Las señales en la sucesión en Coahuila
Anota Maquiavelo: “Todo aquel que desee saber qué ocurrirá debe examinar lo que ha ocurrido. Todas las cosas de este mundo, en cualquier época, tienen su réplica en la antigüedad”.
Las señales de la sucesión en Coahuila, desde hace dos meses a la fecha, están acomodando lo que será el año electoral del 2023 y los escenarios de probable desarrollo en lo que pudiera ser la madre de las batallas o un simple trámite para acceder al poder.
Durante estos 17 años de moreirato ha quedado claro que el poder no se comparte ni se hereda.
Pero van surgiendo episodios que crean el desasosiego de la administración local y van generando grietas en la dominación que viene del centro.
La primera señal acontece en las elecciones para rector de la Narro, cuando el candidato oficial de Riquelme es aplastado no solamente por la base estudiantil, sino principalmente por la parte académica agraviada por el robo al patrimonio de las pensiones de los mentores.
Nunca percibió el gerente de negocios que el cierre de la Plaza de Armas, años atrás, pudiera producir un sentimiento de agravio social y no solamente a los profesores que se defendían de sus opresores y saqueadores.
Eliminada Roxana Cuevas de la contienda electoral, la próxima jugada de este grupo fue aliarse con el hoy rector de la única universidad pública autónoma de Coahuila para derrotar al oficialista y, por ende, las intenciones de dominio gubernamental y sometimiento. (Se pretendía copiar el modelo implementado por la Chema Nostra en la UdeC para crear otra escuela de cuadros del PRI, pero fallote).
Con estudiantes la mayoría becados por el Gobierno Federal, con una unidad en Chiapas y la próxima visita en marzo de AMLO al centenario de la fundación, la Universidad será un bastión morado y al mismo tiempo una voz disidente por lo que hace a los dineros de los profesores, quienes hoy día no se pueden jubilar por las triquiñuelas legales del moreirato impuestas al fondo de pensiones. ¡Válgame Dios!
La segunda señal pegó duro y a la cabeza de los hermanitos porque fue en el gremio del que surgió la campaña de Beto y, una vez saqueados sus fondos, para las de Rubén y Riquelme, así como para los patrimonios de la “Jícara” y el otro, el que cargaba el maletín, los excesos y las residencias de Carlitos, y los paseos de los lacayos medianos y menores de la Sección 38 del SNTE.
La derrota de Carlos Moreira en las secciones 35 y principalmente en la 38 significan la respuesta de los profesores ante los atracos descarados al patrimonio de vida del gremio, porque no solamente afectaron las pensiones, también el servicio médico y hospitalario en la más cruel de las ambiciones.
Carlitos, por ende, ya le estorba hasta a su mismo hermano porque está convertido hoy día en un lastre apestoso.
Atrás quedarán los tiempos de la unidad magisterial en torno al candidato del PRI y, lo más importante, las redes territoriales que se iban tejiendo en cada elección para asegurar la votación masiva, esa que impacta a los votantes el día de las elecciones.
Con el nuevo esquema de los líderes magisteriales ganadores será menos que imposible que se generen estas herramientas, o por el contrario sí se utilicen, pero para apoyar a algún candidato opositor a sus opresores bien visibles. Haya cosa.
La tercera señal y la más reciente fue avisada apenas el día de la Virgen con la nominación de Guadiana como posible candidato de Morena.
Ha quedado claro que después de 17 años fuera de Coahuila y con tan sólo 12 fines de semana visitando los confines del estado, Mejía Berdeja había logrado posicionarse a la par de Manolo con tres años de campaña diaria. Por ende, Ricardo tiene un capital político importante en todos los confines de esta tierra, pero que hoy quedó en estado de viudez y orfandad.
El éxtasis que provocó en Palacio Rosa la noticia del 12 de diciembre no toma en cuenta que este capital político sí se puede heredad y compartir, y que pudiera no ser en el seno de Morena −porque con Guadiana se perdería−, sino en la búsqueda de un candidato alterno, como Lenin, para que encabece al gran segmento de descontento social que acabe con el moreirato.
Al tiempo.