Los beneficios de saltar la cuerda
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Por ejemplo, es un buen ejercicio cardiovascular, como correr o montar en bicicleta, aunque a diferencia de correr, no daña las rodillas
Convertir uno de los juegos infantiles tradicionales en un deporte no solo es posible, sino que puede resultar muy beneficioso. Saltar la cuerda es uno de los ejercicios más sencillos que existen, en comparación con otras actividades atléticas, y, a la vez, uno de los más completos. Además, es un deporte barato que puede realizarse casi en cualquier lugar, a diferencia de los ejercicios de gimnasio o de los que requieren movimiento.
Saltar a la cuerda es un buen ejercicio cardiovascular, como correr o montar en bicicleta, aunque a diferencia de correr, no daña las rodillas, puesto que el impacto del salto incide en ambos pies y, además, lo hace en la parte delantera de los pies, y no en los talones.
Por otro lado, desarrolla los músculos de los brazos, muslos y glúteos, mientras que el cuello y el pecho consiguen una mayor firmeza. Sin embargo, en muchas tablas de ejercicios, se recomienda saltar a la comba en combinación con otras actividades como caminar, correr o montar en bicicleta.
El ejercicio aeróbico de saltar la cuerda es excelente para bajar peso, ya que hacerlo durante una hora puede eliminar unas 700 calorías. También, un estudio publicado por la Asociación Médica Americana concluyó que el mejor ejercicio para los huesos era, simplemente, saltar y que esto era positivo además para mantener el equilibrio, debido a que la fuerza en los huesos minimiza el riesgo de fracturas.
Sin embargo, este deporte habitual para atletas, boxeadores, tenistas y luchadores, no es aconsejable para aquellas personas que sufran de problemas de corazón o de pulmones, así como tampoco para aquellos con lesiones en la columna vertebral.
Para aprovechar todas sus ventajas, son muy pocas las cosas que deben tenerse en cuenta previamente. Es importante elegir una cuerda del tamaño apropiado, lo que se consigue si, doblada por la mitad, mide lo mismo que la distancia del suelo a los hombros del usuario. Además, es mejor si es de cuero y es preferible evitar las de plástico.
Cuando ya se tiene, y tras un calentamiento similar al de cualquier entrenamiento, el ejercicio debe hacerse de puntillas y con zapatillas de deporte.
Además, la mejor superficie sobre la que saltar siempre es la madera, por encima del hormigón, la hierba o el asfalto. Lo importante del ejercicio no es cuánto se levanta el cuerpo, sino la constancia, aunque si se está empezando es mejor no saltar durante tiempos largos.