Cultivo de uretras en México

Círculo
/ 29 septiembre 2015

    Gracias a la medicina regenerativa se contruyó un uretra que salvo la vida de cinco menores

    México, DF. Un defecto congénito o una lesión pueden dañar severamente la uretra, producir infecciones o alterar la capacidad de orinar, como le sucedió a Luis, uno de los cinco niños de entre 10 y 14 años que participaron en el estudio de medicina regenerativa conducido por la cirujana Atlántida Raya Rivera.

    Con apoyo de investigadores del Instituto Wake Forest, la doctora Raya Rivera, del Hospital Infantil de México Federico Gómez, realizó en el país la primera operación en su tipo para construir, a partir de células tomadas de los propios pacientes, nuevos conductos urinarios para remplazar los dañados.

    Ella y sus colegas tomaron muestras de tejido a los menores, extrajeron células musculares y de piel de la zona urinaria y las colocaron en un soporte artificial (scaffold) tubular, con la forma y tamaño exacto de la uretra de cada uno de ellos. Luego, las estructuras se usaron para sustituir segmentos de la misma.

    Las operaciones de implante se realizaron entre 2004 y 2007. Las células colocadas en los "andamios" continuaron su reproducción dentro de los cuerpos y tres meses después habían repoblado las zonas afectadas. Los niños así tratados no experimentaron dificultad para orinar ni tampoco infecciones.

    La única opción disponible antes era la reconstrucción con injertos de piel, que con frecuencia produce estrechamiento y tiene un índice de fracaso del 50%.

    Seis años después de las operaciones exitosas con los cinco niños -que reportaron en un artículo en la revista The Lancet en 2011-, los expertos aplicaron pruebas para medir el diámetro del conducto urinario y el flujo de orina en los menores. Los resultados confirmaron que los órganos seguían siendo funcionales.

    "Uno de nuestros objetivos es ofrecer este servicio (regeneración de órganos) a todos los hospitales de salud pública. Estamos tramitando licencias y permisos para que su aplicación pueda generalizarse", comenta la titular del Laboratorio de Tejidos del Hospital Infantil de México, quien también busca establecer una institución dedicada a tal meta.

    Hasta ahora, la doctora Raya y su equipo han implantado una treintena de órganos urinarios (vejiga y uretra). Su siguiente meta es construir otros más complejos, como el corazón, que además de piel y músculo contienen células nerviosas.

    "Ya tenemos algunos resultados en relación con la diferenciación de células-madre para convertirlas en tejido nervioso; ahora comenzamos la parte in vivo, a nivel experimental (con animales de laboratorio); dentro de dos años tendremos más avances", expone la cirujana.




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