Cómo saber si estás criando a tu hijo como un abusivo

Círculo
/ 28 septiembre 2015

La manzana nunca cae demasiado lejos del árbol ¿puede la forma en que tratamos a nuestros hijos influir sobre su manera de relacionarse?

Ciudad de México (elsemanario.com).- La familia cumple con el propósito de mantener y socializar al niño; de acuerdo con Michael Anderson -sociólogo enfocado en la estructura familiar- el proceso de socialización es interactivo y de aprehensión, es decir, a través de la dinámica familiar el niño asimila los valores, motivos y normas que existen en la sociedad y que son aplicables para su grupo de convivencia y para él mismo.

La fase infantil del ser humano se basa principalmente en la integración social, esta edad será determinante para la construcción de futuras interacciones. Así como gracias a la familia, el niño aprende a comer, dormir, sentir, comunicarse, saludar, gesticular, vestirse también aprende sobre lo que esta bien y mal, sobre las prácticas que reciben premios y signos de aprobación y sobre castigos y reproches que ciertos actos pueden implicar.

La familia puede entonces ser el principal detonante o supresor de abuso, el tema de la agresión que mantienen muchos niños como herramienta de convivencia diaria -ejercicio de poder y violencia con el que mantienen satisfechas varias de sus necesidades – llega a ser alarmante cuando se tiene establecido que en México los casos de abuso escolar o bullying alcanzan cifras de 18 millones 781 mil 875 niños afectados de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Es un hecho, los niños tanto en escuelas públicas como privadas sufren de acoso escolar; si éste no es producto del estrato económico o el nivel educativo, entonces ¿qué lo genera? Los patrones de comportamiento que se aprenden en el hogar son recreados por los niños en otras esferas de su vida como dentro del aula de clases o en el juego diario con sus pares.

De acuerdo con la autora y psicóloga Mónica Bulnes Puertas, no es extraño encontrar que los niños que hacen bullying en la escuela, sufren de abuso en casa. Ofrecerles a los hijos herramientas para que actúen con seguridad y sepan como afrontar las diversas experiencias de vida, y de contacto con otros, es la única forma de dotarlos de confianza, empatía y que ejerciten una convivencia en la cual no exista violencia de ningún tipo.

¿Que dicen los expertos?

El famoso psicólogo Donald Winnicott quien desarrollo la teoría del objeto transcicional -una mantita o juguete que usa el infante como sustituto o conector materno a falta de acceso inmediato al objeto real- creó también una serie de enfoques relacionados con la agresividad en los niños.

Desde su perspectiva, un niño se mantiene al margen de las circunstancias ambientales; cuando él o ella se encuentra incerto en un ambiente hostil -de gritos, abuso físico, maltrato psicológico, poca confianza, desacreditación de sus sentimientos, conversación deficiente o desinterés- comienza a crear una capa protectora o como Winnicott la llama una especie de cascarón de huevo.

Este recubrimiento que se manifiesta con base a lo que el niño más necesite en orden a adaptarse a su ambiente -puede necesitar ser violento, sumiso, desconfiado, autoritario, etc.- es empleado como protección y usado en prácticamente cada aspecto o área de su vida externa al hogar. De igual forma, esta capa protectora regula los sentimientos y las emociones causadas por sus actos de tal manera que le sean aceptables o justificadas.

El cascarón permite al niño asegurar que, a través de una actitud y ciertos actos, las sensaciones angustiantes que el hogar le generan sean más tolerables y comienza él mismo -como probablemente otros miembros de su entorno familiar- a demeritar la importancia que tienen sus sentimientos respecto a los eventos que atañen a su vida cotidiana.


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