Forman largas filas para realizarse la prueba COVID-19; hombre lo contrae en el IMSS
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CDMX.- A unos días de que los casos COVID en la capital del país superaran diariamente los 3 mil 500, los ciudadanos se volcaron a algunas clínicas y hospitales de la Ciudad de México para hacerse un test y conocer si están contagiados de la nueva variante Ómicron, o simplemente porque no tenían otra opción y había que atenderse de otros padecimientos, sin importar que en el ambiente circulara el temor a contraer la enfermedad.
Pacientes con sintomatología de COVID esperan mínimo media hora afuera, en la banqueta del Hospital General Rodolfo Antonio de Mucha Macías del IMSS, su turno para ser valorados y realizarse una prueba; mientras, a un costado, sólo divididos por la rampa donde ingresan ambulancias, están aquellos ciudadanos que esperan a ser atendidos por otros padecimientos.
En el conocido hospital Venados, enfermos de COVID son recibidos, y si requieren de hospitalización o intubación, son trasladados al CAT Morelos, en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Es el caso del señor Miguel Ángel Muñoz Reyes, quien salió del hospital a las 12:18 horas en ambulancia. Ningún familiar lo esperaba, ya que los informes se brindan vía telefónica.
Minutos antes de su traslado, paramédicos se alistaron afuera de Urgencias: se colocaron sus trajes y mascarillas, aunque don Miguel salió sin la cápsula que evita la propagación del virus, estuvo a la vista de los ahí presentes.
Mientras se llevaba a cabo el traslado, María Angélica Villaseñor permanecía formada apartando el lugar a su hija, quien mostraba fiebre, dolor de garganta y cuerpo. “Venimos a que nos confirmen si tiene Covid, tiene todos los síntomas. Creemos que se contagió en el trabajo”.
En contraste, María Magdalena Vicenteño está a la espera del reporte médico de su esposo, quien el 23 de diciembre ingresó al hospital por COVID-19; sin embargo, 15 días después está la amenaza de que sea intubado y su condición es grave, ya que tiene una insuficiencia renal que lo lleva a realizarse un proceso de diálisis, e incluso, está el temor de que puedan amputarle un pie.
“Contrajo el virus aquí porque teníamos que traerlo a consultas. Nosotros no salíamos. Mi esposo ni siquiera quería tomar 15 minutos de sol, porque tenía miedo a contraer COVID. Me dijo que lo llevara a casa, que prefería morir allá”, aseguró.
A la par se encuentran los familiares de Eduarda Martínez, de más de 80 años de edad, quien se encuentra grave de salud.
Previo a su ingreso, narraron sus hijos, se realizó tres pruebas que salieron negativas a coronavirus, “ahora nos dicen que está muy grave y que posiblemente tenga la enfermedad”, afirmaron sus familiares.