Yoga para la espalda
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<span></span>Reducir los dolores de espalda e incluso evitar una cirugía en la columna vertebral, es posible con sencillas posturas
Maru Adame, maestra yogui certificada, quien ha trabajado en conjunto con el médico ortopedista y traumatólogo, Javier Casillas, ex director del Instituto Nacional de Rehabilitación, imparte desde hace 13 años el Yoga Terapéutico.
Una de las aplicaciones que tiene esta diciplina oriental es ayudar a relajar los nervios, músculos, huesos, ligamentos y tendones de la espalda, los cuales pueden ser una fuente de dolor.
"El malestar en la espalda es un problema frecuente en adultos, 80 por ciento de las personas, en mayor o menor medida, lo sufre", apuntó Adame. La causa más común es la tensión de los músculos, que por lo general se curan solos en un par de semanas, pero el dolor puede ser intenso y agotador.
Otra fuente de dolor en la espalda es la hiperlordosis (cuando la parte baja de la columna está más salida de lo normal); también la enfermedad degenerativa de disco y la hernia de disco lumbar, o varios tipos de fracturas como la espondilólisis (fractura por estrés) y la temible artritis.
Por lo anterior, Maru Adame ha trabajado junto con el ortopedista en el manejo de estrés y el estiramiento de la columna. "La mayoría de los dolores musculares y 85 por ciento de las enfermedades de la espalda están relacionadas con ésto", dijo la profesora.
"En ocasiones, los dolores son pasajeros, pero si éstos persisten es necesaria una intervención quirúrgica", expuso Adame. Agregó que el yoga sirve tanto para las personas que quieren evitar la cirugía de columna como para los que desean rehabilitarse tras la operación.
Los dolores en la columna se dan cuando la vértebras no tienen suficiente espacio y empiezan a pinchar la médula que sale del sistema nervioso central.
Por ello, Maru Adame dio unas posturas de yoga para estiramiento de espalda. "Éstas se hacen con la intención de que el espacio entre las vértebras se abra y dé alivio".
Para que surta efecto la terapia, cada postura tiene que durar de tres a cinco minutos y se deben repetir los ejercicios de tres a cinco veces al día. Se necesita un tapete, una cobija, dos sillas y dos cojines rectangulares (uno alto y otro pequeño en caso de necesitar apoyos).
"Aunque el yoga terapéutico es una herramienta para librarnos de nuestros dolores, es una disciplina que ofrece a la par liberación emocional, mental, física y espiritual.
"El yoga no es sólo asanas, sino una actitud interna de de-sapego y de quitar límites para llegar a un estado de paz, armonía y bienestar", concluyó Maru Adame.
Para mayor información sobre el Yoga Terapéutico puede visitar el sitio www.buddhiyogasur.com.mx.
Postura 1
Se pone la silla en un extremo del tapete, frente a ella se acuesta boca arriba, con la espalda pegada al tapete y las pantorrillas en el asiento. Las rodillas deben estar flexionadas. Se coloca una cobija justo debajo del sacro (no en la cintura) para que la postura surta efecto en la espalda.
Postura 2
Parada frente a la silla, se inclina hacia enfrente para apoyar los antebrazos y las manos en el respaldo; la cabeza baja hasta alinearse con las manos. Se llevan las caderas hacia atrás y se estira la espalda para darle alivio. Las piernas deben estar bien rectas, de manera que se forme un ángulo de 90 grados con el tronco.
Postura 3
Se colocan las dos sillas con los asientos encontrados, pero dejando un espacio entre ellas, lo suficientes para que entren las piernas. En el asiento de una de ellas se pone un cojín y en la orilla de la otra se sienta. Con las piernas abiertas a la altura de las patas de la silla, se inclina recostándose sobre el cojín y dejando que la espalda repose.
Postura 4
Ahora, sobre el tapete, se ponen las rodillas y manos al piso, la espalda debe estar recta. Luego se estira la pierna izquierda con el brazo derecho y después se intercalan para trabajar de ambos lados. Las extremidades deben estar a la misma altura que la cadera.
Postura 5
Hincada en el tapete, las pantorrillas tocan el piso y los talones se pegan a las caderas. Luego se pone la frente en el piso y se estiran los brazos al frente lo más que se pueda. Si la flexibilidad no da para tanto, puede usar un cojín de apoyo enfrente, o si se dificulta juntar los talones con la cadera se puede poner un pequeño cojín. Lo importante es que la espalda se estire de forma recta.
Postura 6
Torción. Acostada boca arriba, se abren los brazos hacia los lados, tocando el tapete con cada codo y se suben las manos a la altura de la cabeza formando un rectángulo.
Luego se flexiona una pierna a la altura de la cadera y se lleva al lado contrario (si es la derecha, hacia el lado izquierdo del tronco o viceversa) tratando de que la rodilla toque el piso. La pierna que permanece recta debe formar un eje vertical con la coronilla. Después se cambia de pierna para trabajar el otro lado. En esta postura, la espalda recibe una rica torción.
Postura 7
Esta vez se coloca la silla al lado de una pared. Frente al asiento, se sube un pie y se flexiona la pierna para que quede a la altura de la cadera, la otra pierna permanece recta y apoyada en el piso. El torso gira hasta quedar con el rostro hacia la pared, en la cual se pondrán las manos con los dedos abiertos, esto a la altura de la boca como queriendo empujarla. Al terminar se voltea la silla y se trabaja del otro lado.