Democracia: Revocación de la razón
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La fuerza moral y el atractivo popular de la democracia derivan de sus dos principios elementales: Libertad e Igualdad. La primera nos permite controlar nuestras vidas (dentro de lo razonable). La segunda, tener oportunidades iguales de influir en las decisiones que nos afectan en la sociedad.
La democracia más antigua de la humanidad se origina en Grecia en el siglo V antes de Cristo. La suya era una forma de democracia directa, en otras palabras, en lugar de elegir representantes para gobernar en nombre del pueblo, “el pueblo” por sí mismo, se ocupaba de las cuestiones de gobierno y de la práctica política. La democracia directa fue posible en parte porque “el pueblo” era muy limitado. De 240 mil habitantes, 30 mil ciudadanos varones podían votar. Mujeres, esclavos, extranjeros y los niños estaban excluidos.
La ciudad de Atenas había establecido un procedimiento para discernir lo correcto y lo incorrecto. De dos o tres veces por mes, los ciudadanos varones sesionaban en el Ágora con el fin de decidir en una papeleta a mano alzada los asuntos relevantes para el estado. Usualmente, el jurado oscilaba entre 200 y 2,500 ciudadanos que se encontraban generalmente sin trabajo ni suficiente preparación. Para la ciudad, la opinión de la mayoría se equiparaba a la verdad.
Sócrates, el padre de la filosofía, era un habitante distinguido y extraño de esa época. Dedicaba su tiempo a deambular por las zonas más concurridas para abordar a todo aquel que quisiera sopesar sus creencias, costumbres y valores por medio de la razón. No cobraba un solo centavo. A sus 70 años se precipitó en el ojo del huracán, al ser acusado de malvado por corromper a los jóvenes y al tejido social y atentar, precisamente, contra las creencias, costumbres y valores de los helénicos.
Lo llevaron al Ágora. El jurado sumaba alrededor de 500 ciudadanos. Tenía sólo unas horas para defender sus 70 años en pro de la razón. Mantener su postura era suicida. Desdecirse era salvarse. El 56% votó por condenarlo a muerte; el 1.1% de la población total. Murió envenenado por la cicuta. El legado socrático enriquece los dos principios de la democracia ateniense: Libertad es tener la capacidad de escoger nuestros compromisos. Igualdad no es la ley de la mayoría, sino la protección de las minorías. El tiempo le daría la razón, no obstante, siempre la tuvo.
A 2,500 años de la democracia griega, sólo 21 países son considerados como democracia plena.
Durante el gobierno de AMLO, México baja a régimen Híbrido al caer de la posición 72 a la 86. En América latina sólo supera a Honduras, Bolivia, Guatemala, Haití, Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Querido lector,
Hoy tienes la libertad y la oportunidad de seguir libre con igualdad de oportunidades mediante tu voto o tu No voto. Evita la revocación de la razón. Por mi parte, yo solo sé que hoy no votaba.
Agarren viada.