Dos crímenes
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Dos crímenes, el robo y la muerte. De esta canción norteña con aroma a pólvora, en la savia de la UANL
Las ráfagas silenciadoras de los sicarios. Terminaron con la vida del implicado en el desfalco. Luego, llamaron a su socio y hermano. Tu sigues. Le comunicaron.
Al tema guardado en la agenda oculta de la UANL, se reactivo de inmediato. Pocos unieron los hilos sueltos. Las deudas de honor, cuando no se cubren, manchan de sangre a quienes ofenden.
En las oficinas de la torre de rectoría, Santos Guzmán recordó el pendiente del año 2022. Se acabaron las negociaciones con los grupos al interior. Nada para nadie. Decisión dividida.
Los cotos de poder un día estás arriba y al siguiente ni siquiera te mencionan. Los directores van y vienen. Los secretarios están en la misma sintonía.
Al asesinato le siguieron una serie de movimientos estratégicos. Nada de encargados simulando. Llegaron los nombramientos. Así la capilla alfonsina tiene nuevo dueño.
La secretaria de cultura, espacio de vida al interior y con mucha relación con la comunidad, la asume el poeta José Javier Villarreal. Hombre bueno, de letras, enamorado de los clásicos y de la difusión de la obra de quienes han escrito sus nombres en la eternidad del pensamiento humano.
A su antecesor le queda solo aguantar en silencio. Su carrera en la UANL está terminada. Todo con su apellido, heredado de su padre, irá al fondo de la desmemoria.
Los sicarios tienen pendiente cobrar las deudas al tránsfuga, quien anda a salto de mata por la entidad.
Dos crímenes, el robo y la muerte. De esta canción norteña con aroma a pólvora, en la savia de la UANL.
Encuesta Vanguardia
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