Hombre finge su muerte y deja a su novia 'vestida y alborotada'

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Se enamoraron a primera vista, él le prometió "amor eterno", ella le creyó, el día de la boda el fingió su muerte, ella se quedó "vestida y alborotada".
Estados Unidos.- Tucker Blandford, de 23 años de edad, conoció al amor de su vida, Alex Lanchester, mientras estudiaban en una Universidad de Connecticut, en agosto de 2012; Cupido los flechó y ambos cayeron enamorados a primera vista.
Originaria de Reino Unido, Alex debió volver a su país tras un año de intercambio; entre lagrimas y súplicas de que no se fuera, Tucker se arrodilló en pleno aeropuerto y le pidió matrimonio. La pareja se comprometió y comenzaron los preparativos para la boda.
Alex voló a Reino Unido y Tucker se quedó en EU, ambos se mantuvieron en contacto durante todo este tiempo.
La pareja había fijado la fecha del enlace para el pasado 15 de agosto; Alex ya había gastado unos mil dólares (13 mil pesos mexicanos aproximadamente) en el vestido de novia, invitaciones y otros detalles; Tucker había reservado el lugar del campus universitario donde se conocieron para realizar la ceremonia.
Pero entonces, Alex recibió una llamada que le rompería el corazón; un hombre que se identificó como padre de Tucker le informó que su prometido había pasado por una fuerte depresión y que sin más se había "arrojado frente a un coche en movimiento", por el impacto, Tucker habría muerto trágicamente.
Devastada por la noticia, Alex decidió llamar a la madre de su difunto prometido y dar sus condolencias; cuando la madre de Tucker respondió a la llamada, corrigió la versión de Alex, le aclaró que gracias a Dios su hijo estaba "vivito y coleando".
"¡Hijo de su ...!" pensó Alex.
Finalmente, Tucker aceptó que le asustó mucho la idea de casarse tan joven: "Me siento terrible, soy una horrible persona. Sé que no debí haberle dicho que estaba muerto, pero no sabía que más hacer. Alex es una chica increíble... pero me asuste y sólo quería terminar con la relación".
Alex ya había viajado a los EU con el objetivo de estar lista para el día de su boda soñada al lado de su "príncipe azul", que al final resultó un patán más; con la frente en alto, la muchacha británica está de regreso en su patria, donde seguramente encontrará a un verdadero caballero.