Peso y dólar iguales
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La pérdida del peso frente al dólar en los últimos meses se suma a la incertidumbre provocada por los tumbos del nuevo gobierno federal y oscurece más el panorama del País. El peso mexicano remontó ya la barrera de los 20 por un dólar. Parece increíble que en algún momento de la historia de Coahuila ambas monedas tuvieran un mismo valor.
En 1835, el federalismo unió la Provincia de Texas a la antigua Provincia de Coahuila para formar el Estado de Coahuila y Texas. El nuevo estado tenía una inmensa extensión territorial y la lejanía entre sus poblados dificultaba la comunicación y la defensa de sus habitantes. Enfrascados en las luchas de la Independencia, los gobiernos mexicanos habían descuidado la colonización de Texas, por lo que inmigrantes irlandeses y familias originarias de Estados Unidos habían colonizado grandes extensiones del territorio, originando escasez de la población mexicana frente a la extranjera.
La vida en el norte era difícil. La falta de caminos constituía una seria dificultad para la comunicación con el gobierno central y las autoridades federales hacían caso omiso de los problemas de los coahuilenses, asolados, entre otras cosas, por los indios que diezmaban su población e impedían su progreso. Ya de tiempo atrás y debido al desamparo en el que vivían, los colonos tejanos incubaban ideas separatistas. Desde mucho tiempo antes de que iniciaran su rebelión abierta contra México y de que declararan su independencia, Texas era, en los hechos, una colonia norteamericana independiente de México. En 1830, cuando el gobierno mexicano decretó una ley que prohibía la introducción de esclavos, habían manifestado que si se hacía cumplir esa ley en Texas se separarían de México.
Samuel May Williams, un colono tejano de vocación financiera, había obtenido en abril de 1835 un permiso legal del gobernador de Coahuila y Texas, don Agustín Viesca, para establecer en el estado un banco denominado “The Commercial and Agricultural Bank of Texas”. Su base de operaciones sería el departamento de Los Brazos, en la porción tejana, pero podría operar sucursales a lo largo del territorio estatal. Según el permiso, su capital no excedería de un millón de dólares y podría iniciar operaciones cuando tuviera la cantidad de 300 mil dólares en acciones y 100 mil en efectivo.
En agosto de ese mismo año, Williams marchó a Nueva York con el único objetivo de conseguir accionistas para su banco, y en lugar de hacerlo se dedicó a recabar fondos y reclutas para un ejército organizado en Texas para oponerse al gobierno mexicano. Williams salió de Nueva York en enero de 1836 sin haber obtenido los fondos necesarios para abrir el banco pero, con base en el documento legal que autorizaba el establecimiento del negocio y la emisión de papel moneda, mandó hacer en Filadelfia billetes de uno, tres y cinco dólares/pesos. La cantidad expresada en el billete podía representar igual dólares o pesos porque unos y otros valían lo mismo. ¡Dichosos tiempos de igualdad cambiarían! Impresos en inglés y español y con la imagen del águila devorando la serpiente flanqueada de bellos paisajes rurales, aquellos dólares bilingües nunca circularon como papel moneda de curso legal, pero sí fueron exhibidos al público en varias ciudades estadounidenses, y en Washington se mostraron como “prueba” del avance y progreso de Texas.
El señor Williams menospreció la oportunidad que le daba el gobierno coahuilense de convertirse en banquero rico. El desaire lo registra la historia, aunque no su final: no se sabe si participó en la lucha armada y si dejó en ella la vida o si la conservó. En este último supuesto, ¿lograría de las autoridades estadounidenses el pase a la riqueza que le había extendido el gobernador coahuilense? De cualquier modo, sus billetes ya no pudieron circular.