Los <EM>argenmex,</EM> también hasta la madre
COMPARTIR
TEMAS
En medio de la reunión, algunos chicos promueven la concientización de la legalización de las drogas como opción para terminar con la violencia.
Buenos Aires, Argentina. Dos de la tarde, con el tibio sol de invierno a pleno en la Plaza Palermo Viejo del barrio del mismo nombre, el sitio elegido por los organizadores para la concentración Por la Paz con justicia y dignidad en Buenos Aires, sumándose a las actividades que simultáneamente se desarrollaron en más de 26 países, convocados por sus respectivas comunidades mexicanas para exigir ¡YA BASTA! de violencia, de sangre, de muerte, de desapariciones forzadas. ya basta de víctimas de todo esto. 50 metros antes de llegar, unas diez banderas mexicanas ondean como pueden, colgadas sobre las rejas de uno de los jardines de la Plaza, anunciándonos que sí, es ahí el pedacito de patria donde juntos -mexicanos y argentinos- exigiremos con música, con canto, con sonrisas y con amistad que cese el dolor de un pueblo, y de los que viven lejos de su tierra, porque a todos nos duele México.
Playeras verdes y rojas con el nombre de la patria, blusas bordadas de distintos estados de la República Mexicana, morrales coloridos, más banderas, paliacates alguna que otra playera con la frase: Zapata Vive y cualquier elemento que nos distinga como herederos de la cultura azteca nos identifica y nos vamos reuniendo en torno al dueto jarocho que interpreta sones veracruzanos.
También hay carteles que sentencian: "¡México no es un rastro!", "¡No más desapariciones!". No más sangre es la exigencia y ahí, unos 100 argenmex cuentan sus experiencias, las de sus familias, las de sus amigos y coinciden: todos somos víctimas aunque estemos fuera de México.
Miguel, por ejemplo, es un profesional argenmex que desde 1975 vive en México, a donde se fue a realizar una maestría y donde, por la dictadura, se quedó definitivamente. Hoy, Miguel es físico nuclear, trabaja de tiempo completo en la UNAM. Miguel acudió a la convocatoria hecha por los más jóvenes de la comunidad mexicana en Argentina, todos estudiantes, porque México es su otra patria. Su mujer y sus hijos son mexicanos y afirma, gran parte de su corazón hoy también es mexicano. Vino a Buenos Aires como lo hace cada año para alimentar su querencia por la tierra que lo vio nacer, pero volverá a México, su país que le duele; el país que no merece lo que hoy padece por una política equivocada que "tarde que temprano tendrá que detenerse". Miguel está convencido que este tipo de actividades dentro y fuera de México poco a poco irán surtiendo efecto.
Raúl, por otra parte, es muy joven. Es uno de los chicos más activos de la comunidad mexicana en Argentina y es quizá el más involucrado en las distintas convocatorias para efectuar actividades donde México sea el protagonista y en esta ocasión, junto con Ana Pujals, periodista y conductora del Programa radiofónico Con X de México se encargaron de difundir y convocar a los mexicanos en Buenos Aires a participar el domingo 8 de mayo, a partir de las dos de la tarde, en esta concentración para, de manera simultánea con la gran marcha convocada por el poeta Javier Sicilia, marcha que estaría llegando al Zócalo de la Ciudad de México para gritar ¡YA BASTA! ¡No + sangre!, pero haciéndolo a través de la cultura y el encuentro.
Si bien la comunidad mexicana en Argentina, oficialmente alcanza el promedio de los cinco mil de los que, la gran mayoría de concentra en Buenos Aires, reunir a alrededor de 100 o un poco más es un logro.
En medio de la reunión, algunos chicos promueven la concientización de la legalización de las drogas como opción para terminar con la violencia. Embozado con un paliacate, muy al estilo zapatista pregunta a los asistentes: ¿qué piensas que es mejor, la penalización del uso de drogas o la penalización del uso de las armas?... cada uno de los participantes, a su manera expresaron el rechazo a la violencia originada por la militarización de México en el combate al narcotráfico que ya contabiliza más de 40 mil muertos. Todos también coinciden en que esta es una guerra de mexicanos contra mexicanos. Una guerra que duele incluso a los que no nacieron en suelo azteca pero que han tenido la suerte de conocer y vivir en nuestro país.
Emilio es un estudiante más que hoy reside en Buenos Aires, originario de Monterrey, Nuevo León, pero habitante de casi toda su vida en Xalapa, Veracruz y es el responsable de leer ante los asistentes el documento dirigido al presidente Felipe Calderón Hinojosa, en el que se le exige el cese a la violencia porque "los mexicanos que residimos en el extranjero también sentimos el dolor de la violencia que padece nuestro país"; y en general cuestionando los pocos y lamentables resultados de su política de combate al narcotráfico y la violencia organizada.
Emilio tiene 29 años y vino a Buenos Aires a estudiar una maestría en Salud Mental, es uno más de los muchos jóvenes estudiantes que están convencidos que no sólo el gobierno federal mexicano ha errado su política; está convencido igual que los partidos políticos mexicanos -todos por igual-Â hicieron su parte para anular la participación social y aniquilar la credibilidad en la organización popular, neutralizando cualquier iniciativa ciudadana y propiciando el miedo de la gente.
Pero a pesar de todo, Emilio cree que serán los chavos, los más jóvenes, los que tomen la responsabilidad y la fuerza para activar los cambios y exigir que el país les ofrezca mejores alternativas que las que existen hasta ahora. y mientras conversamos con él, se convence y nos convence, de que todavía hay esperanzas de que nuestro país mejore. El termómetro marca que la temperatura va descendiendo. El sol se está ocultando. Son las seis de la tarde y en la Plaza Palermo Viejo, donde los domingos comunes se reúnen artesanos, músicos y artistas populares la concurrencia que acudió a este encuentro para decir también que estamos hasta la madre, se va diseminando por los compromisos de cada uno, pero ahí quedan, presentes todavía algunas banderas mexicanas y los carteles que exigen No + sangre. El objetivo principal quedó cumplido hoy, ya vendrán más encuentros por la paz. eso seguro.