Pérez-Reverte narra el mal que ha vivido

Círculo
/ 22 septiembre 2015

México, D.F..- "El universo es un lugar inhóspito, desprovisto de sentimientos, donde hay leyes muy crueles. Y el ser humano es letal, malvado y nocivo; es complejo, lleno de cavidades oscuras donde un mismo individuo puede hacer el bien y el mal paralelamente. Tengo esa certeza", afirma Arturo Pérez-Reverte.

Y el escritor español no cree que el mundo venidero sea mejor. "El error es pensar que todo esto tenga solución. El hombre seguirá siendo un descarado hijo de perra toda su vida; pero posee facetas que lo hacen salvable. Hasta el mayor canalla ama a su hijo, a su perro, o a las flores."

El novelista de 58 años, quien acaba de publicar El asedio, en la que recrea temas como la tortura, el asesinato, la crueldad, "la infinita capacidad de hacer el mal que tiene el ser humano", todo en el marco de la lucha de independencia que se libró en Cádiz, España, en 1811, explica en videoconferencia que no existen el bien y el mal en su forma pura, que la línea que los divide es aparente.

"Mis novelas hablan sobre cómo el ser humano pelea en territorio enemigo. Es como un soldado perdido en territorio hostil. Son la historia de la lucha del hombre frente a la crueldad del cosmos, a la espantosa certeza de que la norma que rige al mundo es perversa, cruel y despiadada. Qué hay frente a eso: la cultura, la caridad, la amistad, el amor, son los analgésicos que permiten soportar esa certeza", añade.

El reportero de guerra durante 21 años confiesa que los sucesos históricos de 1811-1812 son un pretexto y sirven como escenario para una historia muy actual. "Hay dos tipos de novela histórica: la que se limita a recrear el pasado y la que usa la historia como clave para el presente, como símbolo, como llave codificadora que metida en el presente permite comprenderlo mejor."

El autor de la saga Las aventuras del capitán Alatriste, de la que este año publicará un nuevo título, confiesa que El asedio, a la que define como "la novela de novelas que tiende una emboscada al lector", es la obra más personal que ha creado.

"Yo escribo con lo que he leído, con lo que imagino y con lo que he vivido. Hay novelistas más teóricos, de cuarto de estar, de discurso tranquilo; pero yo he visto la guerra, he vivido en lugares inciertos, complicados, que me han dejado una serie de recuerdos, escribo con eso. Mi vida y mi mirada están presentes en toda mi obra.

"Cuando hablo del dolor, de infligir mal a los otros, de la crueldad del hombre, de matar, de morir, de la incertidumbre del combate, del miedo a las bombas, de la mutilación y desesperanza, es porque lo he visto. He visto torturar, mujeres violadas y muertas a golpes. Ese álbum de fotos personal lo he metido en los libros", detalla.

El miembro de la Real Academia Española dice que aplicar sus recuerdos al texto narrativo lo ha ayudado a digerir lo vivido y a interpretarlo; aunque está consciente de que aún carga con sus Sarajevos, sus Beiruts, sus Troyas, sus ciudades asediadas. "Es mi patrimonio, no me lo han contado, yo lo vi".

Pérez-Reverte asegura que, además de recrear a Cádiz como la ciudad puerta o puente con América que fue, "pues sentía el pulso de una América que estaba rompiendo aguas, a punto de empezar a nacer", le interesó presentar esa otra lucha que se dabaen sus calles, en las que aparecían cadáveres de mujeres jóvenes desolladas a latigazos y, en cada lugar, se repite un hecho insólito: antes del hallazgo del cadáver ha caído una bomba francesa.

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