Demanda de órganos: un grave problema de salud pública
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De acuerdo con estadísticas del Consejo Estatal de Trasplantes de Coahuila (COETRA), más de 2 mil 200 personas se encuentran en la lista de espera para un trasplante de órganos, principalmente riñones, pero el número de donaciones apenas cubre una pequeña porción de dicha demanda.
Y es que mientras mil 764 personas requieren un trasplante de riñón, a lo largo de este año solamente se han registrado 38 donaciones de dicho órgano, lo cual representa apenas el dos por ciento de la demanda.
Algo similar ocurre con quienes esperan por la donación de una córnea y que en Coahuila son 671 personas, pero solamente se han registrado 40 donaciones a lo largo del año, es decir, el seis por ciento de la demanda.
Frente a tales estadísticas, el coordinador del COETRA, Francisco Hernández Esparza, ha dicho que es necesario desarrollar una mayor sensibilización para mejorar la cultura de donación de órganos, pues muchos de quienes esperan por un trasplante corren el riesgo de perder la vida.
Sin duda la cultura de la donación constituye una respuesta importante frente al problema de salud pública que implica el hecho de que un número tan elevado de personas sufra un deterioro tal en su salud que pierda totalmente la funcionalidad de un órgano y su vida dependa de un trasplante.
Sin embargo, frente a las cifras expuestas queda claro que también es necesario el reforzamiento de las políticas de prevención, pues de acuerdo con lo expuesto por el titular del COETRA, la pérdida de funcionalidad orgánica se registra, sobre todo, entre quienes padecen diabetes.
Las cifras no podrían ser más alarmantes: en Coahuila existen alrededor de 870 mil pacientes diagnosticados con diabetes y, de acuerdo con Hernández Esparza, al menos el 10 por ciento de ellos requerirá en un momento del futuro próximo un trasplante de órganos.
Estamos hablando de 87 mil personas que podrían sumarse a la lista ya muy larga de quienes esperan por un trasplante y cuya situación, de acuerdo con el especialista, se ha visto agravada por la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2.
“Lo que hemos observado es que las personas con enfermedades crónico degenerativas registraron un grado de agudización de sus enfermedades después de haber padecido COVID-19; muchos presentaron problemas de insuficiencia renal u otros eventos graves”, dijo Hernández Esparza.
Estamos, a no dudarlo, ante un gravísimo problema de salud pública que no puede resolverse solamente a través de la cultura de la donación. Además de eso es preciso reducir la incidencia de enfermedades, como la diabetes, que son precursoras del problema.
Nuestros hábitos alimenticios y el estilo de vida sedentario que caracteriza a las sociedades modernas se ubican detrás del fenómeno. Implementar acciones para modificar de forma urgente tales circunstancias constituye una de las respuestas urgentes que requerimos.