La tristeza de los Mexadems
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Me acabo de inventar el nombre “Mexadems”. Trata de hacer referencia a los apasionados seguidores Mexicanos del Partido Demócrata y del Presidente de Estados Unidos. Su pasión se multiplicó con la llegada de Donald Trump al poder y de López Obrador en México. Son globalistas, en su mayoría liberales, los yuppies de los noventas.
Los temas morales, sociales o de seguridad les dan flojera o en todo caso son secundarios dependientes de su principal, la economía. Los encuentra de manera transversal en toda la oposición mexicana. Son los fans de la Secretaría de Hacienda como jefa de los gabinetes presidenciales, desde De La Madrid hasta Peña Nieto.
La luna de miel que vivieron López Obrador y Donald Trump fue su peor pesadilla. El populismo tan básico y simplista chocaba de frente con sus maestrías y doctorados en el extranjero.
La derrota de Trump sería la solución a sus traumas. AMLO se toparía con pared. La oposición habría de resurgir cual ave fénix con un aliado de lujo en el ala oeste del 1600 de la Pennsylvania Avenue. El sueño de la caída de López empezaba, era la luz al final del túnel.
Lo que no previeron los Mexadems es que el sueño tomaría otra ruta. La que enseñan en los salones de política, gobierno, relaciones internacionales e historia, no en los de economía y subsidiaries.
Se lo escuché por primera vez al doctor Jorge Chabat en un diplomado sobré Estados Unidos que tomé allá por el 2005 en el CIDE. Quizá lo descifró él o lo tomó de alguien más. Creo que fue lo segundo. Estados Unidos se mueve a base de tres ejes estratégicos y de manera jerárquica. Lo primero siempre es la seguridad. Teniendo seguridad se aplana el terreno para la economía y sus actividades. Protegidos sus intereses económicos se abre la puerta al impulso de los principios democráticos, libertad y derechos humanos en el mundo. Todo ello se define y decide desde un gobierno con múltiples frentes nacionales e internacionales.
Joe Biden ya dejó en claro que a AMLO le habrá de tolerar todos sus exabruptos populistas y hasta su cortejo de las dictaduras bananeras. No tiene tiempo para atender pequeñeces, hay prioridades. Hay limites sin duda, mismos que López habrá de respetar. En este caso la forma no es fondo.
Ya lo vimos en todas las visitas de alto nivel, sean estas en Washington o en Ciudad de México. En el mensaje de Biden con motivo del bicentenario de la consumación de la independencia. Qué decir del reconocimiento que hace a México, John Kerry, embajador del Medio Ambiente del Gobierno de Estados Unidos, por sus ¡políticas amigables y decisivas en materia ambiental! (Minuto 20:40 de su conferencia en la London School of Economics previo a su participación en la COP 26 #LSEJohnKerry) Y para cerrar y con dedicatoria a todos los Mexadems antiAMLO, la foto triunfal de Ebrard con Biden en Italia en el marco del G20.
A los Mexadems se les terminan las justificaciones, se les terminan las excusas. Es hora de aceptar lo inimaginable. Una pesadilla peor que la luna de miel AMLO-Trump... sí, la nueva luna de miel AMLO-Biden, sólo que esta trae poco ruido y muchas nueces.
@chuyramirezr