Las virtudes del tomate parecen no tener fin

Círculo
/ 29 septiembre 2015

Un estudio demostró que el licopeno que contiene minimiza los riesgos de un derrame cerebral o apoplejía

El tomate natural o cocinado está siendo objeto de estudio en varios centros del mundo y, de manera independiente, han acabado identificando uno de los componentes del fruto como una ayuda para enfermedades y problemas muy diferentes entre sí.

Se trata del licopeno, que es curiosamente el pigmento que hace que el tomate sea rojo y que, aunque en menor medida, también está muy presente en la sandía y el pimiento rojo.

Un estudio finlandés demostró que el licopeno hace que se minimicen los riesgos de un posible derrame cerebral o apoplejía. Los investigadores siguieron durante 12 años a más de un millar de hombres que tomaron regularmente tomate. En comparación con otro grupo de personas que tomaba un nivel de licopeno mucho más bajo, hubo un 55% menos de casos de derrames cerebrales, lo que sucedió gracias a las virtudes antioxidantes de esta sustancia, que también previene la coagulación de la sangre.

Una dieta diaria de tomate puede también prevenir enfermedades del corazón, puesto que el licopeno también es muy positivo para reducir el colesterol malo, responsable de obstruir las arterias. La Universidad de Cambridge se encargó de evaluar sus efectos en personas que padecen enfermedades cardíacas con una sustancia química derivada del licopeno y demostró que podía eliminar la oxidación de las grasas dañinas en la sangre casi por completo en ocho semanas. Los investigadores señalaron que empezarán a comercializarse medicamentos con esta sustancia en breve, y que sus resultados serán mucho más efectivos que los de las estatinas, que se usan actualmente para tratar los altos niveles de colesterol.

Pero no solo los tomates de manera natural pueden ser beneficiosos para la salud, tal y como han determinado investigadores de Manchester y Newcastle, quienes aseguraron que las propiedades del licopeno se multiplican cuando el tomate está cocinado, ya que consigue aumentar el nivel de procolágeno en la piel de manera significativa, lo que contribuye a ralentizar el proceso de envejecimiento.

Los estudios probaron que los platos que contenían tomate, como una pizza o cualquier alimento con salsa boloñesa, pueden ayudar a la protección de la piel, tanto en lo que se refiere a aliviar las quemaduras del sol como a prevenir las arrugas.

Por si fuera poco, en otra parte del mundo, partieron recientemente del licopeno para estudiar cómo puede combatir el cáncer de próstata. Investigadores de Rotterdam experimentaron con ratones que ya padecían la enfermedad, a los que le dieron una combinación de licopeno con vitamina E. La mezcla fue la clave para reducir el incremento de tumores hasta en un 73%.

Aunque estos resultados deben evaluarse todavía sobre humanos, las previsiones para una mejora en los tratamientos de esta enfermedad son muy optimistas, lo que es una muestra más de la amplia riqueza del tomate, cuyo estudio no cesa de dar nuevos beneficios.

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