La atracción por Judas en la pintura

Circulo de Oro 2021
/ 11 abril 2011

Judas Iscariote es el centro de centenares de obras de arte. Su personalidad y forma de actuar, diferente al resto de apóstoles de Jesús, le otorgan un papel único e irresistible.

Madrid, España.- Se acerca la Semana Santa y los pasajes de la vida de Jesús cobran relevancia en el mundo cristiano. Entre los elementos hagiográficos, la figura de Judas en los últimos días de Cristo soporta el papel que más animadversión provoca entre los cristianos.

A este discípulo le tocó el peor papel en el reparto. Es el malo de la película y ha sido representado, a lo largo de la historia del arte, con el estigma de ser el más despreciado de los seguidores de Jesús.

En las representaciones de  "La Ultima Cena" se le incluye con tantas variantes como recurrente ha sido el tema en la pintura.

Son muchas las fiestas populares en países como Uruguay, México o España, en las que, preferentemente el Domingo de Resurrección y con el fin de castigarlo por su traición, se apalea, se lincha o quema a un monigote que toma diversos nombres según la localidad, pero que todos representan al apóstol traidor.   

Iscariote es el personaje molesto en dos temas recurrentes de la iconografía cristiana, "El Beso de Judas" y "La Ultima Cena". En el primero se escenifica la traición del discípulo, que guía a los guardias hasta el Huerto de los Olivos, donde se encuentra Jesús acompañado por los apóstoles. Judas, con un beso en la mejilla, indica quién entre todos es el Maestro.  

LA VERSION DE LEONARDO DA VINCI

El tema de "La Ultima Cena" se ha convertido, por tanto, en un icono de la historia del arte y, entre estas representaciones, la realizada por Leonardo Da Vinci está considerada como la más bella por algunos expertos.  

Antonio Casaseca, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Salamanca (España), lo explica así: "La figura de Judas en la pintura y, sobre todo, en el arte, está vinculada casi exclusivamente a "La Ultima Cena", tema que aparece narrado en los Evangelios de San Mateo, San Marcos y San Lucas. A partir de ahí, prácticamente en todos los periodos históricos "La Ultima Cena" aparece siempre como un elemento fundamental con el que se inicia la Semana Santa y, muy especialmente, la Redención del hombre".

"Esta obra representa para la Iglesia Católica la exaltación de la instauración de la Eucaristía y aparece prácticamente desde las primeras manifestaciones artísticas, como lo es el románico, donde se encuentra una pintura tan excepcional como la "Santa Cena", de la Real Colegiata Basílica de San Isidoro, en León (España)", señala Casaseca.

Para el profesor español, "en estos primeros periodos artísticos resulta difícil localizar a Judas, tanto en la pintura como en la escultura. En muchos de esos repertorios iconográficos no aparece su figura y, en otros, no se encuentra identificada con total nitidez. En la época bizantina sigue pasando lo mismo, muestra de ello es la cúpula del monasterio del monte Athos (Grecia), obra bizantina que posee una cúpula preciosa donde aparece Jesús con los doce apóstoles, sin embargo, no se sabe quién es Judas".

Debido al papel que representa, la Iglesia aparta a Judas de la cosmología bíblica, restándole importancia hasta casi hacer desvanecer su protagonismo. En el arte se traduce, durante los primeros siglos, por su inclusión en el grupo como uno más, de forma que pasa desapercibido.  

Según Casaseca, "a medida que la pintura se acerca más a nuestros días, la figura de Judas se incorpora a la escena de "La Ultima Cena" con características propias y pasa a apreciarse con mucha mayor nitidez. En el Renacimiento se establece la forma clásica de representar a este discípulo sentado delante de la mesa, apartado de los demás".

"En los dibujos preparatorios del cuadro que realizó con este motivo Leonardo Da Vinci, el artista respetó esta composición clásica, pero finalmente el pintor toscano resolvió incluir a Judas entre los demás, sin dejar de añadir elementos que le diferenciaran", explica el profesor.

En la obra de Da Vinci, Jesús y sus discípulos forman cuatro grupos de tres. Judas se encuentra en la primera tríada situada al lado izquierdo del Maestro. Leonardo fija la escena en  el momento posterior a la revelación que hace Jesús de la traición a la que sería sometido.

Las reacciones que se reflejan en los rostros y expresan con sus cuerpos los discípulos manifiestan profundos sentimientos como incredulidad, abatimiento o consternación, según comenta el especialista, quien matiza que "Judas adopta una clara reacción de alejamiento con respecto a Jesús, por quien se siente aludido".

UN LUGAR DIFERENTE PARA JUDAS

"A partir de ese momento, ya en el siglo XVI el discípulo traidor aparecerá completamente identificado. Pintores de la escuela levantina como Juan de Juanes, Ribalta o miembros destacados de la pintura barroca holandesa, pintan a Judas normalmente de espaldas, a veces acariciando la bolsa de los dineros -las 30 monedas de plata que le fueron entregadas como pago a su traición-. En otras ocasiones se identifica a Judas porque se encuentra mirando al espectador, casi ajeno a la escena de la Santa Cena", indica Casaseca.  

"En "La Ultima Cena" de Ghirlandaio, (1449-1494), una de las más apreciadas por los expertos, el artista, para romper la composición del cuadro, utiliza la fórmula clásica y sienta a Judas detrás de la mesa, de espaldas al espectador. La parte visible de su rostro muestra una actitud de desconcierto", precisa el  investigador.

En esta obra, Ghirlandaio aporta un elemento novedoso, cargado de simbolismo, al parecer del experto: incorporar en la escena a un gato que se halla en el suelo, detrás de Judas.

Este animal, adorado por los egipcios, en la época del cristianismo pasó a tener un significado oscuro, relacionado con lo maléfico y la traición.

Según Antonio Casaseca, "los grandes artistas del Renacimiento como Ghirlandaio sitúan la escena de la Santa Cena con un fondo que se relaciona teóricamente con el paraíso tal y como Leonardo había hecho. Se deduce porque es un paisaje idealizado y preciosista. Representa el comienzo del final, porque alude a que después de la Resurrección iremos todos al paraíso".

A medida que se acercaba la época del Renacimiento y las figuras comenzaban a adquirir personalidad, los apóstoles se caracterizan por los rasgos singulares que de ellos hablan los Evangelistas en el Nuevo Testamento. "A Judas casi siempre se le representa como un joven barbado, uno de los más jóvenes", explica el experto.

"Mientras que en la pintura románica y medieval todos los personajes son iguales, los modelos que emplean Ghirlandaio o Leonardo son personajes de la época, personas normales que los artistas buscan en la calle o en instituciones", precisa Casaseca.

En su trabajo sobre "La Ultima Cena", cuenta el biógrafo y artista Giorgio Vasari (1511-1574), Leonardo se paseaba por las calles de la ciudad buscando un rostro para Judas. Fueron los modelos para Jesús y Judas los que más le costaron encontrar al maestro.   "Temía que no fuera posible encontrar nadie que, habiendo recibido tantos beneficios del Señor, como Judas, poseyera un corazón tan depravado para hacerle una traición", dice Vasari en sus "Vite".

""La Ultima Cena" ha sido uno de los temas más recurrentes de la historia del Arte y grandes pintores como Goya lo han representado, en este caso en una de las escenas más naturales (recostados todos sobre la tierra). De entre los artistas recientes, Salvador Dalí realizó una de las representaciones más hermosas, donde no se puede distinguir a Judas Iscariote, ya que todos los discípulos aparecen reclinados en actitud de duelo. Es una obra donde el pintor demuestra su gran capacidad artística", concluye Antonio Casaseca.

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* Son muchas las fiestas populares en países como Uruguay, México o España, en las que, preferentemente el Domingo de Resurrección y con el fin de castigarlo por su traición, se apalea, se lincha o quema a un monigote que toma diversos nombres según la localidad, pero que representan todos ellos a Judas.   

* Para Antonio Casaseca, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Salamanca (España)  "A medida que la pintura se acerca más a nuestros días, la figura de Judas se incorpora a la escena de "La Ultima Cena" con características propias. En el Renacimiento se establece la forma clásica de representar a Judas sentado delante de la mesa, apartado de los demás discípulos".

* "En los dibujos preparatorios del cuadro "La Ultima Cena" de Leonardo Da Vinci, el pintor toscano resolvió incluir a Judas entre los demás sin dejar de añadir elementos que le diferenciaran. En la obra, el apóstol adopta una clara reacción de alejamiento con respecto a Jesús, por quien se siente aludido".

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