Acuérdate de Acapulco...
Los sismos, los incendios, las erupciones volcánicas, los tornados, los huracanes, las tormentas eléctricas, las sequías, las inundaciones, los incendios, las erupciones volcánicas, las tormentas tropicales, los tornados, los deslizamientos, las sequías, entre otros, forman parte de la naturaleza y han estado presentes desde que el hombre existe sobre la faz de la tierra.
Pero, pero, pero, en nuestros días el deterioro y contaminación del medio ambiente, el cambio climático y el rápido crecimiento de la población, han sido determinantes para que estos fenómenos naturales generen desastres que provocan verdaderas tragedias traducidas en pérdidas de vías humanas y daños severísimos en bienes materiales e infraestructura.
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Hoy Otis, el huracán, ha provocado daños sin precedentes por la magnitud de sus niveles, al puerto de Acapulco. Usted ha visto las fotografías y los videos que dan cuenta de la destrucción. Acabo de ver una fotografía de la calle en la que está la casa de mi madre, en la que crecí, lo que veo me estremece, espero que por estar en medio de edificios muy altos los daños sean menores. Tendré que ir para encontrarme con lo que Otis me haya dejado. Me partió el alma ver la Costera hecha pedazos. ¿Y las casas de los más pobres?
Acapulco está en una zona de temblores y su posición geográfica la vuelve muy vulnerable al paso de tormentas y huracanes, desde siempre. Me gustaría compartir un pequeño resumen de esto que apunto.
Afortunadamente hay bibliografía. En Acapulco en la Historia y la Leyenda de Vito Alessio Robles y Acapulco del escritor guerrerense Rosendo Pintos Lacunza y lo que aporta don Manuel Orozco y Berra, se da cuenta de esto. Siempre me he preguntado, porque me llama mucho la atención, por qué en Acapulco no hay edificios antiguos, como en Chilpancingo o en Taxco, si el puerto era la joya de la corona en tiempos de la Colonia, ahí atracaba la Nao de China, era el puente comercial entre Europa y Asia, así mismo entre Europa y América del Sur, lo que le dio una importancia a nivel internacional.
La respuesta me la dan Don Vito y don Manuel: “Los terremotos intensos y repetidos; las crecientes extraordinarias de la mar, los huracanes devastadores; los temporales que parecen diluvios y los incendios, han arruinado muchas veces a la ciudad que se llamó de los Reyes”.
Por su parte don Manuel expresa: “De 1700 a 1800 esta población padeció diez ruinas, tres de ellas por terremotos, otras tres por huracanes y el resto por crecientes del mar. De 1800 a 1842 hubo otras tres ruinas como las anteriores, y una última causada por un temporal en 1842”.
Valle Arizpe nos cuenta que en 1776 Acapulco sufrió un terremoto que no dejó una sola casa en pie. El único edificio que aguantó fue el del Fuerte de San Diego. Y sigue ahí, destacando en lo alto del cerro, al frente de la bahía.
Por cuanto a los huracanes, don Rosendo Pintos apunta que el 30 de octubre de 1912 hubo un huracán de tal magnitud, que se cayó lo que en aquel entonces era el mercado nuevo, que se ubicaba en la Plaza de Zaragoza. Destruyó todas las casas, los ríos se desbordaron, las calles por completo inundadas y los arroyos del Camarón y la Garita formaron una laguna desde lo que hoy se conoce como el Fraccionamiento Zaragoza hasta donde fue el campo de aterrizaje, sitio donde ahora se levanta la Gran Plaza.
Con el huracán Paulina fue una de las zonas más afectadas. Narra don Rosendo (1912) que... “Los cerros que en aquella época se vestían con espesas arboledas, quedaron arrasados, sin flora, como si una enorme y gigantesca poda, se hubiere llevado a efecto con toda intención. En todas partes veíanse enormes árboles arrancados de cuajo. Millares de pájaros de la fauna cercana y aves marinas, así como gallinas y pollos, puercos y hasta perros, flotaban muertos en las ya tranquilas aguas de la bahía”...
“Como los caminos estaban obstruidos, nada entraba y no había carne, ni leche, ni manteca, ni cerdos que sacrificar; se habían ahogado. Tales circunstancias mucho más duras para el proletariado” ¿Le suena familiar?
Posteriormente hubo más huracanes: 20 de Mayo de 1920, el 1o. de Julio de 1929, el 12 de octubre de 1932, el 25 de mayo de 1937 y el del 26 de mayo de 1938, en éste último se cayó la torre inalámbrica y se desbordaron los ríos, esto ocasionó que la carretera sufriera grandes daños.
De sobra es conocido que en mayo y junio, septiembre y octubre, son los meses más peligrosos. Y ya estamos en el siglo XXI y la incapacidad de las autoridades para prepararse... cero. NO aprenden de la Historia.
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El puerto es vulnerable por su ubicación, ya lo saben. Y esta vulnerabilidad aumenta con el desarrollo urbano y el crecimiento poblacional, así como con el mal manejo del territorio de la ciudad y por permitir la ubicación de asentamientos humanos en zonas de riesgo.
Todo esto lo debe de tomar en cuenta la autoridad, para evitar los resultados fatales que hoy estamos viendo y sufriendo su población. Y es una verdadera falta de responsabilidad el que la ciudadanía no estuviera informada, para tomar las previsiones necesarias y protegerse de los embates de Otis.
Es un verdadero desastre la falta de planeación y construcción de la ciudad de Acapulco. Nunca ha visto la luz el estado de Guerrero, sus gobernantes solo han sido buenos para llenarse los bolsillos de dinero. Y la población perdida en la ignorancia y/o la indiferencia. Guerrero depende de las partidas federales en un 85%. ¡Qué viva México!
Encuesta Vanguardia
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