"Mi hermano, el Papa": Georg Ratzinger

Círculo
/ 23 septiembre 2015

    El mayor de los dos hermanos -que fueron nombrados sacerdotes el mismo día- presenta en su libro al actual papa como un hombre modesto y de valores.

    Múnich, Alemania.- Los copos de avena salvaron la vida al papa Benedicto XVI cuando era un bebé, pues no consentía tragar nada, lo escupía todo. Hasta que una monja probó con estos cereales. "Y ya ve, los copos de avena sí los tragaba e incluso le gustaban. Prácticamente le salvaron la vida", escribe Georg Ratzinger en su recién publicado libro "Mein Bruder, der Papst" ("Mi hermano, el papa").

    El mayor de los dos hermanos -que fueron nombrados sacerdotes el mismo día- presenta en su libro al actual papa como un hombre modesto y de valores, a quien le gustaría escribir más libros y que en realidad es un hombre de familia. Y la llegada a las librerías alemanas no es casual: dentro de unos días, Joseph Ratzinger visitará su país natal. Sin embargo, el lector no encontrará en él nada esencialmente nuevo ni íntimo sobre la vida y el día a día del líder de la Iglesia católica.

    Quien no lo supiera, se enterará de que el papa se crió en una familia de creyentes devotos cerca de la localidad de peregrinación Altötting. Su madre cantaba canciones a la virgen María mientras fregaba los platos. Ella era el rostro amable, y su padre el estricto que por la tarde tocaba la cítara y entonaba melodías populares. Cuando su hermano menor ingresó en un internado, su madre le dijo a Georg: "Cuida de Joseph".

    El lector se entera también de que Joseph Ratzinger odiaba sobre todo el deporte ya desde niño, que su padre prohibió a sus retoños formar parte de las juventudes hitlerianas (HJ) y que ninguno quería ser soldado. La experiencia de la guerra fortaleció aún más su voluntad de convertirse en sacerdotes.

    Tras presentar los años de teólogo y profesor de su hermano, así como su etapa como arzobispo de Múnich y cardenal de la Curia junto a Juan Pablo II, Georg Ratzinger aborda la elección de Joseph como Sumo Pontífice. Pero primero pone fin al cuento de que al papa le hubiera gustado regresar como jubilado a su residencia de Ratisbona. Allí "nunca habría tenido sitio suficiente para todos estos libros", afirma.

    Georg Ratzinger describió su decepción cuando el 19 de abril de 2005 fue nombrado el nombre de su hermano en la plaza de San Pedro. "Debo decir con toda sinceridad que en ese momento me sentí bastante derrotado", reconoce, pues le entristecía que su hermano probablemente no tuviera más tiempo para él.

    Sin embargo, a los pocos días se impuso la resignación. Al final, Georg Ratzinger intenta dar la sensación de que su famoso hermano mantiene al menos un mínimo de vida normal. En cualquier caso, le gusta encontrar un hueco para ver la serie de televisión "Comisario Rex" ("Un policía diferente").

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