De terciopelo sus alas,
que su viaje tenaz sea protegido: mariposas monarcas
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Se preparan en el norte del planeta. Allá comienza su origen y el primer proceso de su vida. Los habitantes de la región tienen ante sí el milagro de su nacimiento. Habrá quienes permanezcan cerca para observar el inicio, en sus primeras cuatro etapas, que llevan a la mariposa a salir de la crisálida y convertirse en adultas.
El fascinante proceso en que se da la transformación de huevo a mariposa adulta dura treinta días. La oruga eclosionó en un periodo de tres a doce días. Al haber depositado los huevos, la mariposa monarca muere y quedará la primera etapa de su supervivencia a las propias orugas, comiendo la cáscara de su huevo y del algodoncillo de la planta en que han sido depositadas. Gracias a este alimento, los depredadores se alejan debido al tóxico sabor que produce en las mariposas para ellos.
Si esta primera etapa de sus vidas resulta fascinante, la defensa ante los depredadores y su largo andar reafirma el encanto y la magia de sus vidas.
A los bosques de Michoacán, en nuestro País, llegan del sureste de Canadá y del noreste de Norteamérica, y son un importantísimo polinizador: gracias al proceso migratorio de millones de mariposas se mueve el polen de las plantas con flores. Estas mariposas que migran tienen un periodo de vida de entre ocho y nueve meses.
La belleza de su colorido alegra nuestros norteños horizontes en su paso hacia el sur. El terciopelo de sus alas, la agilidad de sus vuelos, la tenacidad del viaje iluminan el reseco paisaje de otoño.
Por esta colorida belleza, la importancia de su presencia y permanencia resultó de enorme beneficio, de estimulante interés el festival del Paso de la Mariposa Monarca, creado en nuestra ciudad capital, la histórica Saltillo. Organizadoras de él, Ivonne Orozco, cocinera tradicional de México; Nicté Ruiz Magaña, directora del Colectivo Ruma: Arte y Comunidad; Mayelo Carsol, artista plástico, Dina Gaona y Norma Zapata de la Garza, directora de la Librería Carlos Monsiváis, realizaron un espléndido esfuerzo para sensibilizar a la población y formar conciencia para que esta maravilla que atraviesa nuestras tierras sea cuidada y preservada.
A través de los años, diversos colectivos y muchas personas se han preocupado por ello. Esta actividad del festival se suma a un esfuerzo importante de años, dando continuidad y estableciendo formas interesantes para fomentar la conciencia ambiental en torno a la mariposa.
Actividades como estas y la producida en las escalinatas de Santa Anita, con motivo del Día de Muertos, son espléndidas ideas que fortalecen la identidad, el sentido de pertenencia y un mayor compromiso con el hábitat y el medio en el que nos desenvolvemos.
La mariposa monarca, bella y delicada, y así igualmente tenaz, fuerte y valerosa, recorre cientos de kilómetros para arribar a los bosques de Michoacán. Que su paso por este territorio, el nuestro, por el que atraviesan confiriendo color y vida, sea respetado, es digno de aplauso.
Por ello, la iniciativa del festival resulta de enorme importancia. Estos son momentos en que las sociedades modernas requieren cada vez más comprometerse con el entorno. Y cada una de las acciones, venidas de la propia sociedad, vienen a impactar en las generaciones actuales y en las generaciones que vienen en camino.
Alas de terciopelo, búsqueda feliz de la libertad, en las mariposas encontramos la renovación mágica de la vida que hace posible la nuestra. Respetar su viaje representa respetar el nuestro.