¿Cómo elegir el mejor calzado posible?

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Elegir unos zapatos de manera correcta es igual de importante que mantenerlos limpios y secos, puesto que puede prevenir los hongos.
Desde hace unos años se han puesto de moda unos zapatos que, además de proteger el pie, hacen que todo el cuerpo trabaje de una manera óptima al andar. Aunque los diseños todavía no han calado en la mayoría de personas -ni tampoco sus precios- lo cierto es que han puesto de manifiesto la necesidad de pensar en un calzado más saludable.
Hace tiempo que es común que los zapatos de tacón son dañinos para pies, tobillos, rodillas, caderas y columna, pero no es tan común el hecho de que muchos de esos zapatos -junto con otros que no incorporan tacón- cuentan con una punta tan estrecha que puede llegar a deformar el pie. Este es, de hecho, uno de los problemas más habituales en mujeres mayores, que se conoce como fascitis plantar y consiste en que los dedos se colocan los unos encima de los otros debido ya que toda la punta se comprime y queda deformada.
En este sentido, es fundamental que el calzado siempre se ajuste al pie. De la misma manera que buscamos el número adecuado, es preciso que el zapato no comprima de ningún modo el pie. Lo saludable lo establece el movimiento, ya que los expertos señalan que los dedos deben poder moverse dentro del zapato.
Por otro lado, y aunque no sea muy habitual, los tacones pueden recomendarse en algunos casos en los que se requiere una ayuda para que los dedos se dirijan hacia la punta, pero solo es en casos de deformidades o lesiones puntuales. Como es lógico, los tacones que se recomiendan son los más gruesos y siempre de no más de cuatro o cinco centímetros.
En los hombres, los problemas más habituales se deben a la utilización de suelas muy delgadas, que suelen provocar inflamaciones en la planta de pie, por lo que se necesita un mínimo de dos centímetros de suela para considerar que un zapato es saludable. Además, es importante que la suela tenga algún tipo de refuerzo en la zona del talón, por lo que conviene desconfiar de las que son totalmente lisas.
Otro de los problemas típicamente masculino es usar zapatos con revestimientos demasiado duros, sobre todo en mocasines, que pueden provocar desde durezas a problemas más graves, como tendinitis.
Elegir unos zapatos de manera correcta es igual de importante que mantenerlos limpios y secos, puesto que puede prevenir los hongos. Si se padece de un exceso de sudor en los pies, las suelas de cuero son las más adecuadas, mientras que las de caucho son más resistentes y se adhieren mejor.