AMLO y la barbarie
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No hay tregua ni reposo. No hubo tregua, mucho menos reposo. Se inició el año como se terminó el pasado en el país: en llamas. Bajo fuego. La barbarie se ha institucionalizado y se ha hecho normal. Nos hemos habituado peligrosamente a la violencia. Es intrascendente si habitamos octubre o junio de 2022 o enero de 2023. Todos los días son un retrato, una copia fotostática del día anterior. La violencia y la sevicia creció exponencialmente en los años en el gobierno federal con Andrés Manuel López Obrador.
Ha llegado a tal grado el control de los grupos del crimen organizado en México, que en el año 2021, el mismo general Glen VanHerck, Jefe del Comando Norte de las fuerzas armadas de Estados Unidos, alertó a su país y al mundo: entre 30 y 35 por ciento del territorio mexicano está en manos... del crimen organizado. En números redondos y reales es lo siguiente: si el país tiene una extensión territorial de un millón 964 mil 375 kilómetros cuadros de territorio, en poco más de 700 mil kilómetros manda no el gobierno federal de AMLO, sino las maleantes, los diversos cárteles de la droga.
Pero, según otras organizaciones civiles e investigadores, lo anterior incluso se queda corto ante el embate y control de los maleantes y su poder corruptor y claro, de brutalidad y sevicia. Se habla de peores estadísticas a respecto. Ya estados de México están totalmente podridos y perdidos. Es el caso de Jalisco, Zacatecas, Colima, Nuevo León, Tamaulipas, Baja California, Guerrero, Michoacán... Ha llegado a tal grado la bestialidad, brutalidad y poder de los criminales, que el mismo Nuncio papal Franco Coppola urgió al gobierno federal de AMLO a “dialogar” con los capos y criminales.
En su visita a uno de los Estados más desprotegidos (casi todos lo están) y con hartos signos de violencia visibles, en Michoacán, el Nuncio papal dijo textualmente: “La mafia florece donde el Estado no está... lamentablemente, la violencia no es característica de Michoacán, es de todo México”. El representante del Papa Francisco en México, sabe de lo que habla y ellos mismos son víctimas del crimen organizado: justo para cerrar el año pasado, en ese bello estado otrora apacible y su capital, patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, Zacatecas, el 29 de diciembre atacaron a balazos a una familia en su camioneta que no quisieron pararse por temor de ser atracados. Fue peor: mataron a balazos a un seminarista, Dorian Piña y a una niña de 4 años. En otro caso, tres mujeres y un hombre fueron desaparecidos en la tierra de Ramón López Velarde: Jerez...
Gente como usted que me hace favor de leer, me refiere y me comenta de las dos frases-ideas seminales de dos norteamericanos los cuales con mucho tiempo a este fuego que nos calcina, pusieron el acento en México, lo advirtieron y se espantaron de lo que estaba sucediendo, mientras aquí, todo mundo se hacía y se hace de la vista de soslayo. Fueron dos declaraciones en un lapso corto en el año 2011. Lo señalaron con índice de fuego en ese entonces la poderosa Secretaria de Estado, Hillary Clinton dijo: “La brutalidad y la barbaridad (de los cárteles del narcotráfico) van más allá de lo imaginable”. Primera alerta roja.
Esquina-bajan
Luego vendría la puntilla, la segunda por parte del mejor reportero del mundo, Jon Lee Anderson. De hecho, varios lectores me comentan que esta idea seminal ya la han adoptado en su jerga de charla de varias ocasiones que la he repetido en este espacio, la idea no tiene desperdicio. La repito: “Ustedes los periodistas tienen que averiguar qué es lo que enmascara a la sociedad mexicana para encerrar en su seno tanta violencia... no es posible que tanta violencia y que criminales tan sádicos, tan imaginativamente sádicos hayan surgido de pronto en el panorama mexicano. Algo esconde la sociedad mexicana que lo fue incubando durante años y años”.
Punto uno: pues sí la barbarie ya es cosa cotidiana en todo México. Los últimos datos son los siguientes: le platiqué aquí de una caravana de paisanos los cuales fueron despojados de sus autos y todas sus pertenecías en Zacatecas. Ellos venían de Arizona y California en diciembre pasado. 22 personas resultaron afectadas. Pero lo peor es lo siguiente: los miembros del crimen organizado se llevaron al menos a dos seres humanos. No ha aparecido hasta el día de hoy. Allí gobierna David Monreal, de Morena.
Punto dos: mientras Nuevo León arde, Samuel García, su gobernador virtual y el joven Colosio, el Alcalde de Monterrey que no sabe por dónde camina, se la pasa en el extranjero. El primero apenas acaba de llegar de una gira de “trabajo” por Italia, España y Francia y ahora se va a Davos, Suiza. El segundo, el segundo, también emecista, anda en Chicago. Mientras tanto, la narcoguerra ha dejado ranchos solitarios en la carreta a Colombia.
Punto tres: ante el asesinato del ganadero Gustavo Levy Navarro, los ganaderos regiomontanos evalúan cerrar sus puestas. Y ojo, esta serie de ranchos de engorda concentran el 40 por ciento de dicha actividad en el Estado. Mientras Nuevo León se pierde, sus gobernantes hacen turismo político.
Letras minúsculas
Por esto y no otra cosa, es de vital importancia el proceso electoral en este Coahuila aún de pie. Hay dos serios aspirantes y nada más: el “cowboy urbano”, Manolo Jiménez y el “profeta” Armando Guadiana.