Carpentier, creador de "lo real maravilloso", murió hace 30 años

Círculo
/ 22 septiembre 2015

La Habana.- Fue el padre espiritual del realismo mágico, uno de los escritores fundamentales del siglo XX y gran renovador de la literatura latinoamericana. El novelista, narrador, diplomático y periodista cubano Alejo Carpentier murió el 24 de abril de 1980, hace ya 30 años, dejando un legado que inspiró a muchos y sirvió de bisagra entre las letras de Europa y Latinoamérica.

En el prólogo de su novela dedicada a Haití "El reino de este mundo" (1949), Carpentier se pregunta: ""Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?". Su teoría de que lo surrealista forma parte del día a día en América Latina sirvió de impulso a toda una generación de escritores conocida más allá de las fronteras idiomáticas del español gracias al "boom" protagonizado por el realismo mágico en la literatura latinoamericana de los años 60.

Carpentier nació el 26 de diciembre de 1904 en La Habana y su vida discurrió a ambos lados del Atlántico, que él trató de conectar a través de su obra. Su padre era un arquitecto francés y su madre rusa, y fue a la escuela en París, donde más tarde tuvo contacto con el movimiento surrealista francés y aprendió nuevas técnicas literarias y funciones expresivas que impregnaron su obra.

Aunque durante toda su vida habló el español con acento francés, se convirtió en uno de los escritores en lengua hispana más importantes de su tiempo. Entre sus temas favoritos se encontraba el encuentro entre Europa y el Caribe, así como el sentido y sinsentido de las revoluciones.

En "El reino de este mundo", Carpentier habla de la lucha por la libertad de los esclavos negros haitianos, que expulsaron a los conquistadores franceses para ser esclavizados de nuevo por señores negros. La novela "El siglo de las luces" (1962) trata también las repercusiones de la revolución francesa en las Antillas, con un lenguaje de gran exuberancia.

"El idioma de Carpentier se levanta como una catedral en la selva", asegura Fernando Alegría al describir la obra de Carpentier. En 1977, Carpentier se convirtió en el primer latinoamericano en recibir el Premio Cervantes, el mayor galardón literario para autores de habla hispana.

En 1927 pasó siete meses en la cárcel en Cuba por su oposición a la dictadura machadista. Es entre rejas que escribe su primera novela, "Ecué-Yamba-à!", sobre el mundo afrocubano, de la que reniega más tarde. Al salir de la cárcel, se establece en París, pero regresa a La Habana en 1939 huyendo del totalitarismo nazi en Europa, tras ver morir a varios amigos.

En 1945 se traslada a Venezuela para fundar una emisora de radio y vive en el país hasta el triunfo de la revolución cubana liderada por Fidel Castro el 1 de enero de 1959. "El triunfo de la revolución cubana me hizo pensar que había estado ausente de mi país demasiado tiempo", escribió Carpentier en su día.

De regreso a su país natal fue uno de los directivos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y se convirtió en uno de los escritores más publicitados por el gobierno socialista, que lo envió en 1970 a París como ataché cultural de su embajada. Carpentier murió una década después en la capital francesa, a los 75 años.

Su obra fue declarada Patrimonio Cultural de Cuba. La Fundación Alejo Carpentier organiza anualmente en la isla un coloquio dedicado a su obra, que reúne a expertos de todo el mundo. Una nueva edición, coincidiendo con el trigésimo aniversario de su muerte, dio comienzo el miércoles y se prolongará hasta este sábado.

Entre las temáticas del encuentro figuran la emancipación de América Latina y su representación en la cultura latinoamericana; la revolución francesa, la revolución haitiana y la francmasonería en la producción simbólica del Gran Caribe o las revoluciones mexicana y cubana y su influjo en la cultura de la región.

Graziella Pologotti, presidenta de la Fundación, abordará con la conferencia "Resaca en ciudad vacía", los aportes a la literatura de "El acoso" (1956), otra de las grandes novelas de Carpentier, escrita en Caracas al igual que "El siglo de las luces" o "Los pasos perdidos".

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