Con amor pero sin niños

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México, D.F..- En la escuela nos enseñaron que el orden tradicional en la vida es nacer, crecer, reproducirse y morir. En sociedad hemos aprendido, de forma consciente o inconsciente, que el objetivo de una relación hombre-mujer es tener hijos. Sin embargo, la idea de lo que debe ser, lo que no -y lo que ya se puede hacer- ha cambiado gradualmente como consecuencia de la educación, el avance del conocimiento científico y el respeto a las diferencias.
Entre estos cambios se encuentra la tendencia -a la alza en el mundo y consolidándose en nuestro país recientementede parejas que deciden mantener una relación sin que el proyecto amoroso incluya la palabra hijos. Según el estudio Dinámica de los arreglos residenciales en México. La situación demográfica de México, 2006, realizado por el Consejo Nacional de Población, Conapo, los hogares de parejas sin hijos se incrementaron de 7.7 a 8.6 por ciento entre 2000 y 2005.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, en el período 1990- 2009 la proporción de niños (0 a 14 años) disminuyó 10.3 puntos porcentuales, de 39 a 28.7 %. Esto se debe a la implementación de programas de planificación familiar a partir de 1974, combinado con cambios en materia educativa, económica y de salud. Todo esto ha propiciado la reducción del número de hijos por mujer y el aumento de la vida media, lo que se refleja en la disminución de la proporción de niños y adolescentes, y en la mayor presencia de adultos y adultos mayores. De acuerdo a este mismo instituto, en 2007 las parejas sin hijos, sea porque éstos ya salieron del hogar de origen o porque la pareja no ha tenido descendencia eran el 11.1% de la población.
Cómo elegir
Tomar un camino o el otro requiere un análisis serio. "El factor principal a tomar en cuenta es el deseo emocional de ambos por tener hijos, es importante que un niño sea deseado; hay que considerar que implica una responsabilidad por muchos años, del tiempo que se le va a dedicar y del compromiso que se adquiere en el sentido de que el mundo emocional también empieza a girar en torno a ese nuevo ser y a sus necesidades", explica Claudia Rule Olivar, sicoterapeuta perteneciente a la Sociedad Psicoanalítica de México.
Para esta especialista, las parejas sin hijos pueden tener una relación duradera y satisfactoria siempre que esta decisión sea hablada, de ahí que la comunicación sea la clave del éxito o el fracaso. Es importante tomar en cuenta que aunque socialmente está cambiando la percepción de que para que la vida sea productiva deben existir hijos, existirá una presión social muchas veces difícil de sobrellevar. "Hay incluso gente que acude a procesos terapéuticos justo para acabar de comprender la decisión y afianzarla", agrega Rule Olivar, "son decisiones profundas y que van en contra de la norma social de muchos años y de cuestiones religiosas, muy arraigadas en países como el nuestro".
Guiar nuestra vida de acuerdo a lo que esperan otros es inútil. "No podemos cubrir esas expectativas de la sociedad porque ésta no nos va mantener: hay que hacer un plan de vida, ver qué metas podemos cumplir, cuáles no, y cuáles sí se quieren alcanzar", sugiere Diana Rodríguez Varela, también sicóloga de la Sociedad Psicoanalítica de México.
Considera que lo primero es preguntarse para qué se quiere un hijo, porque existen quienes consideran que un bebé los hará felices, y en realidad lo que se estaría esperando es que ellos llenen al hijo y no a la inversa. También se debe tomar en cuenta la edad de los miembros de la pareja, si quieren desarrollar sus carreras, estudios y si estos deseos son compatibles con el hijo o si se puede posponer la decisión.
De acuerdo a su experiencia, una pareja sin hijos lo que hace es fortalecer la relación, y quizás después decidan tener descendencia y darle a ésta todo lo que tengan. De acuerdo a un estudio que realizó tomando en cuenta la base de datos del INEGI, y en el que analizó variables como la edad de las mujeres que están teniendo hijos, su nivel educativo y económico, Rodríguez Varela concluyó que es difícil que la población femenina de más de 30 años sin hijos quiera tener alguno porque ya posee otras expectativas incompatibles con los pequeños. "Es una tendencia que va llegando a México en la que las mujeres posponen la edad de tener su primer hijo hasta los 30 años o más, ya que han tenido estudio o desarrollo profesional", agrega esta última especialista.
Existen varios sitios de internet, entre éstos nokidding.net y kidfreeandlovinit.com, destinados a parejas que han tomado esta decisión, así como los libros Families of Two: Interviews with Happily Married Couples without Children by Choice (Familias de dos: entrevistas con parejas felizmente casadas y sin hijos por decisión), Baby not on Board: A celebration of Life Without Kids (Sin bebés a bordo: Una celebración de vida sin hijos), y The Childless Revolution: What It Means to Be Childless (La revolución sin hijos: lo que significa no tenerlos).