Joven afgana mutilada emprende una nueva vida

Su tragedia y su foto dieron la vuelta al mundo en agosto de 2010 cuando protagonizó la portada de la prestigiosa revista Time. Su marido era un militante talibán que le mutiló la cara porque ella había intentado huir de su casa.

Con su valentía se convirtió en la imagen del sufrimiento que viven a diario miles de mujeres en su país, Afganistán, y en otras partes del mundo. Hoy, a dos años, tras obtener el asilo político en los EU, Bibi Aisha, 22 años, asiste a la escuela y se prepara para una cirugía reconstructiva a la que será sometida en Los Angeles.

Bibi dio a conocer cómo será su nueva imagen, gracias a una prótesis nasal que utiliza hasta el momento de la intervención quirúrgica.

Un equipo de médicos y psicólogos la atienden a diario, no sólo por la futura operación, sino para tratar el estrés post-traumático causado por la situación que debió atravesar."Cuando llegó era una ruina emocional", dijo una de las encargadas de la ONG que se ocupa de su cuidado.

La joven relató que cuando tenía 12 años fue obligada por su padre a contraer matrimonio con un combatiente talibán para pagar una deuda. El hombre la sometió sexualmente y la hacía dormir en un establo. Cuando trató de huir, fue capturada y, como castigo, le cortaron la nariz y las orejas.

Fue dejada en las montañas, dada por muerta. Su padre la llevó a un centro médico, donde la cuidaron durante 10 semanas hasta que fue llevada a un refugio secreto en Kabul y más tarde trasladada a los EEUU.

Luego de que la historia saliera a la luz, la policía de Afganistán detuvo a su suegro, uno de los responsables del ataque. Haji Suleman fue acusado de haber incitado a sus hijos, el marido de la joven y su cuñado para que "vengaran" su fuga del hogar conyugal.