Omnia: Qué es el celibato

Circulo de Oro 2021
/ 26 noviembre 2007

    La palabra celibato deriva de célibe, que significa "no casado", pero como la palabra se utiliza también para los animales (un gato célibe), entonces "no casado" no es una buena definición.

    Algunos diccionarios definen célibe como "no emparejado"; es decir, "que no tiene pareja", una definición que parece más apropiada.

    Otra etimología interpreta la palabra caelibatus como resultado de la fusión de koith (coito) y leipw (abandono), "abandono del coito". Es decir, el que ha decidido no tener relaciones sexuales.

    Pero la definición más depurada de "celibato" es la de "estado opuesto al matrimonio". Por lo tanto, celibato es soltería. Este es su mejor sinónimo (un sinónino que algunos califican de "culto").

    En fin, no es necesario fatigarse para llegar a la conclusión de que la sustancia de la palabra celibato no es "abstención de relaciones sexuales", sino "ausencia de matrimonio"; es decir, ausencia de unión legítima, con los derechos que de ello se derivan, muy en especial los derechos de la descendencia.

    Y aquí es donde la palabra "celibato" toma un significado muy especial para la Iglesia, ya que al mandar el celibato, a la Iglesia no le preocupa que los sacerdotes pueden tener relaciones sexuales, lo que le preocupa es que los sacerdotes se casen y tengan descendencia, y que esa descendencia reclame bienes que la Iglesia considera suyos.

    La verdadera razón

    La historia ofrece ejemplos abundantes de que muchos eclesiásticos pueden haber renunciado a la soltería, pero no a las relaciones sexuales (el caso de Arcipreste de Hita, ocupado mucho más en el amor de las mujeres que en el amor a Dios, es un simple y aislado ejemplo de ello).

    La prohibición importante de la Iglesia era la de casarse, y sobre todo la de tener descendencia. Garantizado esto, la conducta de los clérigos, empezando por el papado, tuvo épocas nada edificantes.

    Lo sustancial, era frenar la reproducción de los sacerdotes, y de esa manera preservar los bienes de la Iglesia y mantenerlos siempre a salvo.

    El aspecto doctrinal del celibato, el que se refiere a la abstinencia sexual, tiene su fundamento, muy débil por cierto, en los decires de Pablo de Tarso en el Nuevo Testamento. Y fue un decir débil porque si el celibato era algo deseable, resultó practicado por muy pocos miembros de la jerarquía apostólica. De hecho, tardó bastantes siglos en abrirse camino la idea de que el celibato debía extenderse a toda la Iglesia.

    Como dice Pablo en su carta a los Corintios, "más vale casarse que quemarse"; o sea que mantenerse célibe renunciando además a toda actividad sexual para estar siempre ardiendo y alimentando el fuego, no es precisamente la solución en la que pensó Pablo.

    Eso da pie a suponer que cuando por fin se extendió el celibato a todos los clérigos, y a ellos se añadieron legiones de monjes y monjas, la principal motivación no fue la castidad (que no forma parte estricta del concepto de celibato), sino la soltería y la renuncia a reproducirse, para evitar que la descendencia se adueñara de lasposesiones de la Iglesia.

    Costumbre rigorista

    En el caso de los judíos, aun para los clérigos, era vergonzoso no tener descendencia. Asimismo, los primeros cristianos, aunque observaban una vida tan pura como la de los esenios (con los que se cree convivió Jesús de Nazaret), no consideraron el celibato como una virtud. De hecho, casi todos los apóstoles y discípulos fueron casados. Pablo, en su Epístola dirigida a Tito, dice: "Elegid por sacerdote al que sólo tenga una mujer".

    Lo mismo le dice a Timoteo: "El sacerdote vigilante debe ser marido de una sola mujer". Pablo le da tanta importancia al matrimonio, que en la misma Epístola, dirigida a Timoteo, dice: "Si la mujer prevarica, se salvará teniendo hijos".

    En el caso de los judíos, está probado que los clérigos, en vez de ser empujados al celibato, eran inducidos a contraer matrimonio, no sólo por seguir el ejemplo que les dieron los patriarcas, sino también porque en esa sociedad era vergonzoso no tener descendencia.

    A pesar de esto, en los tiempos que precedieron a las últimas desgracias de los judíos (la presencia de los romanos), pululaban en dicha nación las sectas de los rigoristas, esenios, terapeutas y herodianos; y en algunas de ellas, como la de los esenios y los terapeutas, los más devotos no se casaban (se cree que Jesús de Nazaret vivió con los esenios antes de iniciar su Ministerio).

    Y no era la primera vez que el casamiento se alejaba de la religión. Numa Pompilio ya había instituido la castidad de las vestales; la hija de Pitágoras, ya había fundado un convento para las sacerdotisas de Diana. La pitonisa de Delfos también era casta, y también los fueron Casandra y Chyrsis, sacerdotisas de Apolo.

    Los sacerdotes de la diosa Cibeles no sólo hacían voto de castidad, sino que se castraban, por miedo a violar el voto. Plutarco dice que había congregaciones de sacerdotes en Egipto que renunciaban al matrimonio.

    Los primeros cristianos, aunque observaban una vida tan pura como la de los esenios (con los que se cree convivió Jesús de Nazafret), no consideraron el celibato como una virtud. De hecho, casi todos los apóstoles y sus discípulos fueron casados. Pablo, en su Epístola dirigida a Tito, dice: "Elegid por sacerdote al que sólo tenga una mujer e hijos fieles, y a los que no sean acusados de lujuria".



    BREVES DEL CELIBATO

    Siglo I
    Pedro, el primer Papa, y los apóstoles escogidos por Jesús eran en su gran mayoría hombres casados. El Nuevo Testamento sugiere que las mujeres presidían la comida eucarística en la Iglesia primitiva.

    Siglos II y III
    El gnosticismo decía que "una persona no puede estar casada y ser perfecta". No obstante, la mayoría de los sacerdotes eran hombres casados.

    Siglo IV
    Concilio de Elvira del año 306, España, Decreto 43: todo sacerdote que duerma con su esposa la noche antesde dar misa perderá su trabajo.
    Concilio de Nicea, año 325: se decreta que una vez ordenados, los sacerdotes no pueden casarse.
    Año 385: el Papa Siricio abandona a su mujer para convertirse en Papa. Se decreta que los sacerdotes ya no pueden dormir con sus esposas.

    Siglo 4
    Año 401: Agustín de Hipona (San Agustín) escribe que "Nada hay tan poderoso para envilecer el espíritu de un hombre como las caricias de una mujer".

    Siglo 6
    Año 580. Papa Pelagio II: Su política fue no meterse con los sacerdotes casados en tanto no pasaran las propiedades de la iglesia a sus esposas o hijos.
    Año 590 a 604. El Papa Gregorio, llamado "el Grande" dijo que todo deseo sexual es malo en sí mismo (¡Dios mío!, ¿escuchaste?).

    Siglo 7
    Francia: los documentos demuestran que la mayoría de los sacerdotes eran hombres casados.

    Siglo 8
    San Bonifacio informa al Papa que en Alemania casi ningún obispo o sacerdote es célibe.

    Siglo 9
    Año 836. El Concilio de Aix-la-Chapelle admite abiertamente que en los conventos y monasterios se han realizado abortos e infanticidio para encubrir las actividades sexuales de clérigos que no practican el celibato.
    Ulrico, un obispo convertido en santo, argumentó que basándose en el sentido común, la única manera de purificar a la Iglesia de los peores excesos del celibato es permitir a los sacerdotes que se casen.

    Siglo 11
    Año 1074: El Papa Gregorio VII dice que toda persona que desee ser ordenada debe hacer primero un voto de celibato: "Los sacerdotes [deben] primero escapar de las garras de sus esposas".

    Siglo 12
    Año 1123. Papa Calixto II. El Concilio de Letrán I decreta que los matrimonios clericales no son válidos.

    Siglo 16
    1545 a 1563: El Concilio de Trento establece que el celibato y la virginidad son superiores al matrimonio.

    Siglo 20
    1930: Papa Pío XI: el sexo puede ser bueno y santo.
    1962: Papa Juan XXIII: Concilio Vaticano II. El matrimonio es equivalente a la virginidad.


    TRES HECHOS

    1. La mayoría de los sacerdotes no hacen un "voto de celibato". Hacen una "promesa de celibato" ante un obispo.

    2. Aunque el Concilio de Letrán I (1123) decretó que los matrimonios clericales no son válidos, los sacerdotes y hasta los Papas continuaron casándose y teniendo hijos durante varios siglos después de esa fecha.

    3. Muchos estudiosos del fenómeno opinan que el celibato es un don del Espíritu, al igual que lo es la vocación de casarse y la vocación de permanecer soltero. "Los dones no pueden ser obligatorios", dicen, "por eso es que consideramos que el celibato debería decretarse `opcional', para que no se le imponga a aquellos que no han sido llamados a permanecer en ese estado".


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