El jade, una joya eterna

El jade es una piedra semi preciosa que para los antiguos mesoamericanos tenía como significado la inmortalidad; además del poder y la vida. Aún en estos días esta piedra es considerada como un amuleto para la buena suerte. Usado en joyería, simboliza al amor eterno, "cuando el corazón es de jade, su sentir es duradero", decían los aztecas. Y es que este material es de los más duros que existen sobre la tierra, sólo es posible su desgaste con puntas de diamante.

En la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas, se localiza el Museo Mesoamericano del Jade que es un espacio donde, a través de piezas centenarias se narra la relación de esta piedra con las antiguas culturas prehispánicas. Ahí se encuentran numerosas réplicas de piezas arqueológicas, así como una recreación del mausoleo de Knich Janab Pakal, el onceavo gobernante maya de la antigua ciudad llamada Palenque, quien fue enterrado, entre otras cosas, con todas sus joyas de jade.

El lugar fue creado por Herbert Castellanos, quien además del museo creó un concepto de boutique cuyas vitrinas ofrecen excelsas piezas de joyería que mezclan esta piedra con metales como oro y plata y que dan forma a un sinnúmero de diseños exclusivos de collares, gargantillas, brazaletes, pendientes y prendedores.

También se pueden mandar a hacer diversas piezas al gusto de cada visitante.

Además, el visitante puede pasar a ver los talleres donde los expertos artesanos explican el proceso para trabajar, pulir y dar forma a este preciado material.

El mayor yacimiento en Chiapas se encuentra en Chalchihuites, a 50 kilómetros de San Cristóbal. En su estado natural, el jade se halla en las montañas o ríos y es posible encontrarlo en 18 distintas tonalidades que van del verde claro al oscuro o negro. Un tip para saber si el jade es auténtico es tratar de rayarlo, si es bueno, no sufrirá daño alguno.