posibilidad de entregar a su niño o niña para procesos de adopción de forma segura, sin riesgos y sin ser cuestionadas. Como eso no existe ni se identifica de manera oportuna, lleva a esta medida extrema del abandono.

Como el ocurrido el 6 de julio de 2020, cuando un operario de 20 años esperaba en la madrugada por el transporte de personal en la colonia Bellavista de Saltillo, y miró que algo se movía debajo de una cobija. Se acercó a revisar y se encontró con dos bebés que solo vestían pañal. Eran las cuatro de la mañana. Uno de los bebés falleció de hipotermia.

En Coahuila existe desde 2008 una Ley de Protección a la Maternidad, la cual establece que, a través del Instituto Coahuilense de las Mujeres, se podrá implementar una Red de Apoyo a Mujeres Embarazadas para hacer corresponsable a la sociedad en la política de protección a la maternidad. La Red, dice la Ley, brindará asesoría y apoyo a las mujeres para superar cualquier conflicto durante el embarazo y el puerperio.

La activista Ariadne Lamont, directora de Incidencia y Acompañamiento a Víctimas de INCIDE Femme, dice que es indispensable que haya una línea de auxilio, así como la línea de la vida para prevenir el suicidio. Una línea donde la mujer pueda hablar y decir “estoy embarazada, estoy asustada” y que pudiera tener información.

El artículo 256 del Código Penal de Coahuila castiga el abandono injustificado de mujer embarazada con una pena de seis meses a tres años de prisión. Sin embargo, culturalmente no suele denunciarse este delito.

“No se denuncia, los casos que llegan son mínimos”, asegura Katy Salinas, directora del Instituto Coahuilense de las Mujeres (ICM). Pero afirma que todos los temas se trabajan en el Grupo Estatal de Prevención de Embarazos donde se concentran dependencias como la Secretaría de Salud, la Fiscalía, la Secretaría de Educación. Asegura que hay una comunicación constante para tratar de identificar los casos y atenderlos.

Refiere que también conformaron una red estatal de promotoras y promotores integrada por adolescentes para informar y prevenir los casos, así como una escuela de liderazgo en la que las niñas y adolescentes sean las promotoras del tema. En ese programa, las mismas adolescentes exponen el tema y buscan extender la información a las compañeras y otras escuelas para prevenir el embarazo adolescente.

“Trabajamos para generar condiciones de igualdad a niñas y adolescentes, de educación, de oportunidades, acceso a la salud, empleo, a todo lo que deben tener derecho”, añade Salinas.

Cyntia Moncada, presidenta de la asociación civil Matatena de Saltillo, la cual también brinda apoyo y acompañamiento a adolescentes embarazadas, dice que persiste una carga ideológica y patriarcal sobre las mujeres que recae en la responsabilidad de la crianza, pues continúan los modelos de la mamá que nunca se cansa, que todo lo puede, y eso es una carga social, por lo que la maternidad y cualquier cosa que vaya en contra es juzgado y linchado mediáticamente.

“Siempre se cuestiona dónde está la mamá y nunca dónde está el padre. Los padres sí se pueden ir, pueden eludir la responsabilidad”, critica.

Moncada comenta que es una carga de desigualdad, de falta de información, de falta de acompañamiento, de acceso a anticonceptivos, de acceso a la salud, y de una presión social que siempre cae sobre las mujeres.

Soledad, violencia, falta de información... “es la locura”

Para Cyntia Moncada lo personal es político. Y en el tema de la crianza se deja a las mamás solas. Sin embargo, la presidenta de Matatena está convencida que la crianza, el cuidado de la infancia y el cuidado de las madres es una responsabilidad colectiva.

“Se tiene que empezar a visibilizar que es corresponsabilidad de todos, hacer visible el acompañamiento a la madre”, comenta.

Dice que hay casos complicados en el que las mujeres sufren violencia y se quedan sin herramientas; violentadas, sin apoyo económico de la pareja, en ocasiones con hijos previos, con un recién nacido.

“¿Cómo puede resolverlo?”, cuestiona.

Considera que no se puede abordar desde una manera superficial, porque los casos arrastran un sistema que pone siempre a las mujeres en desventaja.

Para Juan Martín Pérez, hay una familia extensa hasta cuarto grado que también tiene responsabilidad, así como derecho legal en caso de reclamar la custodia de los hijos.

Un elemento importante, agrega, es cuestionar qué falló dentro de las instituciones, dentro del núcleo extenso de familia -que incluye a abuelos, tíos, tías, madre o padre- para que, de manera oportuna, no se diera respuesta a fenómenos como el abandono.

Ariadne Lamont de Incide Femme comenta que la responsabilidad debe extenderse hasta el vecindario, la sociedad, el Estado, los tres poderes, los tres niveles de gobierno, de aquellos, dice, de donde deberían de emanar las políticas públicas para que se apliquen los derechos de la infancia.

“Habrá niñas que no quieran al bebé, deberían tener el espacio y libertad para decidir aquí está la criatura. Los abandonan porque no tienen la confianza, ni siquiera saben que tienen el derecho”, comenta Lamont.

La psicóloga y activista Adriana Romo explica que culturalmente la maternidad a las mujeres les cobra muy caro, pues no es solo el mito de parir a los hijos con dolor, sino también de criarás a tus hijos con dolor, en soledad, en abandono, en precariedad.

Cyntia Moncada refiere que está comprobado que cuando se cría en colectivo, en tribu, la maternidad es más ligera. Por eso, una de las consignas como asociación es que ninguna mujer debería criar en soledad.

Sin embargo, cree que hay una deshumanización de la maternidad, en el sentido, por ejemplo, que el parto se ha convertido en una operación médica, quitando todo lo que implica dar a luz a una persona.

Cuando una mujer tiene un hijo o hija, explica, normalmente ha pasado por muchas etapas de violencia previas. Quizá desde el origen de ese embarazo, sumarle que es adolescente, que los partos son violentos. Luego tener un bebé y no saber qué hacer, “es la locura”.

En Coahuila, el Código Penal establece que el embarazo de una menor de 15 años debe investigarse como delito de violación o violación equiparada. En 2020, según cifras del INEGI, se registraron 133 nacimientos en Coahuila donde la madre tenía 15 años o menos.

Por eso Cyntia Moncada recalca que es necesario voltear a la maternidad y la crianza como algo que le corresponde a toda la sociedad. Una sociedad, que, dice la directora del ICM, Katy Salinas, debe comunicar y denunciar los embarazos de menores para que no permanezcan en la clandestinidad, así como intervenir en el acompañamiento emocional de esas mujeres.

Salinas coincide que no se puede llevar la carga de embarazo sola, y que las mujeres necesitan el apoyo de su comunidad y redes de apoyo.

En el Instituto Coahuilense de las Mujeres iniciaron un programa piloto en el que instalaron comités ciudadanos en siete colonias de Saltillo. En las colonias se informó el número de adolescentes que dieron a luz específicamente en esa colonia, con la idea de exponer la necesidad de prevenir que vuelva a ocurrir.

“Les dijimos, ustedes pueden ser el mecanismo conductor de la información hacia la comunidad”, explica Katy Salinas.

Precariedad: factor detonante para el abandono de bebés

La precariedad económica es un detonante en el abandono de bebés, coinciden las entrevistadas y entrevistados.

El experto en derecho de infancia, Juan Martín Pérez, asegura que una mujer que abandona a un hijo generalmente es estadísticamente pobre, tiene baja escolaridad, no tiene redes sociales de apoyo, familiares o comunitarios, y las instituciones no son un referente en su vida.

Cyntia Moncada de Matatena expone que el problema es que las mujeres tienen menores ingresos que los hombres, menos facilidades para la movilidad; cuando se embarazan tienen menos probabilidad de terminar estudios. Eso implica trabajos precarizados, o lo que Matatena llama la “femenización de la pobreza”.

Para Juan Martín Pérez, el tema económico es el factor preponderante. Sin embargo, considera que también hay factores de carácter cultural, religioso, moral; casos, dice, en que el niño o niña que nace representa un conflicto para la integridad o estabilidad de mujeres, con frecuencia mujeres adolescentes.

En la última década, Coahuila ha estado en los tres primeros lugares con la mayor tasa de embarazos en adolescentes del país. En 2020 se registraron 6 mil 734 nacimientos, el 16.9% del total, en el que la madre era menor de 19 años.

La directora del ICM, Katy Salinas, asegura que se ha disminuido un 27% el embarazo adolescente en la entidad, y que si Coahuila se mantiene en los primeros lugares es porque un hay “efectivo registro de los nacimientos” en la entidad a comparación de otros estados.

Además, destaca la implementación del Grupo Estatal de Prevención de Embarazo Adolescente (GEPEA) en el que, a través de distintas dependencias, se abordan diversas estrategias para promover la garantía y acceso a los derechos de las y los adolescentes y en particular los derechos sexuales y reproductivos, así como el análisis de casos específicos que se presentan.

Sin embargo, para Juan Martín Pérez, un embarazo no deseado en contexto de estudiantes, que no pueden informar a la familia por todos los temas que representa para ellas, es un riesgo porque pueden optar precisamente por esta lógica del abandono.

El 18 de marzo de 2019, en la colonia Mirasierra de Saltillo, tocaron al timbre en una casa y una preparatoriana se encontró con una recién nacida tirada en el suelo envuelta en una camiseta rosa. La bebé sangraba por medio del cordón umbilical.

Después de investigar, las autoridades encontraron que la joven que había supuestamente encontrado a la bebé era realmente la madre. La adolescente de 15 años había ocultado a sus padres su embarazo, dio a luz en un lugar desconocido y simuló el abandonó de su bebé.

Casos como el de esta quinceañera, pueden ser comunes por un punto, amplía Katy Salinas, directora del ICM: las niñas o adolescentes no llevan un control prenatal.

“El gran reto es cómo identificarlas a tiempo para asegurar que sean atendidas”, considera.

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La directora del Instituto Coahuilense de las Mujeres cuenta que iniciaron un proyecto de barrido para visitar casa por casa a las menores que dieron a luz en el último año, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, con el propósito de conocer si estaban siendo atendidas, averiguar quién cuidaba de sus hijos, si estudiaban o si tenían acceso a programas.

Entrevistaron a 200 madres adolescentes tan sólo de la región Sureste y encontraron básicamente que se hacen cargo de sus hijos y abandonaron los estudios.

Además, Salinas agrega que están compartiendo la información con la Fiscalía para verificar si cuentan con una carpeta de investigación por el delito de violación.

Adriana Romo, psicóloga y activista de la Red de Mujeres de La Laguna, dice que normalmente cuando una mujer quiere dar en adopción al bebé, la motiva el hecho de no poder asumir la tarea de la maternidad. Pero también cuestiones económicas, familiares, y del mismo estado emocional.

Considera que cuando se abandona a un bebé, algo similar debe suceder.

“Tiene que ver por un estado de probable desconocimiento, o temor de acercarse a los lugares en donde pudiera gestionarse una adopción”, comenta.

Salud mental: depresión postparto no es mito

Para Juan Martín Pérez, Cyntia Moncada, Adriana Romo y Katy Salinas, hay un tema que no se aborda: la salud mental de las mujeres embarazadas.

Pérez dice que muchas de las historias de abandono de bebés están asociadas a temas de depresión postparto, una condición frecuente que viven las mujeres, pero que a decir de la psicóloga Adriana Romo, todavía se cree como un mito en muchos espacios.

“Son depresiones muy severas, hasta se desarrollan psicosis, y depresiones mal tratadas, mal atendidas, lleva a tomar esta decisión o a veces hasta peores”, comenta la psicóloga.

La especialista considera que es un tema minimizado, ignorado por las mismas instituciones de salud, que -dice- han enfocado los esfuerzos en atender las cuestiones de la salud física.

“Lo que es la salud emocional en el periodo de postparto difícilmente se conoce, se atiende y se trata por las autoridades de salud públicas y privadas”, critica Adriana Romo.

La directora del ICM, Katy Salinas dice que el tema no se ha atendido como un proceso que deviene del propio tema del embarazo.

“En otros países se ha medido que el 30-35% de las mujeres padecen la depresión postparto. Pero aquí no se habla. Es un tema bioquímico en el cerebro que, si no se hace un acompañamiento profesional, esa mujer va a vivir un deterioro impresionante que puede afectarle al hijo o hija, los cuidados, las omisiones e inclusive de considerar el abandono”, comenta Pérez.

Cyntia Moncada añade que no sólo es el tema de los abandonos, sino también de suicidios de las madres.

La Ley de Protección a la Maternidad en Coahuila en su artículo 15 dice que es derecho de la mujer embarazada recibir la ayuda psicológica o psiquiátrica durante el embarazo y hasta un año después del parto.

Moncada dice que hay muchas leyes en el Estado, pero dice que el problema es la parte de la aplicación, de los protocolos, de las políticas públicas, del seguimiento y de una buena planeación con perspectiva de género.

“Se necesitan políticas públicas en general de crianza y acompañamiento durante los primeros años de vida de las madres y niños, hacen falta protocolos para poder acompañar”, insiste.

Derechos sexuales, la otra cara para prevenir el abandono

Los especialistas entrevistados también refieren otros factores que inciden en el abandono de bebés: la falta de una educación sexual integral y el derecho a la interrupción del embarazo como un tema de salud.

Juan Martín Pérez señala que hablar de educación sexual implica hablar de derechos sexuales y reproductivos, así como desterrar la cultura machista donde se cree que embarazar a las mujeres y tener colección de embarazadas es un acto de fuerza, un acto de poder más allá de pensar en las responsabilidades. “Como un producto”, resume Cyntia Moncada de Matatena.

“Hay una cultura machista normalizada. Tenemos que ayudar a que las niñas y mujeres jóvenes no miren en el amor romántico y el príncipe azul y el matrimonio su futuro, sino que puedan verse como profesionales. Esto es diferente a su vivencia sexual. Se requiere romper viejos tabúes y miradas machistas”, comenta Juan Martín Pérez de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe

Cyntia Moncada dice que este tema, como muchos otros, se siguen tratando a puerta cerrada, y apenas se empieza a tener conciencia que lo privado es político porque impacta e influye en el desarrollo de las sociedades.

Considera que la falta de acceso al aborto es innegable como un factor. Si fuera accesible, sin prejuicios ni cargas, asegura que impactaría en evitar este tipo de situaciones.

Pero para la psicóloga y activista Adriana Romo, sigue siendo un estigma hablar de la maternidad no deseada.

En cambio, el Estado no está ofreciendo alternativas, dicen los especialistas.

¿Y qué sucede con los menores abandonados? Sus derechos, vulnerados

Cuando un menor o una menor son abandonados, la condición jurídica de ese niño o niña es que tiene que ser tutelado por las autoridades. El abandono se tiene que investigar de oficio porque es un delito que está en todos los códigos penales de los estados.

En Coahuila, el artículo 211 del Código Penal establece que se impondrá de tres meses a dos años de prisión a quien, teniendo la obligación jurídica abandone a una persona incapaz de valerse por sí misma. Mientras que el artículo 212 dice que será de tres a seis meses si el abandono es en una institución o ante cualquier otra persona.

Según datos de la Fiscalía de Coahuila, se han abierto de 2017 a 2020, seis carpetas por el delito de “abandono de persona incapaz” en el que se involucran ocho menores: dos bebés recién nacidos, uno de dos años, dos menores de cinco años, uno de seis y dos más donde solo se refirió que tenían entre 1 y 15 años.

La activista Ariadne Lamont critica que solo se le pone el ojo castigador en la mujer, normalmente jovencitas, adolescentes, cuando existen muchas responsabilidades “no visibilizadas”.

Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, dice que nuestra cultura machista, patriarcal hace trampa, porque lo rápido es criminalizar a la mujer. Por ello, el especialista recalca que es importante entender que el niño o niña tiene una familia, tiene una mamá biológica, tiene un padre biológico, conocido o no, pero hay responsabilidad y ambas familias, materna y paterna, tienen responsabilidad.

Existe otra vertiente que corresponde al sistema DIF, expone, el cual según el experto no siempre hacen bien. Explica que cuando hay un abandono, debería existir una investigación de la identidad de ese bebé abandonado, en lo que refieren no sólo a quién es su madre o padre, sino también el contexto de la dinámica de ese niño o niña, si tiene más hermanos o hermanas. Saber también si la madre está bien en cuanto a su integridad, si quizá tiene algún padecimiento.

“Es una tarea distinta a lo que hace la fiscalía. Generalmente es la fiscalía la que hace todo y no el sistema DIF que es a quien le corresponde esta investigación de la identidad”, asegura.

Se le preguntó al DIF Coahuila, a través de la solicitud de información con folio 050099200000522, sobre el seguimiento a los casos de abandono de bebés en Coahuila, pero respondió que no es asunto de su competencia.

Juan Martín Pérez explica que el abandono de un infante violenta sus derechos: de salud, protección y uno, enfatiza, que es el derecho a la identidad.

Generalmente los neonatos abandonados terminan en albergues; se les procesa un juicio de abandono y pérdida de patria potestad sin que el DIF realice una búsqueda. Después, apunta Pérez, suele haber una dilación de los jueces hasta de tres años para que el menor pueda ser entregado en adopción.

Pese a que el niño o niña irá a una familia, tendrá otros vínculos y podrá desarrollar un proyecto, el especialista afirma que invariablemente de adolescente o adulto deseará conocer su identidad, derecho que, señala, le fue vulnerado desde un inicio sin que la autoridad haya investigado.

“Ese derecho quedará permanentemente vulnerado. Todos tenemos ese derecho”, explica.

La psicóloga Adriana Romo comenta que ha atendido personas que fueron dejadas en adopción, y que, en la edad adulta, aun cuando hayan estado en un ambiente favorable, queda ese sentimiento de ser alguien no aceptado, no querido, porque, insiste la activista, muchas mujeres nunca desearon la maternidad.

Ilustración: Edgardo Barrera

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