¿Cómo influye el entorno en el individuo?

Les platico una anécdota:

Cierto día, aprovechando el retórico retraso de un alumno para llegar al salón de clase, a la maestra se le ocurrió darle una lección irreverentemente ingeniosa:

Mostró una carpeta verde y pidió a los alumnos que cuando preguntara uno a uno de qué color era, todos respondieran: “roja”.

Llegó el retrasado y en ese momento la maestra comenzó el ejercicio.

Todos respondían que la carpeta verde era roja y al llegar el turno al susodicho, mirando dudoso de un lugar a otro, balbuceando casi, respondió: “roja”.

MORALEJA EXTENDIDA:

Esta es la debilidad del ser humano cuando es sometido a la presión de su entorno, incluso en lo que se refiere a la percepción física.

El mundo se divide en dos tipos de personas:

Quienes siguen sus propias ideas y deseos, y los que siguen a los demás.

Las primeras son fuertes y no se dejan influenciar ni controlar por nadie.

Las segundas son débiles y se limitan a pensar y hacer lo que piensan y hacen los demás.

¿EN CUÁL DE ESOS DOS GRUPOS ESTÁS?

No te preocupes si caes en el primero; es el pan de cada día.

Somos muy sumisos. Bueno, yo no y por eso me meto en un montón de broncas.

Muchos acaban admitiendo y acatando las ideas de la mayoría.

Conozco a gente que se impregna de ideas y creencias, de cuanta persona se topa en su camino.

Incluso en Alemania fueron capaces de creer lo que repetía una y otra vez la propaganda nazi.

También en Venezuela, donde los venezolanos creyeron en la repetición de las frases populistas del oligarca Hugo Chávez.

Y hasta en Estados Unidos -la cuna de la democracia moderna- donde Trump le agregó a su propaganda el poder económico, llegó a ser presidente y quiere serlo una vez más.

PERLAS, PERLAS, PERLAS...

Hasta en México, donde las mañaneras son “perlas, perlas, perlas del adoctrinamiento de López Obrador” hacia sus masas, como dijo -y a los cinco minutos se retractó- la empresaria y diputada plurinominal de Morena por Chispas, Patricia Armendáriz.

CAJÓN DE SASTRE:

“Ya lo dijo Immanuel Kant, con toda su amargura: El ser humano es la única criatura que necesita ser educada para vivir”, remata la irreverente de mi Gaby.