Despiden a los jesuitas asesinados en Chihuahua
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CHIHUAHUA, CHIH.- El templo del Sagrado Corazón de Jesús lucía con decenas de personas adentro y afuera, algo poco común para el mediodía de un sábado cualquiera, pero ayer no fue un día como otros.
A mediodía, este lugar fue la sede para la misa ofrecida en honor de los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, asesinados el pasado lunes junto con el guía de turistas Pedro Palma, en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, en la iglesia local.
Al frente del atrio fueron colocados los dos féretros en diagonal con los cuerpos de los sacerdotes jesuitas y junto a cada uno se colocó su foto.
Desde antes de las 11 del día, afuera del templo, ubicado en la zona Centro de Chihuahua, había ya cientos de personas en espera a que diera inicio a la misa. En los alrededores se desplegó un operativo de seguridad, en el que diversas corporaciones estatales y federales resguardaban a los asistentes, además del apoyo de voluntarios de la Cruz Roja.
Sin embargo, en el ambiente se sentía la consternación, el dolor, coraje e incluso el asombro aún por la forma en cómo perdieron la vida los padres Joaquín Mora y Javier Campos, y el modo en que el grupo asesino se llevó sus cuerpos y fueron localizados hasta después.
“Estamos muy dolidos por esto qué pasó”, dijo un habitante de Chihuahua que esperaba en la fila para poder ingresar al templo. Otros murmuraban entre sí sobre lo que había ocurrió y su experiencia al conocer a ambos sacerdotes jesuitas.
Puntual al llamado, a las 12:00 horas el silencio invadió el templo y la celebración inició con un ritual organizado por la comunidad tarahumara de Cerocahui que habita en la ciudad.
“Realizamos un ritual de alabanza para elevar el alma de los difuntos al cielo”, indicó Ana María González Salmerón, quien es originaria de Cerochaui, pero habita en la capital.