¿Cómo se prefiere el cabello de las mujeres?

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Hay una concepción erótica del cabello y siempre constituye uno de los principales factores a la hora de valorar el atractivo de las mujeres
En lugares muy dispares del mundo, el cabello es uno de los símbolos eróticos más valorados y que más influye a la hora de determinar el canon de belleza.
Este es el motivo que explica tanto que los productos para su cuidado se multipliquen como que muchas mujeres continúen cubriendo a día de hoy su cabello, como en países islámicos cuando abandonan la niñez o en comunidades judías cuando contraen matrimonio.
Lo mismo ocurría en muchos países europeos hasta la Edad Media y hasta el pasado siglo todavía era habitual en ocasiones puntuales, como para ir a la iglesia. Para tradiciones como el matrimonio, cubrirse el pelo se sigue practicando en la mayoría de sociedades.
Esto solo puede explicarse con el hecho de que hay una concepción erótica del cabello y siempre constituye uno de los principales factores a la hora de valorar el atractivo de las mujeres.
La concepción erótica del cabello puede llegar a convertirse en fetichismo en los casos más exagerados. Además, existe un cierto placer relacionado con cortar o cepillar el cabello, puesto que durante el proceso liberamos endorfinas.
La longitud es el único resultado en el que coinciden personas de orígenes distintos cuando son preguntados por qué tipo de cabello se sienten atraídos en mujeres. Las melenas largas se llevan la palma; ningunos resultados son igual de unánimes, ni los que se refieren al color ni a la forma.
Así lo corroboró una encuesta reciente del portal physicianshairgrowth.com, que mostró cómo sus usuarios masculinos y heterosexuales tenían dos modelos mayoritarios en sus elecciones sobre cabello: las actrices Nicole Kidman y Julia Roberts, quienes a pesar de cambiar constantemente el estilo de sus melenas, siempre han apostado por cabelleras largas, aunque a ambas se asocian tonos -rubio y pelirrojo- y formas -liso y rizado- completamente opuestos.
Sin embargo, determinadas modas han puesto de manifiesto que el pelo corto resulta mucho más cómodo para las mujeres, y en algunos periodos históricos ha supuesto un símbolo asociado a movimientos de liberación feminista, a pesar de teorías como las de Freud, que aseguraban que cortar el pelo suponía una castración para las féminas.
La gran moda que rompió los esquemas previos que obligaban a las mujeres a llevar el pelo largo tuvo lugar entre las décadas de los años 60 y 70 en los países occidentales, y el paradigma fue seguramente el caso de la modelo Twiggy, que en los años 70 marcó una moda que siguieron muchas celebridades: pelo corto muy pegado a la cabeza, con raya a un lado, un estilo hasta entonces considerado masculino.