Embellecer a Saltillo
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El estacionamiento de la Ciudad Deportiva luce inundado de autos, como lo están también los alrededores de la calle Lafragua, espacios del bulevar Jesús Valdés Sánchez e incluso áreas disponibles en los exteriores de algún supermercado cercano.
La razón, o las razones: en este inicio de verano, en este punto, como en otros muchos de la ciudad, los saltillenses se lanzan a las calles y a los centros recreativos.
Así, la Ciudad Deportiva y el estadio Francisco I. Madero son los sitios cercanos de interés a los puntos en que los autos han saturado los espacios disponibles para estacionarse.
Pero de igual manera el Bosque Urbano, el Museo del Desierto, la plaza de las Ciudades Hermanas, la Alameda, los viveros y los bazares al aire libre con artesanía de otros estados que han proliferado de un tiempo a la fecha.
La capital del estado se ha convertido en un vibrante polo de atracción. Las familias disfrutan el paseo dominical y, lo que es bueno en sí mismo, trae también consigo una gran cantidad de demandas por atender.
Entre ellas se hace evidente la necesidad de regular el funcionamiento y el mantenimiento de los estacionamientos y de planear estrategias para abrir más de estos. Habría que estandarizar de alguna manera los costos y, por el otro lado, ofrecer mayores garantías de seguridad en las instalaciones. Algunos operan en casas viejas con muros endebles que en cualquier momento pueden venirse abajo y no falta el letrero que advierte que no se hacen responsables de nada.
También resulta necesaria la existencia de más estacionamientos, pues no hay suficientes y de adecuada capacidad para el creciente número de vehículos. La saturación de áreas impide ya no quedar más o menos cerca del lugar al que se requiere, al menos dar con un hueco en sitios a la redonda. Los minutos se acumulan tratando de hallar espacios disponibles.
Empieza a verse rebasado este aspecto de la ciudad. Y si a ello agregamos la escasa atención a los usuarios de bicicletas y motocicletas, el cuadro se completa para reflexionar y tomar acciones.
Los habitantes de la capital requieren de decisiones. También, de una manera definitiva, en el ámbito de la conservación de los espacios de recreación.
Han sido evidentes, en este aspecto, los cambios para bien que han se han visto en la Ciudad Deportiva, en su lago, los corredores, jardines y áreas de juego. Es deseable que el mantenimiento a este espacio continúe en ascenso y sea permanente, pues aún se observan ciertas zonas con basura acumulada en el cauce del arroyo que cruza a su vera.
Pero igual que en los avances vistos en la Ciudad Deportiva, hay transformaciones en otros parques, cuyo mantenimiento es indispensable continúe.
Lo único que falta para contar con espacios recreativos de excelencia es decisión. Espacios de excelencia los hay en muchas ciudades: un modelo de ella es Monclova, con sus emblemáticos Xochipilli, y en otro caso es la cercana Monterrey.
Mientras más limpias se mantengan las zonas, mientras se conserve el mantenimiento, poco a poco incita a educar. Pero mientras se carezca de vigilancia efectiva y mientras no se les brinde la atención necesaria, no habrá avance.
Este mes se conmemora un aniversario más de nuestra ciudad. Para su cumpleaños sería atractivo presumir sus plazas y sus fuentes, en alusión al nombre con que estamos bautizados. Si Saltillo significa “Tierra alta de muchas aguas” hagámosla brotar de manera especial en su cumpleaños, inaugurando con ello la presencia de esas aguas de las fuentes todos los días del año. Invitando, de esta manera, a valorarla con los ojos del amor de quien es parte de este territorio al que llegaron los europeos enamorados de los veneros que regaban el ancho valle.
Que con nuestros pasos diarios por la ciudad los hagamos honrándola, y que se vea ella misma bonita, vestida de gala para la fiesta que se aproxima y de la que todos formamos parte, porque desde ya somos también parte de su historia. Y todos los días la tejemos, dejando sobre ella lo que a nosotros toca de esfuerzo.