Niccolo Paganini, uno de los más grandes virtuosos del violín
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Cd. de México.- El virtuoso violinista y compositor Niccolo Paganini, nacido el 27 de octubre de 1782 en Génova, Italia, fue mitificado por sus contemporáneos, quienes aseguraban que en su violín encerraba el alma de mujeres con hermosas voces.
Además de su incomparable y atrevida técnica con dicho instrumento, Paganini destacó por su impacto artístico en la labor de compositores como Franz Liszt, Frederic Chopin, Robert Schumann y Hector Berlioz, quienes asumieron sus desafíos técnicos en la búsqueda de la más alta expresión en sus obras.
De acuerdo con sus biógrafos, el músico es considerado como uno de los más virtuosos violinistas de todos los tiempos, poseedor de un oído absoluto y entonación perfecta, técnicas de arco expresivas, de staccato y pizzicato.
Señalan que Niccolo creció en el seno de una familia modesta y a los nueve años realizó satisfactoriamente su primera actuación en público, mientras que a los 13, comenzó una gira por varias ciudades de Lombardía.
Estudió con su padre Antonio Cervetto y con Giacomo Costa. Sus inicios en la composición fueron supervisados por Ghiretti y Paer en Parma; posteriormente, en Génova, tomó sus primeras lecciones formales con músicos de reconocido prestigio.
A principios de 1800 compuso más de 20 obras en las que mezcló los sonidos de la guitarra con otros instrumentos y luego, entre 1805 y 1813, se desempeñó como director musical en la corte de María Anna Elisa Bacciocchi, princesa de Lucca y hermana de Napoleón Bonaparte.
Los siguientes años, Paganini desarrolló su carrera de forma independiente en Italia, logrando impactar a las audiencias y críticos con su espectacularidad.
Realizó diversas giras por Italia y en 1828 viajó a Viena, París y Londres, lugares donde triunfó por igual y logró el respeto de personalidades como Johann Wolfgang von Goethe, Heinrich Heine y Robert Schumann.
En la capital francesa conoció al compositor húngaro Franz Liszt, quien, fascinado por la atrevida técnica de Paganini, desarrolló un correlato pianístico inspirado en lo que el músico había hecho con el violín.
Entre las obras de Niccolo destacan 24 caprichos para violín solo (1801-1807), seis conciertos y varias sonatas, además de las técnicas de pizzicato con mano izquierda, armónicos de doble parada, entre otras técnicas innovadoras.
Algunos datos señalan que sus contemporáneos tenían la creencia de que el músico había hecho un pacto con el demonio y que sus violines encerraban el alma de féminas de bella voz.
Niccolo Paganini murió en Niza, Francia, el 27 de mayo de 1840, en su lecho de muerte le fue negada la asistencia de un sacerdote y la iglesia le negó sepultura en el camposanto.
Su cuerpo fue llevado y traído de un lado a otro, hasta que la Duquesa de Parma autorizó su sepultura.
Entre sus pertenencias destacan siete violines Stradivarius, aunque su predilecto era un Guarnerius del Gesú de 1742, el cual se expone en el Palacio Cívico, de Génova, Italia.