Los riesgos de ser padres "tardíos"

Círculo
/ 23 septiembre 2015

Los padres mayores enfrentan desafíos más duros con los hijos, sobre todo en lo físico, pero el conocimiento y la experiencia de vida son sus mejores aliados.

Colonia, Alemania .- En los países desarrollados, pero también entre las clases medias y altas de América Latina, se va retrasando la edad de ser padres, ya sea por motivos laborales o porque no se encuentra a la pareja idónea. La demora puede tener desventajas, pero también aspectos positivos, pues estos padres "tardíos " son más experimentados y se toman todo con más calma.

Cuando se ve a un cincuentón jugando con un niño en la arena en un parque infantil, ya no se da por seguro que sea un abuelo, porque cada vez se posterga más la edad de tener hijos. En España, por ejemplo, la media es de 31 años entre las mujeres.

También crece el porcentaje de madres de más de 35 años, que en Alemania se ubicaba por ejemplo en el 30,4 por ciento en 2009, casi el doble que diez años antes, en 2000.

En América Latina persiste el problema de los embarazos adolescentes, pero esta tendencia va paralela a la de tener menos hijos, con países como Brasil (1.7 hijos por mujer), Chile (1,89) o Costa Rica (1,97) que se van acercando a los niveles europeos de envejecimiento de la población.

La media es en América Latina de 2,09 hijos por mujer, cantidad justa para mantener estable el número de habitantes, según datos de la Cepal.

Los padres mayores enfrentan desafíos más duros con los hijos, sobre todo en lo físico, pero el conocimiento y la experiencia de vida son sus mejores aliados.

No hay una definición clara de lo que son unos "padres tardíos ", y ésta se rige en general por cuestiones médicas. "En las embarazadas de mayor edad hay determinadas malformaciones del embrión que se producen más a menudo ", señala Eckhard Schroll, de la Oficina Federal Alemana de Información Médica.

El corte de edad en el que se suelen recomendar pruebas extra y mayores cuidados son los 35 años. Y hoy más de una de cada cuatro embarazadas germanas lo supera.

La edad del padre no suele ser recogida por las encuestas, pese a que también influye, según los expertos. Schroll señala que por experiencia ellos suelen ser dos años y medio mayores que ellas al momento del nacimiento del hijo. Casos como el del actor Anthony Quinn, que se convierten en padres con 80 años, son muy excepcionales.

Las causas del retraso en la formación de la familia son diversas. "Nuestras investigaciones nos demuestran que muchas madres no planean desde el principio tener los hijos tan tarde, sino que consideran los 30 como una edad ideal", explica Mandy Boehnke, de la International Graduate School of Social Sciences de Bremen.

"Pero en la mayoría de los casos se da más tarde por los largos períodos de formación académica o cuestiones laborales, así como la ausencia de un compañero idóneo", añade.

Cuanto más se posterga el momento de tener hijos, hay más probabilidades de tener dificultades para quedarse embarazada rápido y sin complicaciones. Entre el deseo y su realización puede pasar largo tiempo.

Asimismo por aspectos psicológicos: el saber que hay un plazo limitado y el mayor riesgo de malformaciones generan presión e inseguridad internas, también durante el embarazo.

Pero existen diferentes teorías acerca de si las mujeres mayores se ven más agobiadas que las jóvenes. "Las entrevistas han mostrado que las madres mayores viven con mayor intensidad el embarazo y el nacimiento, si bien también se ven más afectadas por problemas físicos durante la gestación o después, por la falta de sueño ", señala la socióloga Boehnke.

Schroll, en cambio, discrepa: "Las embarazadas de mayor edad se quejan de menos problemas que las jóvenes". Y cree que se debe a la experiencia de vida y la seguridad y tranquilidad que se derivan de ella.

"Las mujeres de más edad son más seguras de sí mismas y en su pareja. Tienen una formación y trabajo, se encuentran en una situación estable. Y la gran mayoría de ellas se decidió de forma consciente por tener un hijo en ese momento", señala.

Incluso cuando el niño ya ha nacido, una gran ventaja de los padres mayores es su experiencia en la organización del día a día. Y les resulta más fácil dejar a un lado cuestiones laborales o de disfrute del tiempo libre. "Los padres tardíos no tienen miedo de estar perdiéndose algo y tienen menos presiones laborales", asegura la psicóloga Monika Häussermann.

Sin embargo, muchos de sus conocidos de la misma edad o bien no tienen hijos o son mayores, lo que obligará a que cambie su vida social. Una opción es prepararse para ello. "Seguramente es positivo entrar en contacto pronto con personas en una situación similar, por ejemplo en cursos de preparación al parto o de escuela para padres ", recomienda Schroll. Que además da ánimo a las madres: "Los padres de más edad se comprometen por lo general mucho más que los jóvenes, y por tanto son mejores compañeros ".

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