El transtorno por la risa

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Según expertos, las personas que sufren gelotofobia temen ser objeto de burlas
Con frecuencia, estar con un grupo de amigos y echarse unas risas es una grata experiencia. Pero para quienes sufren de gelotofobia es todo menos eso. Sus víctimas le temen a la risa.
"Escucho reír y asumo que se están burlando de mí. Me pongo tenso y me preparo para la pelea. Puedo sentir la adrenalina", le explica Drummond (nombre ficticio).
"Casi nunca hablo o hago algo que me haga reír", continúa este joven estadounidense de 18 años. "Veo cómo otros se divierten y algunas veces quiero cambiar y ser como ellos. Pero no quiero acercarme y que se burlen de mí porque soy diferente".
Esta descripción fue grabada por la doctora Tracey Platt, de la universidad de Zurich en Suiza, quien forma parte de un grupo de científicos de todo el mundo -incluyendo África, Canadá, India y Rusia- que intentan comprender las causas de este trastorno.
Según los expertos, puede que los gelotofóbicos no entiendan lo que es la risa o piensen que está dirigida a ellos de forma negativa y maliciosa, con lo cual sienten miedo cuando la escuchan.
Con frecuencia les es muy difícil estar rodeados de gente, y pueden sufrir de dolor de cabeza por estrés, mareos y episodios de temblor en situaciones sociales, agregan.
"Reacción visceral". Chukar, de 37 años, es de Israel. Dice que se siente "avergonzado" y "cohibido" cuando escucha que alguien se ríe. "Cuando oigo una risa siento una rabia extrema que empieza con una reacción visceral y que puede durar horas, incluso días. También se me tensa el cuerpo en extremo y me dan dolores de cabeza", afirma. Chukar cuenta que evade las situaciones sociales con la lectura y practicando deportes solitarios. Los individuos con esta fobia pueden tener también limitaciones laborales.
Trabajar en una oficina llena de gente puede ser un reto infranqueable si siempre hay alguien riéndose, porque se siente como un ataque personal.
A largo plazo, la fobia puede llevar a la ansiedad y a la baja autoestima. También está asociada con la depresión.
A los gelotofóbicos les puede costar mucho hacer amigos, encontrar amor y tener alguna forma de relación duradera.
"Estoy solo y afronto las cosas solo", confiesa Chukar.
Qué fue primero. La investigación sobre las personas con gelotofobia empezó en 2008. Las razones exactas de este trastorno siguen siendo un misterio. La doctora Platt explica que las causas pueden estar en el ambiente del niño, en cómo se desarrolló su personalidad, la vida escolar, la social y su propio sentido del humor. Y agrega que muchos gelotofóbicos fueron víctimas de acoso escolar.
"La cuestión es qué fue primero. ¿Tiene alguien una disposición que lo hace sensible y hay una incompatibilidad que hace que en primer lugar se sienta acosado?", se pregunta Platt, quien agrega que también podría ser una respuesta directa al acoso.
Esta experta no cree que la fobia se desarrolle repentinamente en la adultez y sospecha que puede haber una relación con el síndrome de Asperger.
¿Tratamiento? "Puede ser que los gelotofóbicos se puedan reprogramar", señala Platt. Pero no están en el punto en que puedan probar tratamientos pues es un campo muy nuevo. Platt explica que lo que quiere es que el trastorno sea fácil de identificar por los terapistas, quienes son los que en el futuro pueden diseñar un tratamiento.
Por El Nuevo Día/GDA