Trasciende Don Juan Tenorio tiempo y valores
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La obra de José Zorrilla celebró 168 años de representaciones en México
La obra cumbre de José Zorrilla, "Don Juan Tenorio", ha trascendido el tiempo y también los valores sociales, morales y éticos, y muestra a los jóvenes las consecuencias de una acción irreflexiva, instintiva e inconsciente, porque toda acción, siempre tiene una consecuencia.
La reflexión se debe al director de escena Juan Francisco Hernández Ramos, quien anoche, minutos antes de dar la última función de la actual temporada, aseveró que "la pieza no pretende animar a los jóvenes a hacer destrozos, ser irreverentes o desafiar a sus padres o a las autoridades laicas y religiosas" .
Al contrario, dijo el director de escena, la obra alerta al espectador, "porque hay un gran atractivo en el Tenorio, por su espectacularidad, por sus desafíos y porque es un personaje que aparentemente puede hacer todo, hasta agredir al padre y a la Iglesia; él, todo lo trasgrede".
Alertarlo, explicó Hernández, "porque en la trama hay un dejo de libertad, y sin embargo, los jóvenes no deben dejar que las cosas pasen así, porque todo se paga y como en la obra, cada quien puede terminar arrepintiéndose de sus actos cuando ya es demasiado tarde y no hay manera de enmendar nada".
Consecuentemente, acotó el entrevistado, "Don Juan Tenorio" es un enorme elemento de aprendizaje para todo público y no sólo para los jóvenes, sino también para los niños y los adultos. "El personaje hace todo lo que quiere, lo imposible y lo inimaginable. Al final se arrepiente y paga todo con su llanto".
Ese aprendizaje de la pieza se vivió una vez más la víspera en el escenario del Teatro de la Ciudad "Esperanza Iris", durante la ceremonia de develación de placa que certifica que "Fénix Novohispano, Compañía de Teatro Clásico", por quinto año consecutivo representó esta obra clásica en ese recinto.
Y al mismo tiempo, que se conmemoró el 168 aniversario de representarse anualmente, desde su creación por parte de Zorrilla. Al acto se convocó a Nina Serratos, Secretaria de Cultura del Distrito Federal; Lourdes Lecona, coordinadora del Sistema de Teatros, y al actor Jorge Ortiz de Pinedo.
Antes, el entrevistado mencionó que "¡Por supuesto que todos los mexicanos tenemos algo o deseamos en algo ser Don Juan Tenorio! Nos envalentonamos, hacemos cosas intrépidas, deseamos ser libres y el 15 de septiembre todos nos sentimos el Padre de la Patria al dar el grito nacionalista en pleno Zócalo".
"Don Juan Tenorio" , estimó, "nos muestra una libertad, la misma que busca el mexicano y que se ve claramente en algunas películas de la Época de Oro del cine mexicano, en las que se ve a iconos como Jorge Negrete y Pedro Infante luchando permanentemente por ser libres y hacer su lo que dicta su voluntad".
Hernández Ramos recordó que la temporada que anoche finiquitó se realizó del 18 de octubre al 2 de noviembre en tres diferentes escenarios: Museo de la Ciudad de México los días 18, 19, 20 y 21 de octubre; Panteón de San Fernando 24, 25, 26 y 27 del mismo mes, y en el Teatro de la Ciudad el 1 y el 2 de noviembre.
"Don Juan Tenorio" es parte de la tradición teatral y religiosa de México, pero también de nuestra historia como nación, porque ha estado presente en muchos de los mementos más importantes de su devenir histórico, al lado de personajes como Maximiliano, Tomás Mejía, Benito Juárez y otros más.
Enmarcó su anterior declaración al señalar que "Don Juan Tenorio" cumple este año 168 años de representarse en México y que es una puesta que desde que se estrenó en España en 1844 no ha dejado de representarse. La compañía montó el primer texto de Zorrilla ya que luego lo rehízo y cambió palabras.
En escena actuaron 16 actores, tres cantantes y un cuarteto de cuerdas que interpretó música original compuesta exprofeso de esta puesta en escena. La iluminación fue fundamental para envolver al público en distintas escenas de la obra, además de que se ayudó con utilería y un coro de canto conventual.
"Don Juan Tenorio" , señaló, se estrenó en el Teatro Nacional en 1844, interpretado en aquél entonces por el famoso actor Antonio de Castro, cuyos restos descansan justamente en el Museo Panteón San Fernando, al lado de Juárez y otros personajes de la época que vieron la obra en aquellos años.
Desde su estreno la obra es parte de la tradición teatral en México. Don José Zorrilla se volvió tan popular, que el emperador Maximiliano lo invitó a formar la primera Compañía Teatral del Imperio, y con ella montó su Tenorio en Palacio Nacional el 5 de noviembre de 1866 para celebrar el santo de la emperatriz Carlota.