4 problemas en el deporte juvenil de hoy

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¿Eres parte del problema? ¿Sus hijos disfrutan de los deportes de equipo o suponen un sufrimiento para ellos, causándoles lesiones, y en una carga para ellos?
Se estima que más de 21.5 millones de niños, entre las edades de 6 y 17 años, juegan deportes de equipo. Estos datos recogidos por ESPN también encontraron que el 60 por ciento de los varones y el 47 por ciento de las niñas ya están en equipos desde la edad de 6 años.
Las investigaciones realizadas por ESPN también indican que la razón número uno de un niño o niña para dejar un deporte de equipo se debe a que él o ella no se estaba divirtiendo.
¿Por qué estos niños no están divirtiendo? Con la obesidad como una epidemia de salud en Estados Unidos, ¿deben los adultos tratar de asegurar que sus hijos estén disfrutando de la participación activa en programas deportivos?
Cualquier persona que se ha sentado en la banca de un juego, ya sea recreativo o competitivo, puede entender por qué muchos de estos niños no se divierten. En pocas palabras, los adultos están arruinando a esos niños. Los padres y los entrenadores están quitándole toda la diversión de esos deportes.
Aquí hay cuatro problemas con los que se enfrentan los programas deportivos para jóvenes:
1. Se enfoca sólo en ganar o competir, no en la diversión.
Muchos han perdido la perspectiva sobre por qué se iniciaron los deportes de equipo. La organización US Youth Soccer manifiesta que su "misión es fomentar el crecimiento físico, mental y emocional. Nuestro trabajo es también para que sea divertido, e inculcar en los jugadores jóvenes una pasión por el deporte".
De acuerdo con la 'Little League' (Liga de pequeños), que se estableció hace más de 75 años, "El resultado de un juego nunca será más importante que el orgullo de pertenencia, la experiencia del juego, los amigos, y la diversión".
Esos objetivos programáticos son la razón por la que muchos padres, entrenadores, y voluntarios, deciden pasar tiempo con los niños que participan en actividades deportivas. En algún lugar en el proceso, de muchos de estos adultos y niños, olvidan que la diversión es más importante que ganar.
Al final de todo, sólo 1 de cada 6.000 jugadores llega a la NFL; 1 de 4000 lo hará a las Grandes Ligas de Béisbol; y 1 de 10.000 llegarán a la NBA, según la web 'Statistic Brain'. Las probabilidades de alcanzar sueños deportivos profesionales de un niño/a son muy escasas, por lo que los padres deberían pasar más tiempo ayudándole a disfrutar del juego, mientras él o ella sean jóvenes.
2. El desempeño de los niños pasa a ser más importante que su salud.
El periódico 'USA Today' informó que "en junio de 2011, un informe clínico en 'Pediatrics', la revista de la Academia Americana de Pediatría, advirtió que las bebidas energéticas que contienen estimulantes no deben tener cabida en las dietas de los niños o adolescentes".
¿Ha sido testigo de padres en los límites de las canchas dando a sus hijos pequeños este tipo de bebidas energéticas con la esperanza de aumentar su rendimiento? ¿Se siente culpable de proporcionar a su hijo productos no saludables para aumentar su rendimiento durante un juego?
Mientras que los costos financieros de los deportes juveniles siguen aumentando, la amenaza de lesiones y de no tomar el cuidado correcto de estos cuerpos jóvenes es una preocupación mucho más grande. ¿Qué precio están dispuestos a pagar los padres para que sus hijos sobresalgan en el deporte de su elección? ¿Pasan estos niños un tiempo excesivo de entrenamiento en función de su edad?
La web 'Safekids.org' informa que 1,24 millones de niños estuvieron en salas de emergencia bajo observación médica por lesiones relacionadas con el deporte. Asimismo, señala que más de la mitad de los atletas lesionados continuaron jugando el encuentro debido a que no querían dejar tirado a su entrenador o temían que fueran cosas sin importancia.
Tenemos que estar más preocupados por la salud para toda la vida de un niño o niña, en lugar de por sus aspiraciones (o la de sus padres) deportivas temporales.
3. Los niños se especializan demasiado jóvenes.
De acuerdo con un informe de investigación elaborado por John O. Spengler, "la especialización deportiva puede considerarse una formación intensiva durante todo un año en un solo deporte, con la exclusión de otros deportes".
Muchos programas deportivos para jóvenes comienzan con academias de entrenamiento de los niños, para desarrollar sus habilidades, ya a los 6 años de edad. Si los niños no se inician en estas academias especializadas de entrenamiento, los padres quedan preocupados de que sus hijos pierdan la opción de practicar deportes competitivos cuando se presenta la oportunidad, muchos ya en la edad de 9 años.
Las investigaciones realizadas por Spengler para el 'Aspen Institute Project' determina que "la especialización deportiva precoz, no mejora las oportunidades de éxito deportivo a largo plazo, en casi ningún deporte, y, por contra, puede aumentar el riesgo de lesiones por una práctica excesiva que lleva al agotamiento físico".
Los niños se ven obligados a "especializarse", o elegir un deporte, antes de que sean pre adolescentes. Rara vez tienen la oportunidad de experimentar variados deportes porque los entrenadores esperan toda la atención en el deporte que están entrenando. Los compromisos de tiempo y dinero hacen que sea casi imposible que los niños juegan más de un deporte.
En un artículo publicado en The New York Times, Paul Sullivan escribe: "Con los viajes de los equipos, y versiones interiores o 'Indoor' de los deportes al aire libre, ahora en pleno apogeo, algunos ex deportistas de élite, e incluso los entrenadores que alimentan las obsesiones de los padres, están alentando a tener más precaución. La disposición a gastar en mayor medida, en dinero, tiempo, emoción, y la propia infancia, necesitan ser mirados con más cuidado", dicen
4. Cuidar más el encuentro a disputar que el niño o niña.
En un artículo escrito por John O 'Sullivan, autor de "Changing the Game" (Cambiando el Juego), sugiere seis preguntas que los padres deben preguntarse a sí mismos acerca de la experiencia deportiva de sus hijos:
1. ¿Se está divirtiendo mi hijo o hija?
2. ¿Este juego / liga / evento sirve a las necesidades de los niños, o las necesidades de los adultos?
3. ¿Hace que esos deportes para jóvenes se vuelvan más importantes para usted o para su hijo o hija?
4. ¿Hay una manera de conseguir una experiencia similar de una manera menos intrusiva, menos costosa?
5. ¿Qué es lo que aprendió mi hijo de esta experiencia, y si lo hace coincidir con los valores que estamos enseñando en casa?
6. ¿Está manteniendo nuestra familia el orden de prioridades (familia, iglesia, escuela, vacaciones, deportes, finanzas, compromisos, etc.)?
Una sugerencia que añade O'Sullivan es dejar al niño o niña solo en el auto, camino a casa. Si luego el niño/a quiere hablar sobre el juego, hay que dejarle tocar el tema. Sugiere: "Muchos niños me indicaron que las acciones de los padres, y las conversaciones después de los partidos, les hizo sentir como si su valoración, y el valor en los ojos de sus padres, estuviera atado a su rendimiento deportivo, y a las victorias o derrotas de su equipo".
A muchos de nosotros nos gusta animar a nuestros hijos desde la barrera. Nos encanta ver el sentimiento de superación que sienten cuando balancean ese bate y golpean su primera bola, anotan su primer gol, o consiguen su primera canasta. Nos encanta ver a nuestros niños hacer una entrada grande, o deslizarse a su manera por el hielo. Vamos todos, en primer lugar, a tratar de recordar por qué comprometimos a nuestros hijos en los deportes de equipo para jóvenes; desde luego, no fue para poder convertirse en padres y entrenadores de pesadilla. ¿O sí?
Por: Brittany Jones