Ganadores y perdedores tras los debates en Coahuila (I)
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Mis conocimientos sobre semántica, fonética, retórica y dialéctica son casi tan nulos como los ejemplos de funcionarios honestos dentro del opaco tinglado de la 4TD (cuarta transformación destructiva). La primera transformación destructiva fue la desalmada lucha emprendida por el cura Miguel Hidalgo, y cuyo rumbo fue corregido por otros Insurgentes entre ellos el verdadero padre de la Patria: Agustín de Iturbide. La 2TD fue la emprendida por Antonio López de Santa Anna y la venta miserable de suelo nacional a los estadounidenses y que Juárez, el inmaculado indio oaxaqueño, trató de emular a cambio de armamento a través del tratado McLane-Ocampo. La tercera transformación destructiva fue la de los herederos de la Revolución Mexicana. ¿Cuánto daño hicieron al país personajes como Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Maximino Ávila Camacho, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Manuel Bartlett Díaz, Raúl Salinas de Gortari o Andrés Manuel López Obrador?
Pero me estoy apartando del tema inicial de mi artículo de hoy. Decía que mis conocimientos sobre semántica, fonética, retórica y dialéctica son prácticamente nulos. Sin embargo, el sentido común que aún permanece vivo a mis fenecientes 47 años, me llevó a concluir que tras la triada de debates celebrados entre los cuatro aspirantes a gobernar Coahuila hubo dos grandes ganadores y dos grandes perdedores.
Los dos grandes perdedores en mi opinión fueron Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja y, sobre todo, Santana Armando Guadiana Tijerina. El candidato del PT centró su participación en los distintos debates en atacar a los candidatos de Morena y, sobre todo, al de la Alianza formada por el PAN-PRI-PRD.
Siempre he desconfiado de aquellos que se inventan un apodo y más cuando lo hacen con fines electorales. El autonombrado “tigre” Mejía pecó de envidia al denostar el trabajo hecho por las autoridades coahuilenses al convertir al estado en el tercero más seguro del país, lo cual tiene gran mérito considerando que se trata de la única entidad de la lista que es norteña y fronteriza. Todos sabemos que Mejía Berdeja fue uno de los funcionarios de seguridad federal más ineficientes, el cual contribuyó a que el gobierno de López Obrador sea ya el más violento de la historia moderna del país con más de 150 mil ejecuciones. La política de abrazos y no balazos instrumentada por personajes como Mejía Berdeja, llevó a la 4TD a formar un narcoestado en el cual se ha llamado a los mexicanos a pelear contra la intervención de las agencias estadounidenses de inteligencia y antinarcóticos en territorio nacional. El candidato petista que tiene a Acapulco en la piel y el corazón, se equivocó al centrar la mayoría de sus ataques en Manolo Jiménez, y sobre todo, al haberse metido con el recuerdo de su abuelo, don Luis Horacio Salinas Aguilera, quien para muchos saltillenses como yo, es un personaje gratamente recordado, respetado y admirado. Para colmo, el “tigre” resultó una mala copia de López Obrador, pues entre las propuestas nombradas en su discurso, estuvo la ocurrencia de establecer en Coahuila al instituto para devolverle al pueblo lo robado. Ojalá que no quiera instalar al instituto federal, pues ahí los empleados de la 4TD se robaron lo que otros ya se habían robado y que le iban a devolver al pueblo. Otra promesa copiada a AMLO fue la de, en caso de ganar las elecciones, someterse, a los tres años de gobierno, a una consulta ciudadana para la ratificación o no de su mandato.
Armando Guadiana, candidato de Morena, fue el gran perdedor. Fiel a su estilo, acudió a los debates más con ánimo de divertir que de aprovechar la ocasión para ganar votantes. En el primero de los debates, cuando se hablaba de la escasez de agua en Coahuila, Guadiana pidió permiso para ir al baño: “¿Y las necesidades biológicas no podrá uno? ¡Me dan ganas de ir a hacer pipí!”. Ante toda pregunta de los moderadores, sólo se limitaba a decir repetitivamente: “No más PRIAN... vamos a sacar al PRIAN”. Al concluir su debate Armando Guadiana fue incongruente, pues luego de haber prometido reiteradamente tener una administración austera, dijo: “Si el PRI se va jóvenes, por mis... por mi sombrero que Peso Pluma vendrá”. Para quien lo ignore como yo, Peso Pluma es uno de los cantantes de banda más populares del momento. En una de sus canciones más exitosas, llamada “PRC”, Peso Pluma canta: “Me levanto, un baño y luego me pongo a forjar. /Es veneno, da pa’ arriba, de muy buena calidad. /Los teléfonos no paran nunca de sonar, /si no es alguna plebita, es porque un cliente quiere más. /Y bien forrados los paquetes van, /no hay pendiente, no puedo fallar. /Siempre estoy listo para cruzar /polvo, ruedas y también cristal”.
No es gratuito que al haber llegado Guadiana a un palco del estadio Madero, cientos de aficionados a los Saraperos de Saltillo comenzaron a gritar al unísono: ¡Manolo! ¡Manolo! ¡Manolo!... (continuará).
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