Alzheimer: El último temor

Círculo
/ 2 marzo 2016

    Hace poco, David Burciaga, un residente de Los Angeles, California, de 60 años de edad, fue a las oficinas de Federal Express a enviar un paquete, y de repente tuvo un lapsus mental: mientras estaba llenando las formas olvidó dónde vivía.

    "No podía recordar mi domicilio", rememora el señor Burciaga. "Sabía donde vivía, y sabía cómo llegar a mi casa, pero no recordaba cuál era la dirección".

    Burciaga está entre los millones de personas que en este momento se están enfrentando a los lapsus de distracción y desconcierto, que con frecuencia aparecen en los cerebro de las personas de la tercera edad...

    El nombre de un buen amigo de repente se desvanece de su memoria; la búsqueda frenética de sus lentes termina cuando usted pasa frente a un espejo y los encuentra sobre su cabeza; después de sacar la leche del refrigerador, usted la regresa a la alacena...

    La "pérdida de la memoria" es probablemente uno de los aspectos más atemorizantes de los cambios que toda persona sufre al envejecer.

    Somos más conscientes

    El Alzheimer es una enfermedad que ha existido desde siempre, pero en el mundo de hoy, la gente se ha vuelto más consciente de la cantidad de personas que la padece, debido a que la sociedad está mejor enterada de lo que sucede en su entorno.

    La gente también ha comenzado a enterarse de que que los cerebros son más adaptables de lo que se pensaba anteriormente, y por eso muchos se están protegiendo por su cuenta de los efectos de su declinación física y mental -entrenándose físicamente, y haciendo ejercicios mentales para poner en forma su cuerpo y su cerebro.

    Más aún, la decadencia mental ha inspirado una nueva industria de productos de salud para fortalecer el cerebro, que van desde el gingseng y los suplementos de coenzimas (como Q10), hasta juegos computacionales para mejorar el desempeño mental.

    Alvaro Fernández, quien tiene una consultoría sobre habilidades mentales, estima que en 2007 el mercado de Estados Unidos para los llamados "neurosoftwares" (juegos mentales) fue de 225 millones de dólares.

    Fernández hace una comparación con la industria del acondicionamiento físico, la cual genera ganancias por 16 mil millones de dolares al año sólo en las membresías de los clubes.

    "Esto significa que la industria del acondicionamiento cerebral está todavía en su infancia, pero está creciendo a una tasa anual del 50 por ciento y se estima que llegará a 2 mil millones de dólares antes de 2015".

    Como consecuencia de ello, los mercadólogos de artículos para el ejercicio físico, que en las últimas seis décadas han tenido un tremendo éxito, están ahora dirigiendo sus esfuerzos a ganar dinero con los temores de declinamiento mental de las personas de la tercera edad.

    La preocupación

    La gente que tiene entre 50 y 65 años, cree que existe razón para preocuparse de su mente, debido al elevado índice de Alzheimer que los médicos han estado reportando en las últimas décadas.

    De hecho, la Asociación Americana de Alzheimer, estima que para el 2050, de 11 a 16 millones de estadounidenses tendrán la enfermedad.

    No existe una prueba de laboratorio que detecte la enfermedad de Alzheimer. Los doctores se basan en los síntomas para hacer el diagnóstico. Pero cuando los síntomas se manifiestan, el daño cerebral ya existe y es poco lo que se puede hacer para revertir la enfermedad.

    Por eso la mayoría de las personas nacidas después de la Segunda Guerra Mundial, cuando llegan a los 50 años empiezan a considerar su lucidez mental con mucha seriedad", asegura el doctor Gene Cohen, director del Centro de Envejecimiento de la Universidad George Washington.

    Dos testimonios

    "Cuando usted tiene 25 años y se le extravían las llaves no pone atención a ese lapsus, pero cuando usted hace lo mismo a los 50 o más, levanta una ceja de preocupación", dice Cohen.

    "Considere estos dos ejemplos", plantea el doctor Cohen: "Un día del verano pasado Nancy Cutler, de Piedmont, California, de 51 años de edad, se disponía a regresar a su casa después de salir del trabajo, pero olvidó su automóvil en el estacionamiento y se regresó en autobús.

    "Reaccioné cuando mi hijo me vio llevar y me preguntó `¿qué significa que vengas en el autobús?'", recuerda Nancy.

    "Y el caso de Lisa C, de 47 años de edad, una psicóloga clínica de San Francisco, que prefiere no revelar su apellido por temor a que sus amigos y colegas cuestionen sus facultades mentales...

    Lisa extravió hace poco su teléfono celular. Marcó su número desde otro teléfono, con la idea de descubrir dónde lo había dejado, pero no escuchó nada. Días más tarde, mientras preparaba la cena, lo encontró -en el congelador de su casa.

    Debido a que dejar objetos en lugares inusuales es uno de los comportamientos que los médicos asocian al Alzheimer, Lisa se puso tan nerviosa con su comportamiento que pidió que le hicieran una "imagen de resonancia magnética" (IMR) de su cerebro. El diagnóstico fue "perfectamente normal".

    ¿Qué fue lo qué sucedió?

    El doctor Cohen asegura que la gente puede a veces reaccionar con el comportamiento de Nancy y Lisa, sin que eso signfique el inicio de un problema cerebral. De hecho, Cohen lo atribuye al estrés o a una "simple distracción", y no a acciones derivadas de una "ausencia mental" en un cerebro decadente.

    "Por fortuna, en la gente actual hay un pensamiento creciente de que ejercitar su cerebro puede tener efectos positivos para la mente, y están en lo correcto", apunta el doctor Cohen.

    De hecho, se ha descubierto que podemos formar no sólo nuevas conexiones cerebrales, sino nuevas neuronas, a pesar de que durante un siglo se nos dijo que eso era imposible.

    Por lo tanto, es mucho lo que usted puede hacer para mejorar su desempeño mental.

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