El sistema financiero en acción
COMPARTIR
TEMAS
Este año trae buenas noticias para los que quieran invertir, y puedan hacerlo. Esta aseveración la hago con conocimiento de causa y mucha investigación en la gran mayoría de los mercados que tienen una relación directa con el mexicano, como son las bolsas de valores de Estados Unidos, España, Francia, Gran Bretaña y Japón. Las estimaciones de crecimiento para este año en portafolios de inversión de riesgo medio, son de entre 12 y 15 por ciento. Bastante bueno, por arriba de la inflación promedio del año pasado y muy arriba de lo que será la de este 2022, que se estima cierre en 5.1 por ciento.
Las expectativas optimistas se dan principalmente por tres razones: las necesidades insatisfechas de la población mundial derivada de la pandemia, lo que mantiene el consumo en crecimiento; el aumento de las tasas de interés a nivel mundial para controlar la inflación, lo que vuelve atractivos los bonos de deuda de gobiernos y para el caso mexicano en particular, un repunte importante en el segundo semestre del sector exportador automotriz ya recuperado de la escasez de microcomponentes.
En el caso de las necesidades de la población mundial, es muy claro que el consumo se mantendrá a pesar de que al aumentar las tasas de interés la gente pudiera consumir menos. La buena noticia es que el exceso de efectivo generado por los programas de apoyo monetario en casi todos los países del mundo, menos México, dieron tal cantidad de dinero, que seguirá alcanzando en esos países para consumir y para ahorrar.
Estados Unidos tendrá un primer trimestre casi libre de tasas de interés por arriba de cero, lo que dará un fuerte respiro al consumo. Posteriormente la Reserva Federal incrementará las tasas de interés en 25 puntos base y se espera que haya sólo tres aumentos en el año, aunque sin descontar un cuarto dicen los más pesimistas. En cualquier caso, esa tasa no rebasará el 1 por ciento y dará gusto a los consumidores y a los ahorradores.
En la medida que las tasas de interés suban para contener la inflación, los bonos gubernamentales tendrán mejores rendimientos, y como de entrada tienen menores riesgos, sobre todo los bonos de deuda soberana mexicana, se abre una oportunidad para mayores ganancias en instrumentos más conservadores. Esto por sí mismo genera mayor certidumbre a los inversionistas porque hace que los gobiernos tengan recursos para gastar y por ello, se genera un ciclo económico de crecimiento, siempre y cuando se gaste correctamente.
México se podría ver beneficiado de este impulso generado por mayores tasas. A pesar de que tendría que pagar más réditos por el dinero obtenido por la venta de bonos, obtendría dinero a tasas razonables todavía, porque por el momento el riesgo país se mantiene estable, en 358 puntos base, siendo que en enero de 2021 estaba en 361 puntos de acuerdo al índice de JP Morgan. Esto es, en riesgo no hay todavía nada de qué preocuparse.
Conforme pasen los días de este arranque de año, el sector de los microprocesadores mejorará, no totalmente como se quisiera, pero dará al menos un respiro a la industria de mayor capacidad exportadora de nuestro país. Ya las 5 empresas líderes mundiales han dicho que para mayo se verán los incrementos en producción y una parte importante irá directamente al sector automotriz. Esto tendrá dos efectos positivos, por un lado, la recuperación de empleo, lo que incentivará el consumo agregado en la economía nacional, y por el otro traerá divisas, mejorando la posición financiera nacional, manteniendo estable el tipo de cambio.
Como puede observarse, el mundo financiero tendrá grandes posibilidades de mantener una dinámica de crecimiento que, en el peor de los casos, será lenta pero sostenida. En este momento, la única situación que puede complicar fuertemente el poco crecimiento que se tendrá en México es la reforma eléctrica, que es muy seguro que no sea aceptada en las cámaras de diputados y senadores.
A pesar de la salida de Citibanamex del mercado bancario minorista, el resto de los bancos nacionales, pequeños y grandes, serán capaces de cubrir el mercado dejado por el gigante norteamericano. Por ello, el sector bancario se encuentra en calma y seguirá siendo pieza clave en la recuperación del crédito al consumo. Sin embargo, el crédito a las empresas no se ha recuperado y sigue en números rojos. Esto es entendible porque las empresas no necesitan pedir prestado cuando las ventas y el consumo por consecuencia, no han crecido. Como ejemplo sólo hace falta ver las tiendas comerciales en estos momentos para comprender lo que digo. Simplemente no hay compradores.
Este año es clave para consolidar ganancias e invertir en instrumentos de riesgo moderado o bajo. No habrá muchas opciones en el mercado mundial que atraigan a los inversionistas que sepan del tema porque han desaparecido o emigrado empresas que ya no quieren riesgos bajos y, por ende, utilidades bajas. Para el caso mexicano, la Bolsa Mexicana de Valores seguirá siendo uno de los mejores lugares para poner a trabajar nuestro dinero e impulsar la economía. Los rendimientos seguirán siendo atractivos para los especialistas, a pesar de las críticas. Los bancos darán rendimientos mediocres, que en el mejor de los casos, apenas compensarán la inflación promedio. Las divisas podrían volverse atractivas, siempre y cuando no se dé una confrontación entre Estados Unidos y Rusia por Ucrania. Los metales preciosos, son una inversión segura, con rendimientos pequeños pero constantes a largo plazo. Si usted quiere convertirse en inversionista, este año el número mágico es 11 por ciento, que será el rendimiento anual mínimo que deberá obtener por su dinero. De las criptomonedas, mejor luego hablamos, porque de ellas hay muchos datos.