De Adán a Jesucristo

Círculo
/ 23 septiembre 2015

Jesús expiró en lo alto del Gólgota, un monte cuyas entrañas custodian la calavera de Adán. El acercamiento a Dios, según la tradición bíblica, parece estar ligado siempre con las alturas.

Madrid, España.- El monte del Gólgota, el del Sinaí, el de Moriah o el de Ararat, son algunos de los lugares sagrados donde, según la tradición bíblica, Abraham, Noé o Moisés escucharon la palabra de Dios.

En todas las religiones, el acercamiento a Dios parece estar siempre ligado a las alturas. En este sentido, los montes se convierten en escenarios divinos donde, según las Sagradas Escrituras, unos pocos elegidos han podido vez la luz de Cristo.

"Desde los orígenes, el hombre tiende a representar a Dios en los cielos y las alturas, las montañas -naturales o artificiales- se consideran próximas a los cielos", ha explicado en una entrevista a Efe Julio Trebolle, catedrático del departamento de Estudios Hebreos y Arameos de la Universidad Complutense de Madrid.

"En todas las religiones y culturas existen montañas sagradas. Son lugares 'teofánicos', de manifestación de lo sagrado", añade. En ellos, la realidad parece confundirse con la leyenda, dotándoles de un carácter sagrado que sólo la fe asume sin preguntas.

"Hay montañas a las que algún acontecimiento extraordinario les confirió carácter sagrado, como el Sinaí. En este caso se mezcla un acontecimiento extraordinario, que se escapa a los controles de la Historia por falta de fuentes externas a la Biblia, con leyendas sobre la travesía de los israelitas por el desierto, la entrega de las tablas de la Ley a Moisés, etc", señala.

EL MONTE DEL GOLGOTA

Localizado a las afueras de la ciudad de Jerusalén, el monte del Gólgota es conocido por ser el lugar en el que Jesús expiró.

"Es el lugar de la crucifixión de Jesús, un lugar situado fuera de las murallas de Jerusalén, que, según las excavaciones arqueológicas, era una cantera abandonada. En la zona se encontraban tumbas como han mostrado también las excavaciones arqueológicas. Era frecuente utilizar zonas de canteras para excavar tumbas en la roca", subraya.

También llamado "El calvario", el nombre de "Gólgota" proviene "del arameo gulgulta" y "significa cráneo", indica el profesor. Según una "tradición judeocristiana", en este monte también se encontraría sepultada la calavera de Adán, el que fuera el primer hombre.

"Es una tradición judeocristiana que tiene una fuerte carga simbólica, pero no responde para nada a la Historia, como tampoco la propia figura de Adán. Bajo El Calvario se ha encontrado una gruta, 'la cueva de Adán', en la que aquella tradición situaba el enterramiento de Cristo", asegura.

EL MONTE SINAI

Ubicado en la Península del Sinaí, al nordeste de Egipto, este monte es famoso por ser el lugar en el que Dios hizo entrega a Moisés de las tablas de los Diez Mandamientos, para que su pueblo recordara las obligaciones que, después del pecado original, habían olvidado.

Cuenta la Biblia que, después de cuarenta días y cuarenta noches, Moisés recibió de Dios dos tablas de piedra en las que estaban escritos los diez principios básicos que permiten la convivencia armoniosa entre todas las personas.

Entonces Moisés bajó del monte y encontró al pueblo judío venerando a un becerro de oro. Movido por la ira, les arrojó las tablas preguntando cómo habían podido cometer un pecado semejante.

Según explica Trebolle, el hecho de que los judíos hubieran recibido la palabra de Dios podría ser una de las causas de por qué este pueblo ha sido odiado durante siglos.

"Los judíos fueron odiados y perseguidos por diversas razones en diversas épocas y lugares: segregación social, acusaciones de usura, de ateísmo (por negarse a dar culto al emperador en la época romana), por la extrañeza que suponían sus prácticas dietéticas. El que los judíos hubieran recibido de Dios a través de Moisés la Ley y la palabra de Dios conllevaba una idea de la elección divina que podía suscitar suspicacias en los demás pueblos", asegura.

EL MONTE ARARAT

Se trata de una montaña de más de 5.000 metros de altura en Turquía. Según las Sagradas Escrituras, el monte Ararat es el lugar en el que se posó el arca de Noé después del Diluvio Universal, enviado por Yahveh o Jehová para castigar la corrupción del hombre.

"El Diluvio no es un acontecimiento histórico, aunque inundaciones que podían arrasarlo todo podían darse en Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates. La Biblia incorpora el relato mítico de un diluvio de fuentes mesopotámicas como el mito de Gilgamés o el de Atrahasis y le da un nuevo sentido, desde una perspectiva monoteísta", asegura.

EL MONTE DE MORIAH

Otro de los montes que aparecen en la Biblia es el monte Moriah, donde Abraham se dispuso a sacrificar a su hijo Isaac como ofrenda a Dios. Allí, Dios puso a prueba la fidelidad de Abraham, y enseñó a Isaac la misericordia de Cristo.

Una fábula capaz todavía hoy de sobrecoger a cualquiera que la escuche por vez primera.

"Es una crítica a la costumbre que existía en los comienzos de la época bíblica del sacrificio de víctimas humanas, especialmente recién nacidos. El mandato divino a Abrahám de que sacrifique a su hijo fue interpretado en el judaísmo, el cristianismo y el islam como la máxima prueba de fidelidad a Dios, que luego bendice a Abraham con una inmensa descendencia", afirma.

DESTACADOS:

* Desde los orígenes el hombre tiende a representar a Dios en los cielos y las alturas, las montañas -naturales o artificiales- se consideran próximas a los cielos.

* El Diluvio no es un acontecimiento histórico, aunque inundaciones que podían arrasarlo todo podían darse en Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates.

* El relato del sacrificio de Abraham es una crítica a la costumbre que existía en los comienzos de la época bíblica de sacrificio de víctimas humanas, especialmente recién nacidos.

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