Exorcista promete sacar el demonio vía Skype

Estados Unidos.- Para todos aquellos que sienten que fuerzas malignas se han apoderado de sus cuerpos y no saben a quien acudir, el reverendo evangélico Bob Larson se dice capaz de de expulsar al demonio de nuestros cuerpos y almas vía Skype.

Si creen que Larson es un charlatan más, pues deben saber que ha investigado seriamente las posesiones demoníacas durante 30 años, ha escrito unas 3 decenas de libros, que han sido traducidos a 12 idiomas, entre otros datos curriculares que harán volcar su fe en el "webexorcista".

"El proceso mediante el cual se expulsa un espíritu maligno de un individuo que ha sido de alguna manera invadido, demonizado o poseído por ese demonio", es así como Larson explica lo que es un exorcismo, advirtiendo que este procedimiento puede ser realizado "en línea".

Larson, quien es reverendo de la Iglesia de Libertad Espiritual de Scottsdale, Arizona, indica que lo único que necesita para sacarle el demonio a cualquier usuario es un equipo de computo o dispositivo portátil, una webcam y tener contacto visual con el poseído.

No obstante las buenas intenciones de Larson, Isaac Kramer, presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas Católicos, advierte que los exorcismos vía Skype son una "reverenda mentira".

"Si una persona está completamente poseída, el demonio que toma su cuerpo no le permitirá sentarse frente a la pantalla de la computadora para ser exorcizado. Lo más probable es que lance la pantalla de la computadora lo más lejos posible y destruya todo lo que haya en la habitación", indica Larson.

Además, en un exorcismo vía internet no se puede utilizar el agua bendita, los crucifijos y demás herramientas religiosas.

Otros como el experto Thomas Allen, dicen que esto de los exorcismos vía Skype "sería como pretender bautizar a alguien por teléfono".

Pues bueno, si ya tienen el demonio adentro y no tienen un padre cerca, no es mala opción acudir a los servicios de este exorcista en línea, no pierden nada, o más bien pueden perder la maldad en su alma.

Con información de Público.es