Capadocia: el lugar donde existen las hadas.
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Sinuosos valles con estructuras inverosímiles, iglesias que se levantan en mitad de valles donde las hojas son ojos... Capadocia es, sencillamente, mágica.
No es de extrañar que a mitad de los años 80 los integrantes de la UNESCO concedieran el honor de Patrimonio de la Humanidad a Capadocia. Situada en el centro de Turquía, sus caprichosas formaciones rocosas no dejan indiferente a la masa de viajeros que, cada año, pasean por sus piedras calizas.
Uno de los grandes secretos de Capadocia son las llamadas chimeneas de hadas o Kaletar, como dicen los paisanos. Se trata de estructuras gigantescas de piedra vertical que se incrustan en un árido paisaje. Estos pináculos son rematados por una especie de "sombrero" que les da esa forma tan singular.
Para resolver el enigma hay que explicar que Capadocia surgió hace unos 30 millones de años gracias a los volcanes Erciyes y Hasan. Los distintos materiales - el de las rocas y la lava- se erosionaron a distintas velocidades, lo que desenmascaró estas imponentes columnas que llegan hasta los 40 metros de altitud.
El Valle de Göreme es uno de los lugares imprescindibles desde donde el visitante puede contemplar no sólo la chimeneas de hadas, sino el paisaje que las rodea.
Esta garganta dispone además de un interesante museo al aire libre donde se reconocen paredes de viejas iglesias, ya que la comunidad cristiana fue muy numerosa durante el período bizantino.
EL VALLE DEL AMOR.
Todo trotamundos que se precie no se puede perder la caída de la tarde cuando la luz de proyecta sobre los muros de piedra caliza dibujando formas que dejan sin aliento. Si además uno se mueve en moto o en bicicleta, la experiencia será del todo inolvidable.
Los amantes del senderismo se quedarán encantados con los imponentes valles que posee la región. Para moverse de uno a otro lo más cómodo es contratar un tour, aunque el alquiler de vehículos en la estación de autobuses es fácil y permite mayor independencia.
Uno de los más curiosos es el Valle del Amor. Las interesantes formaciones de piedra con formas sugerentes hace que más de un viajero esboce una sonrisa al relacionarlas con el nombre del lugar.
¿Puede haber más magia en este entorno único? La respuesta es siempre afirmativa, ya que el viento, el frío, el calor y el agua han erosionado la tierra ofreciendo fascinantes figuras.
Podemos encontrar, por ejemplo, un camello de piedra en el Valle de Devrent. Además, en mitad de un árido camino la mano del hombre se mezcla con la fantasía. Un árbol seco carga en sus ramas los llamados ojos árabes. Según la superstición de la zona sirven para proteger de todo mal. No es de extrañar que abunden en este terreno que parece diseñado por la brujería.
Ürgüp es otra parada indispensable. Pequeña localidad cercana al Valle de Göreme y a la moderna capital de provincia de Nev_ehir, es famosa por su delicioso vino. Aquí, además, las casas y las cuevas de origen troglodita conviven junto a minaretes, un espectáculo difícil de olvidar.
Si uno se aventura a subir por las rocas excavadas hay que tener precaución, ya que algunas cuevas siguen habitadas y algún perro guardián puede darnos un susto.
Si te quieres dar un capricho y saber cómo se sentían los prehistóricos habitantes de las rocas, aunque con más glamour, existe esa posibilidad. Hay varios hoteles prestigiosos cuyas habitaciones están excavadas en piedra. En Göreme es fácil encontrar estos alojamientos de calidad...un lujo para los más románticos.
Año tras año el número de turistas aumenta en la región. Cada vez son más los que descubren el increíble paisaje rocoso que parece salido de un cuento de fantasía.
Si estás pensando en ir Turquía, Capadocia es una parada indispensable, tanto en verano como en invierno cuando cae la nieve sobre los valles. ¿Te atreves a descubrir el misterio de las hadas?.