Reunirá Margo Glantz medio siglo de vocación viajera en nuevo libro
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La autora de "Las genealogías" y "Saña" lanzó recientemente en México "Coronada de moscas" (Sexto Piso).
Buenos Aires, Argentina.- La escritora mexicana Margo Glantz trabaja en un libro de viajes que buscará compilar medio siglo de sus periplos, mientras la incansable trotamundos recala por estos días en Buenos Aires para participar del festival literario Filba Internacional.
"Soy muy vieja, quién sabe qué me depara la vida. Ahorita lo que quiero es armar un libro de viajes muy largo que tengo, que ya está escrito, que son viajes a lo largo de 50 años y por muchos territorios del mundo, de los cuales aislé la India", cuenta la autora de 82 años, usuaria entusiasta de la red social twitter.
"Como viajo continuamente va creciendo el libro, es interminable", y podría requerir varios tomos, apunta a dpa la vital Glantz, que acaba de ir a China con su hija y sus nietos y siempre dedica una parte del año a recorrer el mundo con su familia.
La autora de "Las genealogías" y "Saña" lanzó recientemente en México "Coronada de moscas" (Sexto Piso), donde describe sus experiencias en la India, país que le impactó muchísimo. "Como dice (Pier Paolo) Pasolini, en la India la vida está en el límite de la soportabilidad. Es algo impresionante el hambre, la miseria, las condiciones de vida, el amontonamiento, la mutilación".
Glantz -una de las principales invitadas del Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires (Filba) que culmina mañana- presentará en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara "Coronada de moscas", que se editará próximamente en España y Argentina.
Por otra parte, la escritora, ensayista y académica describe a Nora García -que habita las páginas de su novela "El rastro" y de los cuentos de "Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador"- como una especie de alter ego, que podría retornar, tal vez, en una nueva novela.
"Creo que la mato ahí, pero como no he acabado la novela y no me funciona, creo que ya me maté yo a mí misma", bromea. "Tiene ya como 100 páginas, pero es una novela de estructura muy difícil y no he sabido cómo resolverla. Si la vida me es leve y amable, la resuelvo, y sino me muero", dice entre risas.
"Me pareció un personaje muy divertido, como esas patrañas psicoanalíticas donde uno proyecta", señala.
"Yo soy incapaz de producir un libro de 500 páginas. Escribo textos breves, pero escribo mucho", afirma Glantz, de antepasados ucranianos y cuya obra se caracteriza por el hábil manejo del lenguaje y la erudición.
La ganadora de numerosos premios como el FIL de Literatura en Lenguas Romances 2010 y de amplia trayectoria docente, que la condujo entre otros a las universidades de Yale, Princeton y Harvard, no cree que en su obra haya un límite muy claro entre los géneros.
"No soy muy canónica en mi forma de enfrentar la literatura", manifiesta. Sus libros también están surcados por "una indefinición entre realidad y ficción, una cercanía entre lo autobiográfico y lo falso, partir de lo autobiográfico pero irlo destruyendo, o manejar la autobiografía desde niveles absolutamente deleznables".
"Trabajo a partir de fragmentos casi siempre, que luego voy armando", explica. "Por eso me interesa twitter, porque es la capacidad de resumir en 140 caracteres o menos algo que en un momento dado parece interesante o banal y que uno quiere consignar".
"Es un ejercicio mental que exige doblegar el idioma y doblegarse uno a sí mismo para que uno pueda rendir en tan poco espacio. Es divertido, es como un juego también", opina la narradora y columnista del diario "La Jornada".
El cuerpo es un tema recurrente en su literatura, en especial el femenino: "Está muy sepultado por las miradas extranjeras, sobre todo la mirada masculina. Lo veo a través de la literatura fundamentalmente o del cine. Si uno lee las grandes novelas del siglo XIX, los personajes femeninos son muy importantes, Madame Bovary o Ana Karenina, pero están modelados por la sociedad y por el autor que las creó".
"Generalmente es un cuerpo que manipulan los otros. La mujer casi siempre ha sido objeto y no sujeto", sostiene Glantz, quien trabaja mucho sobre la moda en sus textos.
La escritora se muestra a gusto en Buenos Aires, ciudad que visitó innumerables veces y en la que esta tarde se prestará a una entrevista en el Museo Malba. "Me gusta la gente, las librerías, las pilchas (la ropa), el tango". Mientras, el domingo participará junto a Alvaro Enrigue y Fabio Morábito en el panel "México por México", también en el marco de la cuarta edición del Filba, que homenajea a las letras mexicanas.
Si de influencias literarias se trata, Glantz rememora: "En esta larguísima vida mía he leído muchísimo y ya muchísimos autores se volvieron parte mía; ya no sé si soy yo o ellos. En la época del 'boom', mi generación leyó muchísimo a (Julio) Cortázar, como leyó a (Juan Carlos) Onetti y a (Gabriel) García Márquez".
Y traza su balance, jocosa: "Mis amigos muy queridos, Sergio Pitol, Monsiváis, Elena Poniatowska, Juan García Ponce, que son de la misma generación que yo, de los años 30, pues casi todos publicaron a los 20, 23, 24 años, y yo empecé a publicar a los 47, así que soy más joven que ellos".
"Me siento parte de una generación de escritores, pero escribí mucho tiempo después que ellos. Mientras ellos ya habían publicado sus mejores libros, yo era una joven promesa con arrugas".