Videojuegos: Okami, aúna belleza y entretenimiento

Cuando alguien es capaz de impregnar con magia lo que hace, casi nadie puede negar la evidencia. Es lo que Clover Studio ha hecho con Okami: puede gustarte o no, pero cualquiera con dos dedos de frente reconocerá que este juego tiene un encanto especial. Parece mentira que sus creadores pensaran en primera instancia desarrollar un juego fotorrealista.

Sin embargo, las limitaciones del Emotion Engine les hicieron tomar un nuevo rumbo a nivel visual que terminó desembocando en un apartado gráfico único.

Clover Studio ha empleado la técnica del cel-shading dejando a un lado el uso y abuso de la estética de dibujos animados o tipo cómic, para imitar la pintura antigua tradicional japonesa.

Lo que en un principio se muestra en pantalla como un bello entorno de trazos sencillos y colores pastel, de aspecto frágil y sensible, a la hora de la verdad se comporta como un sólido motor gráfico que da vida a un maravilloso mundo de color.

Semejante estilo gráfico es la funda perfecta para esta historia de dioses y demonios. Una lucha titánica entre el Bien y el Mal, representado el primero por Amaterasu (diosa loba del sintoísmo japonés) y el segundo por Orochi (una bestia infernal de ocho cabezas), y salpicada por el espíritu de títulos clásicos como The Legend Of Zelda, ya que el esquema de Okami es bastante similar, pero con sus peculiaridades.

La principal seña de identidad del juego es el pincel que la protagonista puede usar de muy diferentes formas.

Cuando la aventura comienza y Amaterasu regresa a Nippon, descubre que sus tierras están dominadas por la oscuridad que Orochi y sus secuaces extienden a su paso. Con su poder, la diosa loba, será capaz de devolver la vida y el color a la tierra baldía.

A veces, derrotando bestezuelas inmundas y, en las más bellas ocasiones, usando el pincel para hacer florecer árboles, praderas e incluso que salga el sol en medio de la negrura.

El innovador sistema de convertir la pantalla en un lienzo le confiere un toque distinto a la mecánica de juego.

Ya sea para dibujar una bomba (aunque de forma muy esquemática, con un círculo y una raya a modo de mecha) para abrir boquetes en muros, o trazar una línea que actúe como el sedal de una caña de pescar y disfrutar sacando pececillos del agua; y así podríamos continuar hasta completar las trece técnicas que tienes que aprender a lo largo de la aventura.

Siguiendo la estructura típica de un Zelda, Okami se expande en múltiples líneas de acción con todo tipo de submisiones. Algunas como el mencionado minijuego de pesca, otras involucrando a otros personajes que solicitan algún objeto o acción. En definitiva, todas dan forma a uno de los mejores juegos de PlayStation 2 para este año.

Clover Studio cierra el círculo con una banda sonora de sobria tonalidad oriental y un idioma a la Banjo & Kazooie que, por desgracia, no cuenta con subtítulos en castellano.