Lo contrario a la Navidad

Círculo
/ 22 septiembre 2015

Depresión blanca es el término psicológico que describe un estado de ánimo negativo en personas que ven cómo su Navidad se tiñe de tristeza, melancolía, problemas y conmoción

La Navidad es una época de alegría, o al menos, por tal la tomamos. Villancicos, reuniones familiares, regalos, vacaciones, luces que adornan ciudades, son factores que indican que la época final del año es diferente. Las cenas de trabajo recuerdan que se tiene trabajo y, a quien no lo tiene, que está en paro. Las cenas familiares denotan el amor que existe, o que falta, entre los más allegados, los regalos de Reyes hacen balance de la economía familiar y la primera vez que cada Navidad se ve un Papá Noel en el alumbrado, en el centro comercial o en el balcón de cualquier casa,  ello provoca, al menos, una sonrisa. Así se concibe la Navidad, como una época de alegría y festividad. Sin embargo otros, a medida que se acercan estas fiestas, ven empeorar su estado de ánimo. Es lo que los psicólogos llaman la depresión blanca.

Navidad es una celebración que abarca un amplio periodo de tiempo y de la que es imposible evadirse: el ruido y la decoración de la calle, el bullicio de las tiendas, las postales de felicitación de Año Nuevo o la publicidad en los medios de comunicación son referencias constantes que afectan a las recaídas de personas depresivas. "En ocasiones vemos cómo algunos pacientes se sienten peor ante estímulos visuales y auditivos propios de estas fechas como belenes, villancicos, luces navideñas o árboles",  señala a Efe Blanca Armijo Núñez, psicóloga y psicoterapeuta del centro PSICOACT.

La depresión blanca se agudiza en personas con depresión previa, pero también afecta a quien sufre otras patologías como trastornos alimentarios, de la personalidad o de ansiedad. Armijo destaca que "un altísimo porcentaje -de hasta el 90%- de pacientes que acuden a la consulta y que, por tanto, presentan una problemática anterior, tienen en esas fechas un recrudecimiento de la sintomatología, sea depresiva o no".

 

MOTIVOS Y SINTOMAS

Las razones que propician este problema psicológico son, entre otras: melancolía, estrés, fatiga o expectativas no conseguidas, pero sobre todo, personas ausentes, estancia en el hospital de algún familiar convaleciente, lejanía de los más cercanos, que tienen fijada su residencia fuera de su país natal, o que algún allegado no pueda asistir a la cena de Navidad por motivos laborales. Factores psicológicos internos: personas que han padecido previamente algún trastorno emocional o factores medioambientales: días más cortos, menos luz solar o el clima frío hacen que se salga menos de casa o se tenga menos predisposición a hacer deporte. Ambos  hechos son determinantes para el buen funcionamiento de la mente,ya que relacionarse con gente y liberar endorfinas a través del ejercicio físico son acciones claves para no recaer en la depresión blanca.

La psicóloga explica que los síntomas de esta depresión son similares a cualquier otra: estado de ánimo negativo, como por ejemplo sentirse vacío o llorar, disminución o eliminación del interés por cualquier actividad, pérdida o aumento del apetito, insomnio o hipersomnia, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o culpa, disminución del poder de concentración y pensamientos relacionados con la muerte.

 

RELIGION, PUBLICIDAD Y DEPRESION BLANCA

El concepto religioso de Navidad, el del nacimiento del niño Jesús en Belén, se ha perdido, o al menos, es muy vago. La alternativa consumista, ésa que llega a convertirse en un "comprar por comprar" y en una carrera por ver quién tiene más regalos, más grandes, más caros y más bonitos, impregna todo. Los niños hacen recuento de sus adquisiciones de Reyes a la vuelta al colegio y los mayores hablan en sus reuniones de aquello que les han regalado por Navidad. Los anuncios de los medios de comunicación, los eslóganes de centros comerciales o los adornos de los pequeños comercios tienen mucho que ver en esto: el producto que más se anuncia en televisión y "está de moda" tiene muchas posibilidades de ser el "regalo estrella" de estas fiestas. Esto conlleva respuestas inesperadas y reacciones en los comportamientos y patologías, ya que, en la mayoría de las ocasiones, los regalos generan expectativas. "Éstos pueden definir relaciones o dar lugar a interpretaciones de cuánto estimo o me estiman", apostilla Armijo Núñez. 

La nostalgia es otro sentimiento que se incrementa durante las fiestas navideñas y, de nuevo, la publicidad juega un papel importante. "Vuelve a casa por Navidad" es un lema que asocia la Navidad a un spot publicitario y recuerda la carga familiar de esta celebración, algo que puede provocar sentimientos negativos en algunas personas.

 

SEPARACION NO ES SINONIMO DE DEPRESION

Un divorcio o una separación son factores que pueden alterar la experiencia navideña de una estructura familiar. Sin embargo, lo que en principio se puede considerar como algo negativo muchas veces es todo lo contrario. "Los padres y madres separados y sus hijos pueden disfrutar por primera vez una Navidad feliz si en su casa lo que acontecía años anteriores era una discusión y no un diálogo, la incomprensión en vez de la atención a los problemas", señala a Efe la secretaria general de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), Ana María Pérez del Campo.

Del mismo modo, Pérez del Campo sostiene que las dificultades de una separación no tienen por qué acentuarse en esta época del año: "La Navidad es un tiempo semejante a cualquier otro, lo que ocurre es que culturalmente existe la creencia de que hay que ser feliz por decreto", afirma Pérez.

En el caso de que la separación sea reciente y traumática, Pérez considera que la llegada de la Navidad puede favorecer la depresión. Sin embargo, indica que, dependiendo de las circunstancias individuales de cada persona, puede suponer "el momento de mayor euforia por haberse recuperado la libertad perdida, un respeto olvidado y la posibilidad de corregir el error cometido al emparejarse".

Los niños juegan un papel muy importante en este proceso. La presidenta de UNAF reconoce que la disputa por los hijos es un elemento protagonista en el desarrollo de las depresiones navideñas. "Si los padres y las madres son incapaces de contemplar a los hijos y las hijas como el bien más preciado, y los instrumentalizan para salirse con la suya en el juzgado, entonces todo es más difícil", agrega.

 

 

Ana Carrión

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