La inminente degradación crediticia: los riesgos para México
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Primer acto. La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings recortó a mediados de julio la nota crediticia de Pemex, colocándola en grado especulativo y manteniéndola en perspectiva negativa, argumentando que la petrolera se enfrenta a fuertes compromisos financieros en los próximos dos años, con una infraestructura mermada y una producción en caída.
Segundo acto. Casi un mes después, la misma agencia crediticia, expresó su preocupación sobre un posible contagio hacia la nota soberana. Lo anterior en la medida en que futuros apoyos por parte del gobierno hacia Pemex -sin que se vean compensados por otras medidas fiscales- pongan presión sobre las finanzas públicas y conlleve un aumento en la deuda pública como porcentaje del PIB.
Tercer acto. Apenas la semana pasada, en un estudio titulado, “Petróleo y Gas de América Latina-Análisis crediticio relativo; Perspectiva crediticia del sector para 2023: Neutral”, de nueva cuenta Fitch puso el dedo en la llaga al señalar que la petrolera mexicana plantea la mayor preocupación en relación con sus pares de la región. Ello en virtud de los próximos vencimientos de deuda, a la par de su deficiente infraestructura y operación. Estimó que las inyecciones de liquidez del gobierno hacia Pemex rondarán los 15 mil millones de dólares por año.
¿Cómo se llamó la obra?
Queda claro que, con todo este panorama, Fitch Ratings está poniendo la mesa para un eventual recorte crediticio a la calificación crediticia de México. Si bien es cierto que el gobierno ha logrado contener la trayectoria de la relación deuda-PIB en un 45.8 por ciento, a todas luces es muy evidente que la agencia calificadora no se esperará hasta que dicho indicador se dispare, sino que se anticipará si visualiza un riesgo inminente. A final de cuentas en eso consiste su trabajo de evaluar el perfil de riesgo de los emisores.
Idealmente, todo este escenario debería estar incorporado en la propuesta del Paquete Económico 2024 que Hacienda hará llegar al Congreso a mas tardar el próximo 8 de septiembre. Si dicha iniciativa sigue contemplando apoyos a Pemex, sin ir acompañados de medidas, ya sea que incrementen los ingresos fiscales, o bien contengan el gasto en otras áreas, el recorte de la nota soberana será cuestión de tiempo.
De esta manera será prioritario mantener supuestos macroeconómicos realistas en los Criterios Generales de Política Económica 2024, comenzando con un estimado conservador en el crecimiento del PIB. Muy difícilmente se repetirá lo que está sucediendo en este año, en el que sorpresivamente la economía mostró resiliencia y su crecimiento se encuentra por encima del estimado en los Criterios 2023.
Será el ultimo diseño del presupuesto que le toque a la actual administración. Ojalá que características como la racionalidad y el realismo sean los que se prioricen en su concepción y elaboración.
Economista y Catedrático de la Facultad de Economía de la UAdeC
@guillermo_garza
Encuesta Vanguardia
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