Otra vez los libros de texto
Hoy, la ignorancia señera, llevada por los mismos ministros de culto, desvirtúan, polarizan y se soban las manos al denostar los nuevos libros de texto gratuito
No los llevaron a Cuba secuestrados. Tampoco los adoctrinaron sobre el Socialismo. En cambio, por años, cientos de inspectores se hicieron de la vista gorda. Visitaban las escuelas particulares, donde se impartía comunión, catecismo y se disfrazaba a sacerdotes ordenados como maestros.
En las aulas, por un lado, la imagen del Benemérito de las Américas, en contraparte, la del Sumo Pontífice del momento.
Los viernes, desde primera hora, los alumnos pasaban al confesionario.
Nuestra simulación educativa laica terminó a pedido expreso de la nunciatura mexicana. En la época más fecunda del neoliberalismo de Carlos Salinas de Gortari. Al restablecer las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Inspectores, colegios y sacerdotes, dejaron de simular. Las visitas papales a nuestro país confirmaron el adoctrinamiento social y moral del alumnado.
En primera fila, cientos de ellos, whitemexican, ondearon las banderas del Vaticano, con quienes se identifican en la patria celestial.
La rectoría, donde no se ha negociado parte alguna, de la Comisión de Libros Gratuitos, ha permitido a los alumnos, padres de familia y docentes, de gozar material único, idéntico en toda la nación.
El costo de los títulos corre por cuenta de los impuestos. Ilustres pedagogos dieron forma a la postura nacionalista. Muchos de ellos fueron vilipendiados. Incluso en Nuevo León, organizada por los empresarios del grupo de los diez, algunas marchas para combatir su implementación.
Eso fue antes.
Hoy, la ignorancia señera, llevada por los mismos ministros de culto, desvirtúan, polarizan y se soban las manos al denostar los nuevos libros de texto gratuito.
Para ese sector focalizado en las principales urbes, sin el peso de los intelectuales o pedagogos, incendian con los mismos argumentos del siglo pasado.
En sus mentes, con seguridad, la educación debe ser excluyente, como anuncio comercial. De modelos pulcros y de tendencia europea.
Nada de pueblos originales, sin la otredad del estudio de la sexualidad humana. La ciencia pervierte las buenas costumbres. Nada, como volver a la época del oscurantismo social y educativo.
Encuesta Vanguardia
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