Charla con Gibrán Ramírez Reyes

Es natural que a cualquier adulto mayor nos moleste la sapiencia de un joven como Gibrán Ramírez quien, a sus 32 años, sacó de sus casillas a Denise Dresser, epítome de la necedad, según sus argumentos itamitas, mientras que Gibrán es un joven que siempre está en contacto con la realidad, no en balde fue secretario general de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), órgano técnico propio para un científico social y no como la Dresser, vestal carcunda de ese templo neoliberal que es el ITAM.

Y más que un eminente sociólogo, Gibrán es un intelectual público que, a diferencia del intelectual orgánico, también critica y dice la verdad al poder.

Lo cierto es que el jueves pasado, junto con el periodista José Guadalupe Robledo, entrevistamos en el programa “Personajes y Opiniones” al doctor en Ciencias Políticas Gibrán Ramírez Reyes, de quien Robledo dice, y dice bien, es el principal ideólogo de Morena, el movimiento que busca la cuarta transformación de la vida pública de México.

Y al respecto, Gibrán es muy pragmático y ponderado pues no refiere para nada el nivel superlativo de los movimientos anteriores en la historia de México, sino de un verdadero cambio en la vida política, económica y social de México, algo posible y plausible, una verdadera transición.

Un cambio cuesta arriba, puesto que el antiguo régimen tiene alineados a los principales medios de comunicación para atacar a diario a la 4T, en pleno libertinaje de la libre expresión, de hecho, sólo Sebastián Lerdo de Tejada y Francisco I. Madero son el antecedente de un ataque similar al que recibe AMLO, le comenta el suscrito al entrevistado.

Gibrán es parco y convincente: “Este gobierno ya no reparte embutes disfrazados de publicidad a cambio de lealtad en las líneas editoriales. El abuso de la libre expresión legítima a la 4T y hace más creíble su espíritu de cambio”.

Este columnista agrega que así es muy difícil gobernar y le cita el ejemplo de Thomas Jefferson que, al impulsar la primera enmienda a la constitución gringa de 1787 sobre la libertad de prensa, dijo que no podía existir un buen gobierno sin una gran libertad de expresión y que años después, al llegar a la presidencia y sufrir los embates de la prensa, entonces Jefferson rectificó diciendo que no era posible un buen gobierno con tal exceso de libertad de expresión.

Y Gibrán acotó: “Hay mucho oportunismo y banalidad en la estridencia de los medios de comunicación, pero en eso consiste el cambio, en construir una nueva certeza de causas justas ante el oportunismo y la banalidad”.

Robledo le toca el tema sensible de la formación de tribus en Morena, algo que llevó al desastre al PRD, y Gibrán responde: “Al partido lo enfermó el éxito y sufre una pérdida en la intención del voto. Los grupos internos ven con ambición los puestos, los presupuestos, las candidaturas y muchos de los que degradaron al PRD ahora militan en Morena y habrá que cuidar que esto no derive en una perredización de Morena”.

Este columnista le comenta a Gibrán sobre el dominio de cuadros panistas en Morena-Coahuila, personajes que fácilmente pueden retroceder a sus orígenes como recién lo ha hecho Germán Martínez y antes lo hizo Lilly Téllez; sobre ese ecumenismo político, Gibrán nos dará su respuesta en la próxima entrega.